Ammán alternativo, Ammán sorprendente

Te llevamos a descubrir el lado más desconocido de la capital jordana, aquel que apuesta por darle un giro a todo lo que de ella se puede esperar.
Ammn Jordania
Alamy Stock Photo

Son alrededor de las seis de la tarde y un manto de color rosa acaba de apoderarse del skyline de Ammán. Las cientos, miles de casas que se amontonan en la ladera de una de las siete colinas que moldean la orografía de la ciudad reflejan los suaves tonos que el sol, a punto de ocultarse, les regala. Desde nuestro particular balcón, el jardín trasero de la Film House de Jordania, ubicado en una calle perpendicular a la animada Rainbow Street, la estampa se muestra inmejorable.

Resulta este rincón un refugio inesperado en el caos de la capital jordana. Un oasis de tranquilidad entre las bulliciosas calles aledañas, donde la vida hípster, esa que se caracteriza por sus cafés de diseño, sus galerías de arte y sus concept stores, se despliega en todo su esplendor. Una desconocida cara B de Ammán que no muchos se paran a descubrir en su incursión a la ciudad.

De repente, de una de las numerosas mezquitas que se intuyen en la panorámica, la voz cantada del almuecín anuncia que ha llegado la hora de la penúltima oración del día. Escasos segundos después, desde otro alminar arranca la misma melodía, a la que no tarda en unirse otra más. Un momento mágico que, más que contemplar, sentimos por cada poro de nuestra piel, dando pie al inicio de nuestra ruta por el Ammán más alternativo.

Ammán, Jordania.Ahmad Qaisieh/Unsplash

RAINBOW STREET: LA VIDA MULTICOLOR

Hay algo que siempre fascina de las ciudades de Oriente Próximo: la vida bulle a todas horas, sin importar si es temprano en la mañana o el sol ya se despidió. Y aquí, en Ammán, lo comprobamos sin movernos del barrio: en la misma calle de la Film House se hallan numerosos e interesantes proyectos que mantienen sus puertas abiertas hasta tarde.

Paramos en Jacaranda, una tienda-galería de arte que lleva desde 2007 mostrando su apoyo a artistas emergentes de todo el mundo. Y lo hace, tanto dando a conocer su obra a través de exposiciones, como en su tienda, en la que es posible adquirir láminas, fotografías e ilustraciones a precios muy competentes.

Justo en la planta de arriba, se halla una de las muchas cafeterías en las que procurar encontrar un hueco para echar un buen rato disfrutando de algo de picar. Se trata de Books@Cafe, el primer cibercafé que abrió en Oriente Medio, allá por 1997, decidido a impulsar la apertura de mentes y mostrar otras realidades. En su terraza la vida transcurre en calma: un grupo de amigos por allí, un viajero solitario inmerso en las historias de su móvil, por allá.

Librería en Ammán.Ayman Yusuf/Unsplash

Se da una escena muy parecida en otra de las populares cafeterías del vecindario. Old View es el típico spot ideal para iniciar el día con un suculento brunch a base de delicias jordanas, pero también para tomar un zumo natural de frutas con vistas desde su azotea. A un salto, en plena Rainbow Street, donde las calles engalanadas con paraguas y banderolas de colores marcan su personalidad, la gastronomía sigue siendo el hilo conductor: nos animamos con los falafel más exquisitos, los que sirven en el puesto callejero de Al Quds —se dice, se rumorea que son los mejores de todo Ammán—, mientras que en los elegantes comedores de Suffra catamos todo tipo de recetas de la cocina mediterránea. El restaurante tiene sus raíces en historias y sabores traídos desde Italia en 1921, año de su fundación, pero ha ido ampliando su carta hasta incorporar la esencia de los fogones de Oriente Medio.

Sin embargo, no solo de la cocina vive Rainbow Street: también de sus atractivas concept stores, coquetos establecimientos en los que comprobamos qué se cuece en la escena del diseño nacional. Atravesamos la puerta de JO SHOP y enseguida nos invade el espíritu consumista: objetos inspirados en la cultura jordana, hechos en Jordania y por jordanos es su máxima, lo que traducido a lo práctico significa un millón de objetos preciosos perfectos para adornar cualquier rincón de nuestra casa.

Muy cerca se encuentra Shams El Balad, que se traduce como “el sol de la ciudad”. Se trata del proyecto que un día inició Maha Damash, jardinera y florista, en un pequeño establecimiento en el que vendía plantas y macetas hechas por ella misma y que con los años se ha convertido en todo un referente de la ciudad. El tiempo ha hecho que también su familia se haya unido a la aventura empresarial, y en su atractivo local los objetos de diseño y las plantas comparten ahora espacio con un restaurante en el que lo orgánico y lo sostenible son la prioridad.

