Especie invasora

Siluro: el depredador letal que dominará los ríos españoles

Este pez gigante, introducido de forma ilegal en 1974, se expande de manera irremediable por las aguas del país y amenaza con acabar con la diversidad en las orillas

Óscar Beltrán de Otálora y Josemi Benítez

Martes, 9 de julio 2024, 12:11

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

«El siluro es una bomba de relojería ecológica. No sé cómo van a evolucionar nuestros ríos, pero en poco tiempo su riqueza ecológica va a desaparecer». Este es el pronóstico del catedrático de zoología de la Universidad de Córdoba Carlos Fernández Delgado, una de las voces más autorizadas sobre el siluro por su investigación sobre esta invasión silenciosa. Según su diagnóstico, la expansión imparable de este pez gigantesco y de aspecto jurásico es una de las mayores amenazas que sufre la fauna de las riberas españolas. En Euskadi, su presencia está confirmada desde hace al menos doce años.

Este monstruo de río puede alcanzar más de dos metros de longitud y superar los 100 kilos de peso. Y tiene varias características que lo convierten en una máquina letal a la hora de exterminar al resto de animales subacuáticos. Por un lado, es un depredador excepcional, que se alimenta de peces y carroña pero también de aves acuáticas e incluso de roedores. Y necesita mucha comida. Cada día devora el 5% de su peso. «Mil siluros, al cabo de un año, son más de 700 toneladas de biomasa exterminadas», explica el experto.

SILURO

(Silurus glanis)

GRUPO TAXONÓMICO: PECES

PHYLUM: Chordata

CLASE: Actinopterygii

ORDEN: Siluriformes

FAMILIA: Siluridae

Es una especie capaz de sobrevivir a distintos climas, aunque su ideal está en unos 25ºC.

Algunos pueden llegar a medir 2,5 metros y a pesar más de 100 kilos.

Cuerpo alargado y comprimido en la parte posterior.

HÁBITAT

El siluro es un pez de agua dulce al que le gustan las aguas turbias. Suele ocupar grandes ríos, lagos y embalses con aguas con poca corriente, profundas y con abundancia de peces. Tiene una esperanza de vida es unos 30 años y es un depredador muy voraz que puede llegar a consumir hasta el 5% de su peso corporal. Se alimenta de todo tipo de peces, carroña y cualquier pequeño animal que se le pongan a su alcance.

Patos, palomas, roedores, culebras, ranas o cangrejos son su dieta aparte de los peces.

No atacan a los humanos a no ser que se sientan amenazados.

Aleta anal muy larga.

Lateral sensible al sonido.

Sus fuertes aletas pectorales indican que vive sobre todo en el fondo.

Tiene buen olfato y oído que le permite detectar muy bien los sonidos producidos fuera del agua. Una de las tácticas de los pescadores es dar golpes en la superficie del agua.

La piel no tiene escamas, pero está recubierta de mucha mucosidad que ayuda a la respiración.

Fosas nasales

Cuatro barbillones

más cortos en la parte inferior.

Receptores

sensoriales

Dos barbillones largos y móviles en la mandíbula superior que funcionan como órgano sensorial que recoge los estímulos olfativos, gustativos y táctiles.

Cabeza grande, ancha y aplanada

Color azul negruzco, pardo o verdoso; los flancos son más claros y el vientre blanco.

Ojos pequeños

Se alimenta por succión

No tiene incisivos, así que su capacidad de morder es limitada. Sus pequeños dientes son como limas.

Pez muy activo en la oscuridad

No detecta a las presas mediante la vista, ya que sus ojos son prácticamente inservibles. Así que utiliza los electrorreceptores de los barbillones y otros organos sensibles al gusto y al tacto situados en la boca y en otras zonas del cuerpo.

En invierno permanece poco activo, escondido en el fondo, y se alimenta muy poco.

SILURO

(Silurus glanis)

GRUPO TAXONÓMICO: PECES

PHYLUM: Chordata

CLASE: Actinopterygii

ORDEN: Siluriformes

FAMILIA: Siluridae

Es una especie capaz de sobrevivir a distintos climas, aunque su ideal está en unos 25ºC.

Algunos ejemplares pueden llegar a medir 2,5 metros y a pesar más de 100 kilos.

Cuerpo alargado y comprimido en la parte posterior.

