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Mar�a Zurita escribe un cuento para explicar a su hijo Carlos la maternidad en solitario

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Hace 6 a�os Mar�a Zurita, prima del rey Felipe VI, tom� la decisi�n de ser madre en solitario. Sin embargo, no estaba sola. Su familia al completo ha hecho pi�a durante todo el duro proceso del nacimiento de Carlos. Su libro de cuentos, Mi mam� y yo somos una familia feliz, es "un regalo pensado para �l y para otras madres como yo", afirma.

Mar�a, Carlos y su perro Zeta.
Mar�a, Carlos y su perro Zeta. TELVA

"En casa no nos faltaba alegr�a. Con mis padres y mi hermano siempre ha habido muy buen rollo, pero el ni�o la ha encendido. Es impresionante el amor y la felicidad que tenemos, porque con �l todo cobra otro sentido, como las Navidades o las vacaciones". �l es Carlitos, el hijo de Mar�a Sof�a Emilia Carmen Zurita y Borb�n (Madrid, 1975), hija del doctor Carlos Zurita y la infanta Margarita de Borb�n, hermana del rey em�rito Juan Carlos I. Mar�a es socia de Zesauro, una empresa de traducci�n de idiomas y, en los �ltimos tiempos, se ha hecho popular como concursante en Masterchef y otros programas de televisi�n. "Yo he sido famosa desde que nac�, por ser parte de esta familia, -se�ala- pero ahora es que la gente me para por la calle, porque he entrado en el sal�n de sus casas", reconoce.

Carlos naci� en 2018 por inseminaci�n artificial de un donante. Fue un embarazo muy buscado. Ahora que el ni�o va a cumplir 6 a�os y se empieza a hacer algunas preguntas, su madre ha tomado la iniciativa de contarle c�mo fue todo en un cuento: Mi mam� y yo somos una familia feliz (Ed. Harperkids), con ilustraciones de Patricia Carcel�n.

El proceso de quedarse embarazada

Franca, como es ella, no tiene inconveniente en entrar en detalles: "Te parecer� absurdo lo que te voy a contar, pero yo no ten�a instinto maternal. Al cumplir 39 a�os me regalaron a mi perra Zeta, una Teckel que despert� en m� un sentimiento de protecci�n y un amor incondicional. Ella desat� mis inquietudes y me hizo pensar: si se puede querer as� a un animal, �qu� no sentir�a por un hijo! Empec� a echar el c�lculo de lo que me costar�a conocer una pareja, organizar una boda, plantearnos tener hijos..., me pon�a en 50 a�os (risas). Claramente me di cuenta de que no pod�a esperar. Hab�a tenido novios, pero a ninguno lo vi como el padre de mis hijos, quiz�s por eso no me cas� nunca, aunque varias veces me lo han pedido. As� que me plante� intentar ser madre en solitario.

Habl� mucho con amigas que estaban separadas y que han adoptado hijos, como Pilar Cernuda o Susanna Griso. Ten�a claros los pros, pero necesitaba tambi�n oir los contras. Todas me dec�an lo mismo: es dur�simo, pero es lo mejor que he hecho en mi vida.

Cuando mi madre comenz� a tener problemas de salud y despu�s de vivir 15 a�os sola, hab�a vuelto a casa de mis padres. Tambi�n mi hermano vive en casa. Estamos muy contentos todos juntos y mis padres respetan totalmente nuestra independencia y vida privada. Cuando pensaba en mi posible maternidad, decid� comentarlo con mi padre. Fue por la noche, est�bamos viendo las noticias y recuerdo que �l no contest�. Al d�a siguiente me dijo: "Creo que es una gran idea. El ni�o va a estar aqu� s�per arropado". Ellos, que no ten�an nietos, vieron solo los pros y les hizo mucha ilusi�n.

Mar�a Zurita con sus padres -el doctor Carlos Zurita y la infanta Margarita-, su hermano Alfonso y su hijo Carlitos.
Mar�a Zurita con sus padres -el doctor Carlos Zurita y la infanta Margarita-, su hermano Alfonso y su hijo Carlitos.TELVA

El placet del rey don juan carlos

Fuimos los dos a cont�rselo a mi t�o, don Juan Carlos, �l es el jefe de mi familia, aunque no sea ya el jefe del Estado, y es el primero en saber cada asunto nuestro. Recuerdo que no solo no le escandaliz� que quisiera ser madre en solitario, sino que le pareci� una idea buen�sima. Me dijo que me iba a apoyar al m�ximo y me di� un abrazo maravilloso. Me sent� muy arropada por toda mi familia, as� que lo que diga el resto me daba igual.

