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Casablanca, el destino emergente

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La ciudad marroqu� conserva todav�a su autenticidad, se desmarca del estereotipo de Marrakech o Fez y acaba de inaugurar un hotel extraordinario: el Royal Mansour Casablanca. S�, merece una visita.

La mezquita Hass�n II, al borde del oc�ano Atl�ntico
La mezquita Hass�n II, al borde del oc�ano Atl�ntico Isabela Mu�oz Ozores

A Casablanca conviene ir libre de prejuicios y sin ganas de comparar. Porque es �nica, porque es divertida, porque todav�a es aut�ntica. Su enorme perfil urbano (cuenta con m�s de cinco, s� cinco, millones de habitantes), con edificios altos y brotes de arquitectura moderna, la distinguen de las cl�sicas Marrakech o Fez, y ah� reside su gracia: no vive de cara al turista, sino a su poderoso puerto y a los negocios que aqu� se maquinan, que son muchos.

Vista de la mezquita Hass�n II, desde el faro de La Corniche.
Vista de la mezquita Hass�n II, desde el faro de La Corniche.Isabela Mu�oz Ozores

Pasearse por sus calles, visitar sus mercados o moverte por la Corniche, es una genuina inmersi�n en distintas facetas de Marruecos: el cool, el genuino, el decadente. Y esa sinceridad es lo que la convierte en una cita emergente para el viajero que huye de parques tem�ticos. Lo que ves es sincero.

Vista de la ciudad al caer el sol desde el hotel Royal Mansour Casablanca.
Vista de la ciudad al caer el sol desde el hotel Royal Mansour Casablanca.Isabela Mu�oz Ozores

El nuevo hotel Royal Mansour convierte Casablanca en el centro de todas las miradas

La mejor manera de entrar en vereda es hacerlo por el reci�n inaugurado hotel Royal Mansour Casablanca. Su due�o es el rey de Marruecos y, de alguna manera, te sentir�s como su hu�sped. Atravesar su magn�fico lobby, jalonado de m�rmoles, filigranas de madera y jardines verticales plagados de orqu�deas y calas, te deja con la boca abierta. Y nunca mejor dicho porque al mismo tiempo que acomodas el ojo inicias un rosario de bonjour para responder a esa distinguida y numerosa patrulla de conserjes, doncellas, botones o personal de seguridad que consiguen, al instante, que realices un upgrade en tu autoestima.

El Lobby del hotel Royal Mansour Casablanca.
El Lobby del hotel Royal Mansour Casablanca.Isabela Mu�oz Ozores

Este es el segundo hotel de Mohamed VI en Marruecos, un edificio que revive las grandezas del codiciado Mansour de los a�os 50, donde pernoctaban visitantes VIP del mundo entero, que hoy, reconstruido casi palmo a palmo, cobija en sus 23 pisos, 149 habitaciones, suites y apartamentos privados, cuatro restaurantes (los de la azotea tienen vistas asombrosas) que son una delicia, cada uno en su especialidad (cocina francesa, japonesa y marroqui) aparte de un spa donde encontrar�s la gloria.

El restaurante La Grande Table Marocaine, del hotel Royal Mansour Casablanca.
El restaurante La Grande Table Marocaine, del hotel Royal Mansour Casablanca.Foto cedida por el hotel

La mezquita Hassan II, la �nica que puedes visitar en Marruecos y es un espect�culo

La terraza del bar del piso 23 es, aparte del destino de moda para bedawas (gentilicio de los habitantes de Casablanca) y Rabat�es (se vienen hasta aqu� de marcha), el observatorio perfecto para hacerte una idea de la ciudad donde manda la mezquita Hassan II, el primer destino de rigor para conocer la ciudad y la �nica que se puede visitar en Marruecos si no eres musulm�n. Este templazo descomunal, con una altura equivalente a 22 pisos, al borde del Oc�ano Atl�ntico, tard� 7 a�os en construirse y su minarete es el m�s alto del mundo. Aqu� acuden 20.000 hombres y 5.000 mujeres a rezar (se instalan en lugares separados) y el mes del Ramad�n puede reunir hasta 90.000 personas. �Sab�as que el muec�n llama a la oraci�n seg�n la posici�n del sol y no a horas fijas?

Interior de la mezquita Hass�n II.
Interior de la mezquita Hass�n II.Isabela Mu�oz Ozores

De paseo por la Nueva Medina, sin turistas y esp�ritu local

En el barrio de Habous se encuentra la llamada Nueva Medina que construyeron a principios del siglo XX los franceses (El protectorado franc�s transcurri� desde 1912 hasta 1956) para controlar a la poblaci�n aut�ctona. No tiene nada que ver con las de Fez o la Marrakech porque lo normal es que por aqu� aparezcan pocos turistas.