HÁBITAT

El siluro es un pez de agua dulce al que le gustan las aguas turbias. Suele ocupar grandes ríos, lagos y embalses con aguas con poca corriente, profundas y con abundancia de peces. Tiene una esperanza de vida es unos 30 años y es un depredador muy voraz que puede llegar a consumir hasta el 5% de su peso corporal. Se alimenta de todo tipo de peces, carroña y cualquier pequeño animal que se le pongan a su alcance.

Patos, palomas, roedores, culebras, ranas o cangrejos son su dieta aparte de los peces.

No atacan a los humanos a no ser que se sientan amenazados.

Lateral sensible a los ruidos.

La aleta anal muy larga.

Tiene buen olfato y oído que le permite detectar muy bien los sonidos producidos fuera del agua. Una de las tácticas de los pescadores es dar golpes en la superficie del agua.

Sus fuertes aletas pectorales indican que vive sobre todo en el fondo.

La piel no tiene escamas, pero está recubierta de mucha mucosidad que ayuda a la respiración a través de la absorción de oxígeno y la secreción de dióxido decarbono.

Fosas nasales

Cuatro barbillones

más cortos en la parte inferior.

Receptores

sensoriales

Dos barbillones largos y móviles en la mandíbula superior que funcionan como órgano sensorial que recoge los estímulos olfativos, gustativos y táctiles.

Cabeza grande, ancha y aplanada

Color azul negruzco, pardo o verdoso; los flancos son más claros y el vientre blanco.

Ojos pequeños

Se alimenta por succión

No tiene incisivos, así que

su capacidad de morder es

limitada. Sus pequeños

dientes son como limas.

Pez muy activo en la oscuridad

No detecta a las presas mediante la vista, ya que sus ojos son prácticamente inservibles. Así que utiliza los electrorreceptores de los barbillones y otros organos sensibles al gusto y al tacto situados en la boca y en otras zonas del cuerpo.

En invierno permanece poco activo, escondido en el fondo, y se alimenta muy poco.

SILURO

(Silurus glanis)

GRUPO TAXONÓMICO: PECES

PHYLUM: Chordata

CLASE: Actinopterygii

ORDEN: Siluriformes

FAMILIA: Siluridae

Algunos ejemplares pueden llegar a medir 2,5 metros y a pesar más de 100 kilos.

Cuerpo alargado y comprimido en la parte posterior.

HÁBITAT

El siluro es un pez de agua dulce al que le gustan las aguas turbias. Suele ocupar grandes ríos, lagos y embalses con aguas con poca corriente, profundas y con abundancia de peces. Tiene una esperanza de vida es unos 30 años y es un depredador muy voraz que puede llegar a consumir hasta el 5% de su peso corporal. Se alimenta de todo tipo de peces, carroña y cualquier pequeño animal que se le pongan a su alcance.

Es una especie capaz de sobrevivir a distintos climas, aunque su ideal esta en unos 25ºC.

Patos, palomas, roedores, culebras, ranas o cangrejos son su dieta aparte de los peces.

No atacan a los humanos a no ser que se sientan amenazados. No tiene incisivos y se alimenta por succión.

Sin aleta adiposa

Lateral sensible a los ruidos.

La aleta anal ocupa más de la mitad de su longitud total entre el orificio anal y la aleta caudal

Ojos pequeños

6 barbillones, 2 largos y 4 cortos

Tiene buen olfato y oído que le permite detectar muy bien los sonidos producidos fuera del agua. Una de las tácticas de los pescadores es dar golpes en la superficie del agua.

La piel no tiene escamas, pero está recubierta de mucha mucosidad que ayuda a la respiración a través de la absorción de oxígeno y la secreción de dióxido decarbono.

Cabeza grande, ancha y aplanada

Color azul negruzco, pardo o verdoso; los flancos son más claros y el vientre blanco.

Aleta dorsal

Fosas nasales

Sus fuertes aletas pectorales indican que vive predominantemente en el fondo.

Cuatro barbillones

más cortos en la parte inferior.

Receptores sensoriales

Dos barbillones largos y móviles en la mandíbula superior que funcionan como órgano sensorial que recoge

los estímulos olfativos, gustativos y táctiles.

Depredador oportunista

Peces vivos y muertos, anfibios, crustáceos, insectos, gusanos y otros invertebrados, aves acuáticas e incluso plantas, pero su alimento preferido son peces como carpas y los barbos.

Electroreceptores

Pez muy activo en la oscuridad

Se alimenta por succión

No detecta a las presas mediante la vista, ya que sus ojos son prácticamente inservibles. Así que utiliza los electrorreceptores de los barbillones y otros organos sensibles al gusto y al tacto situados en la boca y en otras zonas del cuerpo.