Una familia poco conservadora

Creo que pasamos demasiado tiempo opinando sobre la vida de los dem�s y no alcanzando nuestras propias metas y felicidades. Al final solo t� puedes decidir lo que vas a vivir. Y si lo piensas, mi familia parece muy conservadora, pero no lo es en absoluto: casi todos los primos est�n divorciados, uno de ellos est� casado con una divorciada... Yo me siento muy afortunada. Tengo muchas inquietudes, un trabajo que me llena, amigos, planes... Pero, al final, mi hijo es el motor de mi vida y me obliga a tirar del carro pase lo que pase". Si como dice aquel proverbio africano, para educar a un ni�o hace falta un tribu, Carlitos la tiene. Pero llegar hasta aqu� no ha sido f�cil.

"El proceso de quedarme embarazada fue un aut�ntico infierno. Me equivoqu� radicalmente con el primer hospital y el m�dico. El tratamiento, con las inyecciones diarias que me ten�a que poner y los cambios hormonales que provocaban, me alter� la vida. Y, tras cuatro intentos, no funcion�. Estaba desolada. Entonces recib� una llamada de mi t�o Juan Carlos, que me dijo: "Tu vas a seguir intent�ndolo �no? Pues b�scate el mejor". Y entonces me fui a la cl�nica IVI, de Aravaca (Madrid), con el doctor Juancho Garc�a Velasco, una persona absolutamente m�gica y que por supuesto sale en el libro. El tratamiento fue mucho menos agresivo que el primero y, al tercer intento y cambiando de donante, me qued� embarazada. El embarazo fue tambi�n un horror, todo el tiempo vomitando, con la espalda destrozada.

Un ni�o prematuro y con muchos problemas

Y lo peor es que el ni�o naci� prematuro, ya que se present� una placenta previa en la semana 29, cuando estaba de poco m�s de 7 meses. Tuve la suerte de que mi perra Zeta , que duerme conmigo, se debi� dar cuenta de algo no iba bien, quiz�s por el olor de la sangre, y me despert�. Enseguida me d� cuenta de que estaba empapada. Al principio pens� que me hab�a hecho pis, pero al levantarme para ir al ba�o vi la sangre. Llam� a mi ginec�loga y me dijo que no esperara a la ambulancia, que fuera r�pidamente a la cl�nica. Una amiga me llev�. Durante el camino me dec�a que todo era normal para tranquilizarme. pero cuando entramos por la puerta de urgencias lo �ltimo que o� fue "vamos a intentar salvar a la madre". Me desmay�.

Al despertar no sab�a si mi hijo estaba vivo o muerto. Entonces aparecieron mis padres y me contaron todo. Carlos hab�a nacido con el ductus abierto, (que es una valvulita que tenemos en el coraz�n) y muchos otros problemas. En los cinco primeros d�as tuvo dos paradas cardiacas. Entonces vino el pediatra y me dijo: "Hay que cambiarlo de hospital porque aqu� se muere". El traslado tambi�n supon�a un riesgo, pero es como cuando est�s en un incendio rodeado de fuego. No tienes m�s remedio que atravesarlo, aunque te quemes. Fuimos en ambulancia al hospital de La Paz, y desde que llegamos, fue otro mundo.

la medicina p�blica como salvaci�n

Ya en la propia ambulancia consiguieron estabilizar al ni�o y fue la primera vez que oi la palabra "estable" desde que naci�. Recuerdo que la enfermera que ven�a con nosotros me dijo: "�Qu� ni�o tan gracioso, qu� rubito". Yo solo ve�a tubos y cables por todas partes, pero ella tuvo la serenidad de fijarse en c�mo era el beb�. Nunca se lo he podido agradecer, a pesar de que me acuerdo de su cara como si fuera hoy. Cuando llegamos a La Paz y les cont� lo del ductus, les pareci� como si hablara de un constipado: "No te preocupes, le vamos a dar unos chutes de paracetamol, y si con eso no se soluciona le hacemos una fisurita en el costado y se lo cerramos con una grapa". A la segunda inyecci�n se le cerr� y a partir de ah� todo fue esperar a que ganara peso".

una burbuja de padres preocupados

Mar�a me ense�a la foto de Carlitos en la UVI de La Paz, rodeado de tubos para alimentarle, medicarle... "Naci� con 1,7 kg, era muy largo, pero muy peque�o, un ratoncillo". Pas� dos meses en la incubadora. De darle el pecho, nada, esa parte no la vivi� Mar�a.