Ammán, Jordania.Cristina Fernández

AL-WEIBDEH: ARTE URBANO Y POESÍA

La vida bulle en las calles del que es —solo hay que fijarse en los detalles– uno de los barrios más antiguos de la capital jordana. Unas raíces lejanas que contrastan con aquello que ha tomado hoy las fachadas de sus vetustos edificios: los murales, algunos de corte artístico, otros, más reivindicativos, son lo claros protagonistas de Al-Weibdeh. Y de eso sabe mucho el joven Anas Armarneh, un gran amante de su cultura y de su ciudad y guía de Through Local Eyes, una empresa pionera en mostrar rutas alternativas de Ammán que fundó junto a su hermana.

Nos citamos con él en la Plaza de París, epicentro de la barriada. Vestido con sudadera roja, chaqueta de cuero y gorra al revés, no tarda en empezar a hablar con pasión de aquello que más le fascina: Ammán. Y lo hace mientras nos conduce por calles en las que el turismo brilla por su ausencia. Vías peatonales por las que la vida jordana transcurre tal cual es: pura, verdadera.

Anas Armarneh, guía de Through Local Eyes.Cristina Fernández
Ammán, Jordania.Cristina Fernández

Donde menos lo esperamos, el arte urbano, que cada vez adquiere más fuerza en Ammán, se deja ver: en un estrecho pasaje un mural muestra a un simpático jordano vistiendo la tradicional hatta —pañuelo milenario que llevan los hombres en la cabeza—. En otra pared, un poema en árabe que Anas no tarda en traducirnos; dos pasos más allá, una sucesión de rostros de diferentes razas habla de la unión entre culturas. Rumi Café, a un salto de donde estamos, concentra gran parte del movimiento alternativo de este barrio de moda entre los jóvenes de la ciudad.

Bajamos largas escalinatas y cuestas entre casas señoriales que se despliegan por la ladera de otra de las colinas de Ammán hasta alcanzar Darat al Funun, una preciosa construcción de corte colonial transformada en sala de exposiciones donde también hay lugar para un café de ambiente bohemio.

No demasiado lejos, nos acomodamos en una de las mesas de Jadal Cafe para dar rienda suelta a la charla. Se trata de otra cafetería más, solo que en esta no se paga por lo que se toma, sino por el tiempo que se pasa en ella. Lugar de encuentro del lado más literario y artístico de la ciudad, en el local también se organizan exposiciones y proyecciones de películas, presentaciones de libros y coloquios. Anas interactúa con camareros, clientes, comerciantes... demostrando que este es su hábitat, el lugar en el que se siente cómodo. Que es un storyteller nato que no escatima en desentrañar las bases de una cultura que nos conquista a cada paso.

Beti Sitti.Cristina Fernández
Maria Haddad.Cristina Fernández

LA COCINA QUE HEREDA

Ya desde la distancia distinguimos a la carismática Maria Haddad asomada a la terraza de la que fue la preciosa casona de su abuela, en el propio barrio de Jabal Al-Weibdeh. Agita los brazos con energía para mostrarnos por dónde debemos entrar. Enseguida nos abre la puerta para darnos la bienvenida, sonriente y pizpireta, al que es su proyecto más sincero e íntimo: Beti Sitti es hoy el lugar donde imparte divertidos cursos de cocina.

Un arte, el gastronómico, que comenzó a alimentar siendo muy pequeña, cuando ya se colaba entre los fogones del hogar para ayudar a su abuela y a su madre en la tarea. Aquellos momentos compartidos se convirtieron en el leti motiv de su futuro y hoy es una reconocida cocinera que cuenta con su propio programa en la televisión jordana.

Maria enseguida comienza a hablarnos de las bases de la cocina más tradicional de este rincón del mundo. Una gastronomía rica en especias que juega con combinaciones de sabores e ingredientes dando lugar a deliciosas recetas. No duda en repartir delantales, utensilios y tablas de madera, y asignar tareas: cuando venimos a darnos cuenta, andamos con las manos —literalmente— en la masa.

Beti Sitti.Cristina Fernández

Al cabo de un par de horas, en el antiguo comedor de la casa y rodeados de retratos familiares y alacenas repletas de tarros y recipientes, nos espera una mesa colmada de ricas viandas con las que saciar el apetito. No faltan platillos como el fattet jaj —pollo, arroz, yogur, almendras...—, el muttabal beitinjan —también conocido como babaganoush, un delicioso paté de berenjena— o el tabbouleh. Panes caseros, frutos secos por doquier y un dulce, la basbousa, con el que poner la guinda al pastel.

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¿Para rematar? Aprovechamos para hacernos con algunos tarros de especias que la propia Maria comercializa. Ahora, solo quedará demostrar, de vuelta al hogar, el incuestionable talento entre ollas y sartenes que hemos adquirido en esta ruta por un Ammán alternativo. Una manera única de continuar viajando al mundo árabe incluso sin salir de casa.

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