No tiene incisivos, así que su capacidad de morder es limitada. Sus pequeños dientes son como limas.

En invierno permanece poco activo, escondido en el fondo, y se alimenta muy poco.

SILURO

(Silurus glanis)

GRUPO TAXONÓMICO: PECES

PHYLUM: Chordata

CLASE: Actinopterygii

ORDEN: Siluriformes

FAMILIA: Siluridae

Cuerpo alargado y comprimido en la parte posterior.

Algunos ejemplares pueden llegar a medir 2,5 metros y a pesar más de 100 kilos.

HÁBITAT

El siluro es un pez de agua dulce al que le gustan las aguas turbias. Suele ocupar grandes ríos, lagos y embalses con aguas con poca corriente, profundas y con abundancia de peces. Tiene una esperanza de vida es unos 30 años y es un depredador muy voraz que puede llegar a consumir hasta el 5% de su peso corporal. Se alimenta de todo tipo de peces, carroña y cualquier pequeño animal que se le pongan a su alcance.

Es una especie capaz de sobrevivir a distintos climas, aunque su ideal esta en unos 25ºC.

No atacan a los humanos a no ser que se sientan amenazados. No tiene incisivos y se alimenta por succión.

Patos, palomas, roedores, culebras, ranas o cangrejos son su dieta aparte de los peces.

Sin aleta adiposa

Lateral sensible a los ruidos.

La aleta anal ocupa más de la mitad de su longitud total entre el orificio anal y la aleta caudal

Fosas nasales

Ojos pequeños

Tiene buen olfato y oído que le permite detectar muy bien los sonidos producidos fuera del agua. Una de las tácticas de los pescadores es dar golpes en la superficie del agua.

6 barbillones, 2 largos y 4 cortos

La piel no tiene escamas, pero está recubierta de mucha mucosidad que ayuda a la respiración a través de la absorción de oxígeno y la secreción de dióxido decarbono.

Aleta dorsal

Cabeza grande, ancha y aplanada

Color azul negruzco, pardo o verdoso; los flancos son más claros y el vientre blanco.

Sus fuertes aletas pectorales indican que vive predominantemente en el fondo.

Cuatro barbillones

más cortos en la parte inferior.

Receptores sensoriales

Dos barbillones largos y móviles en la mandíbula superior que funcionan como órgano sensorial que recoge

los estímulos olfativos, gustativos y táctiles.

Depredador oportunista

Peces vivos y muertos, anfibios, crustáceos, insectos, gusanos y otros invertebrados, aves acuáticas e incluso plantas, pero su alimento preferido son peces como carpas y los barbos.

Electroreceptores

Pez muy activo en la oscuridad

Se alimenta por succión

No detecta a las presas mediante la vista, ya que sus ojos son prácticamente inservibles. Así que utiliza los electrorreceptores de los barbillones y otros organos sensibles al gusto y al tacto situados en la boca y en otras zonas del cuerpo.

No tiene incisivos, así que su capacidad de morder es limitada. Sus pequeños dientes son como limas.

En invierno permanece poco activo, escondido en el fondo, y se alimenta muy poco.

El zoólogo recuerda que su éxito a la hora de extenderse por los ríos está relacionado con «la inteligencia» que ha demostrado la especie. «Sabemos que son capaces de reconocerse e identificarse. Además, en algunos casos se ha detectado que son capaces de organizarse en manadas para cazar con más éxito», afirma Fernández. Otra de las claves de su expansión es el cuidado parental de las crías. «Normalmente, un pez deposita los huevos, los machos los fecundan y luego se olvidan de la puesta, por lo que quedan al albur de otros depredadores. El siluro no actúa así. Hace un nido y luego el macho se queda vigilando la puesta hasta que los huevos eclosionan y las crías comienzan a nadar», asegura. Este comportamiento asegura el éxito reproductivo de una especie que puede alcanzar los 40 años de vida, en los que una hembra llega a poner 30.000 huevos.

Pero en el caso de la expansión imparable del siluro hay otro elemento a tener en cuenta. «Es como si tuviera ruedas», ironiza Fernández Delgado. Porque su extensión a una velocidad increíble por las cuencas españolas está relacionada con la acción humana. En concreto, con algunos sectores de los aficionados a la pesca recreativa que se han encargado de llevar alevines a los embalses o ríos en los que no existe el siluro para que se expandan y así tener una presa nueva y descomunal para alimentar su afición. «Hemos visto que el siluro ha llegado a lugares en los que su presencia era imposible si hubiera seguido la ruta normal de colonización a través de los ríos. Por ejemplo, detrás de las presas de los embalses, un obstáculo que ningún pez puede salvar. Si el siluro ha llegado allí es a causa de la acción del hombre», asegura el catedrático de zoología.