"No pude cogerlo hasta, al menos, diez d�as o dos semanas despu�s de nacer. Pod�a meter las manos previamente desinfectadas por los agujeros de la incubadora para acariciarle, pero eso era todo. Pasaba 8 horas al d�a all�, junto a �l, doblando turno porque no hab�a padre. Luego el ni�o se quedaba en el hospital y yo me iba a casa. Mis padres y mi hermano me ayudaron mucho, con much�sima paciencia, porque yo estaba tan cansada que a veces me desahogaba con ellos grit�ndoles. Con todos estos problemas la herida de mi ces�rea tard� mucho en curarse y no dorm�a bien...

Todo fue especialmente horrible en los primeros d�as en la cl�nica donde d� a luz, cuando no me daban esperanzas de que el ni�o sobreviviera. Mi hijo se estaba muriendo y yo no paraba de recibir visitas con sus regalos. Entiendo la buena voluntad de la gente, pero yo solo me quer�a ir de all�, que cerraran la puerta, que no entrara nadie y poder llorar a solas. De hecho ped� el alta voluntaria para poder estar tranquila. Despu�s, ya en La Paz, me tranquilic� y las cosas fueron poco a poco a mejor.

"Dios, no me lo quites"

Cuando pasas por una angustia como esta, es tal el agradecimiento que sientes por los m�dicos que han salvado a tu hijo, que nos han salvado, que no se puede expresar con palabras. Ahora, con seis a�os, Carlitos est� perfecto de salud, s�lo es un poco asm�tico, pero no le han quedado secuelas ni f�sicas ni mentales. Ese sufrimiento no se entiende si no lo pasas. Yo solo rezaba y rezaba p�diendo: "Dios, no me lo quites". Ser creyente me ayud� mucho, porque siempre he sentido que Dios me puso la mano encima y me acompa�� en este viaje. Y que este ni�o, a pesar de todo lo que pas�, o a lo mejor por esto, ha salido m�s fuerte a�n.

Un enfermera me dec�a que los prematuros son unos supervivientes. El que lucha se queda y el que no se va. Y es as� de duro. Hay veces que la medicina no puede hacer nada. Y all� dentro ves, por desgracia, situaciones tan complicadas que, o te hundes, o te refuerzas. Y Carlitos ten�a ganas de vivir". Mantiene Mar�a un grupo de WhatsApp con los padres que conoci� durante aquellos meses en La Paz, con los que existe todav�a un v�nculo muy fuerte. "Nos mandamos fotos, celebramos los cumplea�os juntos y nos tenemos much�simo cari�o. Hay una ni�a, Sof�a, que va a la clase de Carlos, crecen juntos.

lo que te hace m�s fuerte
 Mi mam� y yo somos una familia feliz (Ed. Harperkids)
Mi mam� y yo somos una familia feliz (Ed. Harperkids) TELVA

Desde que el ni�o lleg� a casa, todo lo dem�s que le ha pasado me parece una tonter�a. No me agobio por nada. A mi, que siempre he sido muy positiva, lo vivido me ha dado m�s fuerza. �l es un ni�o muy f�cil, muy noblote y obediente y mi padre y mi hermano han asumido el papel de padres con naturalidad".

muchos tipos de familias

Mar�a conserva grabado el v�deo del momento en que Carlos entrega a su abuelo el regalo que prepar� en el colegio para el d�a del padre: un delantal pintado en el que pon�a Happy day grandpa. "Mi padre casi muere de la ilusi�n. En el colegio nos lo ponen muy f�cil, porque hay padres divorciados, solteros, hijos de dos padres... Uno de los motivos que me llev� a escribir este libro fue el de mostrar que hay muchos tipos de familias. Quer�a hacerle a mi hijo un regalo con el que se identificara. Si a un ni�o le cuentas las cosas con naturalidad, sin tab�s o silencios raros, lo asimila muy bien. Yo le he contado desde siempre que no tiene pap� pero s� una familia amplia, y no pasa nada. Espero que el libro ayude a gente que lo pasa mal, porque he recibido cartas de mujeres que me han dado las gracias por normalizar el ser madre soltera. Es de las cosas m�s bonitas que me han pasado".

5 libros para ser le�dos al aire libre, en una terraza o en un jard�n (... y sentirte, sencillamente, feliz)