La Nueva Medina de Casablanca.
La Nueva Medina de Casablanca.Isabela Mu�oz Ozores

Los puestos del zoco est�n dirigidos a los locales con una extraordinaria profusi�n de l�mparas, alfombras, babuchas, chilabas... Especialmente curiosos son el mercado de aceitunas, con todas las variedades que te puedas imaginar y las tiendas donde alquilan todo tipo de adornos y utillaje para bodas.

Horno de la confiter�a Bennis Habous.
Horno de la confiter�a Bennis Habous.Isabela Mu�oz Ozores

En el coraz�n de la Nueva Medina hay un secreto a voces: el horno y la confiter�a Bennis Habous. Como detenido en el tiempo, al calor del horno no s�lo se cuecen los productos que se venden en la tienda de enfrente, sino que cualquiera puede llevar a asar su men� cotidiano de pollo o cordero. En la confiter�a probamos una Corne de gazelle y una baklava todav�a humeante, con la miel derretida... el aut�ntico manjar.

El barrio art dec�, una genuina vuelta al pasado

Otro paseo interesante por Casablanca es el que te lleva a descubrir el barrio art dec� que levantaron los franceses. El recorrido por el bulevar Mohamed V y alrededores, imparte una buena lecci�n de este estilo arquitect�nico (con marcadas notas decadentes) e impone la visita al famoso cine Rialto, un icono de la ciudad, por donde pasaron los mejores artistas de los a�os 50.

Le Petit Poucet, el bar que frecuentaba Antoine de Saint-Exup�ry.
Le Petit Poucet, el bar que frecuentaba Antoine de Saint-Exup�ry.Isabela Mu�oz Ozores

�Qu� m�s? T�mate un caf� en Le Petit Poucet, el bar que frecuentaba Antoine de Saint-Exup�ry, cuando vivi� aqu�, y organ�zate una comida con productos frescos en el Mercado Central: pescados y mariscos reci�n salidos del agua te esperan para que alguno de los restaurantes de al lado te lo cocinen.

Uno de los puestos del Mercado Central.
Uno de los puestos del Mercado Central.Isabela Mu�oz Ozores

Pasi�n por el arte callejero en Casablanca

En 2020 empez� este movimiento que ilustra edificios como el del Centro Cultural franc�s y cuenta con circuito propio como un nuevo modo de arte-protesta. Alouane Bladi es el nombre de la organizaci�n de estos artistas de la calle (@ALOUANE_BLADI) que lo mismo denuncian la situaci�n de la mujer y la ensalzan como parte de la econom�a, que decoran una fachada con un mix de Bob Esponja, Homer Simpson o el inspector Gadget, donde acuden con frecuencia los Instagrammers a hacerse selfies. Si lo quieres ver, dir�gete a la Rue Socrate, cerca del Bulevar Avicena. Hasta el famoso artista espa�ol Okuda San Miguel tiene aqu� un par de edificios decorados.

Ejemplo de arte callejero en el Centro Cultural franc�s.
Ejemplo de arte callejero en el Centro Cultural franc�s.Isabela Mu�oz Ozores

Restaurantes y bares: noche y d�a

Si quieres superar la barrera de turista y hacerte local, no tienes m�s remedio que acercarte por la noche a la Corniche: aqu� est� la juerga. Y, sobre todo, en Manaos (56 Boulevard de la Corniche). Un local espectacular, con distintos ambientes. En el piso superior cenas, bailas, tomas copas, escuchas m�sica en directo o la que pincha un apasionado D.J. En la planta baja cuentan con restaurante-cabaret... Un destino �nico para comprobar varias cosas: 1. Que aqu� se cena tard�simo. 2. Que las copas corren como en cualquier capital europea. 3. Que las chicas de Casablanca visten a un depurado estilo europeo. 4. Que est� permitido fumar en interiores con lo que, al salir, pides a gritos meterte con tu ropa en una lavadora. Ya no estamos acostumbrados...

D.J en Manaos.
D.J en Manaos.Isabela Mu�oz Ozores

Otro destino cl�sico nocturno es el bar Amstrong (Rue Mohyeddine Al Arabi), un must en la ciudad.

Para comer, aparte de la meca gastron�mica que suponen los restaurantes del hotel Royal Mansour Casablanca, conviene que reserves en Le Cabestan (Phare d'El hank 90 Boulevard de la Corniche). Una cocina internacional (no falta el guacamole, ni las gyozas, ni los carpaccios), con pescados espectaculares reci�n salidos del agua como at�n a la plancha con arroz a la leche de coco o el salm�n a la parrilla con cebolla confitada. Decorado al m�s puro estilo neoyorquino, se encuentra al borde del oc�ano y las vistas son un espect�culo.

Restaurante Le Cabestan, en La Corniche.
Restaurante Le Cabestan, en La Corniche.Isabela Mu�oz Ozores

Merece la pena, antes de visitarlo, acercarse al faro, justo al lado, y recrearse con el paisaje que se divisa desde aqu�: aparte del mar, se contempla a lo lejos, la espectacular mezquita y el paisaje urbano de esta ciudad que s�, est� en plena efervescencia.

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