La reproducción tiene lugar entre abril y julio, en zonas de poca profundidad y abundante vegetación. El macho excava un nido para la puesta y permanece vigilando hasta que eclosionan los huevos.

3 mm de diámetro

Miles de huevos en cada puesta.

Cada hembra deposita hasta 30.000 huevos por cada kilo de peso. Eclosionan a partir del tercer día y se desarrollan rápidamente.

El crecimiento de machos y hembras es similar los primeros años de vida, luego los machos crecen más y suelen vivir unos 20 años por 15 las hembras. Los machos pueden alcanzar 22 años y las hembras 16 años.

20 – 30 cm

al año de vida

40 - 70 cm

a los 3 -4 años (madurez)

100 cm.

a los 6 -7 años

La historia del siluro en España está relacionada con la acción humana. Este pez típico del Danubio y otros ríos de Europa central no existía en la península hasta 1974. El culpable de su desembarco en los ríos españoles está perfectamente identificado. Su nombre es Roland Lorkowsky y es un biólogo y pescador aficionado alemán que depositó 32 alevines de este pez en Ribarroja, en las orillas del embalse de Mequinenza. Lorkowsky quería que el animal se expandiera para tener así más oportunidades de pescar esta especie en España.

RÍO VOLGA

RÍO DANUBIO

Embalse de

Mequinenza-Ribarroja

(Zaragoza)

Zaragoza

CATALUÑA

RÍO EBRO

Tarragona

ARAGÓN

DELTA

DEL EBRO

MEDITERRÁNEO

A partir de este embalse aragonés, el siluro se fue expandiendo a través del río Ebro. Pero comenzó a cambiar a de cuencas, según Carlos Fernández, por pescadores que imitaron a Lorkowsky y comenzaron a llevar crías del monstruo a sus lugares habituales de pesca. «Esa decisión es descabellada, porque supone que puedes pescar el siluro, pero nada más. En unos años acabará con la fauna autóctona».

PRESENCIA DEL SILURO

Y SU EVOLUCIÓN EN

NUESTROS RÍOS.

1970-79

1980-89

1990-99

2000-09

2010-19

2020-24

FUENTE: STOP SILURO

La reproducción tiene lugar entre abril y julio, en zonas de poca profundidad y abundante vegetación. El macho excava un nido para la puesta y permanece vigilando hasta que eclosionan los huevos.

3 mm de diámetro

Miles de huevos en cada puesta.

Cada hembra deposita hasta 30.000 huevos por cada kilo de peso. Eclosionan a partir del tercer día y se desarrollan rápidamente.

El crecimiento de machos y hembras es similar los primeros años de vida, luego los machos crecen más y suelen vivir unos 20 años por 15 las hembras. Los machos pueden alcanzar 22 años y las hembras 16 años.

20 – 30 cm

al año de vida

40 - 70 cm

a los 3 -4 años (madurez)

100 cm.

a los 6 -7 años

La historia del siluro en España está relacionada con la acción humana. Este pez típico del Danubio y otros ríos de Europa central no existía en la península hasta 1974. El culpable de su desembarco en los ríos españoles está perfectamente identificado. Su nombre es Roland Lorkowsky y es un biólogo y pescador aficionado alemán que depositó 32 alevines de este pez en Ribarroja, en las orillas del embalse de Mequinenza. Lorkowsky quería que el animal se expandiera para tener así más oportunidades de pescar esta especie en España.

RÍO VOLGA

RÍO DANUBIO

Embalse de

Mequinenza-Ribarroja

(Zaragoza)

Zaragoza

CATALUÑA

RÍO EBRO

Tarragona

ARAGÓN

DELTA

DEL EBRO

MEDITERRÁNEO

A partir de este embalse aragonés, el siluro se fue expandiendo a través del río Ebro. Pero comenzó a cambiar a de cuencas, según Carlos Fernández, por pescadores que imitaron a Lorkowsky y comenzaron a llevar crías del monstruo a sus lugares habituales de pesca. «Esa decisión es descabellada, porque supone que puedes pescar el siluro, pero nada más. En unos años acabará con la fauna autóctona».

PRESENCIA DEL SILURO

Y SU EVOLUCIÓN EN

NUESTROS RÍOS DESDE 1974

1970-79

1980-89

1990-99

2000-09

2010-19

2020-24

FUENTE: STOP SILURO

La reproducción tiene lugar entre abril y julio, en zonas de poca profundidad y abundante vegetación. El macho excava un nido para la puesta y permanece vigilando hasta que eclosionan los huevos.

3 mm de diámetro

Miles de huevos en cada puesta.

Cada hembra deposita hasta 30.000 huevos por cada kilo de peso. Eclosionan a partir del tercer día y se desarrollan rápidamente.

El crecimiento de machos y hembras es similar los primeros años de vida, luego los machos crecen más y suelen vivir unos 20 años por 15 las hembras.

Los machos pueden alcanzar 22 años y las hembras 16 años.

20 – 30 cm

al año de vida

40 - 70 cm

a los 3 -4 años (madurez)

100 cm.

a los 6 -7 años

La historia del siluro en España está relacionada con la acción humana. Este pez típico del Danubio y otros ríos de Europa central no existía en la península hasta 1974. El culpable de su desembarco en los ríos españoles está perfectamente identificado. Su nombre es Roland Lorkowsky y es un biólogo y pescador aficionado alemán que depositó 32 alevines de este pez en Ribarroja, en las orillas del embalse de Mequinenza. Lorkowsky quería que el animal se expandiera para tener así más oportunidades de pescar esta especie en España.

RÍO VOLGA

RÍO DANUBIO

Lleida

Embalse de

Mequinenza-Ribarroja

(Zaragoza)

CATALUÑA

Zaragoza

RÍO EBRO

Barcelona

Tarragona

ARAGÓN

DELTA

DEL EBRO

MEDITERRÁNEO

A partir de este embalse aragonés, el siluro se fue expandiendo a través del río Ebro. Pero comenzó a cambiar a de cuencas, según Carlos Fernández, por pescadores que imitaron a Lorkowsky y comenzaron a llevar crías del monstruo a sus lugares habituales de pesca. «Esa decisión es descabellada, porque supone que puedes pescar el siluro, pero nada más. En unos años acabará con la fauna autóctona».

PRESENCIA DEL SILURO Y SU EVOLUCIÓN

EN NUESTROS RÍOS DESDE 1974

1970-79

1980-89

1990-99

2000-09

2010-19

2020-24

FUENTE: STOP SILURO

La reproducción tiene lugar entre abril y julio, en zonas de poca profundidad y abundante vegetación. El macho excava un nido para la puesta y permanece vigilando hasta que eclosionan los huevos.

3 mm de diámetro

Miles de huevos en cada puesta.

Cada hembra deposita hasta 30.000 huevos por cada kilo de peso. Eclosionan a partir del tercer día y se desarrollan rápidamente.

El crecimiento de machos y hembras es similar los primeros años de vida, luego los machos crecen más y suelen vivir unos 20 años por 15 las hembras. Los machos pueden alcanzar 22 años y las hembras 16 años.

20 – 30 cm

al año de vida

40 - 70 cm

a los 3 -4 años (madurez)

100 cm.

a los 6 -7 años

La historia del siluro en España está relacionada con la acción humana. Este pez típico del Danubio y otros ríos de Europa central no existía en la península hasta 1974. El culpable de su desembarco en los ríos españoles está perfectamente identificado. Su nombre es Roland Lorkowsky y es un biólogo y pescador aficionado alemán que depositó 32 alevines de este pez en Ribarroja, en las orillas del embalse de Mequinenza. Lorkowsky quería que el animal se expandiera para tener así más oportunidades de pescar esta especie en España.

Lleida

Embalse de

Mequinenza-Ribarroja

(Zaragoza)

RÍO VOLGA

CATALUÑA

Zaragoza

RÍO EBRO

ARAGÓN

Tarragona

RÍO DANUBIO

DELTA

DEL EBRO

MEDITERRÁNEO

A partir de este embalse aragonés, el siluro se fue expandiendo a través del río Ebro. Pero comenzó a cambiar a de cuencas, según Carlos Fernández, por pescadores que imitaron a Lorkowsky y comenzaron a llevar crías del monstruo a sus lugares habituales de pesca. «Esa decisión es descabellada, porque supone que puedes pescar el siluro, pero nada más. En unos años acabará con la fauna autóctona».

PRESENCIA DEL SILURO Y SU EVOLUCIÓN

EN NUESTROS RÍOS DESDE 1974

1970-79

1980-89

1990-99

2000-09

2010-19

2020-24

FUENTE: STOP SILURO

La organización de Carlos Fernández, Stop Siluros, está trabajando ahora en el Bajo Guadalquivir para estudiar el efecto de estos animales en una zona de especial protección que en sus riberas, por ejemplo, acoge al parque natural de Doñana pero también pesquerías de agua dulce. En ese tramo del río llevan a cabo un estudio encargado por el Ministerio de Medio Ambiente sobre la expansión del pez, para lo que estudian el ADN ambiental y vigilan también el cauce con ecosondas. En el primer caso, los expertos toman muestras de agua y las analizan en busca del genoma del siluro. Cuanto más aparece, más abundante es la especie. Pero también recorren la superficie con lanchas equipadas con un sistema de sónar. «Si se detectan peces de más de un metro de longitud sabemos que son siluros porque solo ellos consiguen ese tamaño. Las anguilas, por ejemplo, son más finas y no aparecen en el sónar».

Un ejemplar de siluro.

En opinión del zoólogo, esta zona sensible del Guadalquivir es clave para analizar la evolución del siluro y su efecto en el medio ambiente. «En la cuenca hay pesquerías de cangrejo de las que dependen más de 200 familias. Imagina lo que supondría para esas empresas que llegue este depredador que necesita dos kilos diarios de comida». Además, en algunos ya se ha detectado que los pescadores dispuestos a soltar crías de siluro de forma ilegal son conscientes de que necesitan que este invasor encuentre comida. Por ello, además del monstruo de río lanzan al agua de manera clandestina otras especies como el alburno, otro pez procedente de Europa del Este para que los siluros puedan contar con más presas.

Un pescador sostiene su captura.

La situación es dispar en el territorio y se producen situaciones paradójicas como la del embalse del Sobrón, que sirve de frontera entre Burgos y Álava y, con ello, depende de dos jurisdicciones. La Junta de Castilla y León cuenta desde hace tres años con un plan específico para controlar la invasión de este depredador y ha tomado una de las decisiones que por el momento se considera más eficaz para disuadir a los incontrolados que introducen el siluro de forma ilegal: prohibir su pesca. Prohíbe de manera específica la utilización de los aparejos especiales necesarios para pescar a estos grandes animales -sedales trenzados que aguantan decenas de kilos y anzuelos mucho más grandes y resistentes- con lo que hace imposible pescarlos.

Pero también ha permitido que una asociación sí los capture, para de esa manera controlar la evolución de la especie. El año pasado, por ejemplo, se eliminaron cinco ejemplares de gran tamaño. El más grande, de metro y medio de largo.

Embalse de Sobrón

Embalse de

Ullibarrri-Gamboa

Pesca permitida en el lado alavés y prohibida en el burgalés

(Siluro)

VITORIA

ÁLAVA

RÍO EBRO

Miranda de Ebro

BURGOS

Embalse de

Ullibarrri-Gamboa

Embalse de Sobrón

Pesca permitida en el lado alavés y prohibida en el burgalés

(Presencia del Siluro)

VITORIA

ÁLAVA

TREVIÑO

RÍO EBRO

BURGOS

Miranda de Ebro

Pancorbo

Embalse de

Ullibarrri-Gamboa

(Presencia del Siluro)

Embalse de Sobrón

Pesca permitida en el lado alavés y prohibida en el burgalés

VITORIA

ÁLAVA

TREVIÑO

RÍO EBRO

BURGOS

Miranda de Ebro

Pancorbo

Embalse de

Ullibarrri-Gamboa

(Presencia del Siluro)

Embalse de Sobrón

Pesca permitida en el lado alavés y prohibida en el burgalés

VITORIA

ÁLAVA

TREVIÑO

RÍO EBRO

BURGOS

Miranda de Ebro

Pancorbo

En Álava, en la otra orilla del embalse, la situación es completamente distinta, ya que no existe ninguna medida específica y ni siquiera figura en la lista de especies invasoras de la norma de pesca del departamento de Medio Natural. Y río abajo, en Navarra, sí se ha incluido el siluro entre las especies invasoras y hay disposiciones que obligan de manera expresa a sacrificarlos si se pescan. La Policía Foral navarra incluso ha denunciado a una persona por vender a través de internet crías de siluro.

Aunque las normativas nacionales sobre este animal obligan a sacrificar a todos los siluros que se capturan, muchos pescadores sucumben a la tentación de soltar a los peces después de haberlos sacado a tierra y fotografiarse con ellos. «Es un error muy grave», afirma Carlos Fernández. «Los efectos van a ser muy perniciosos. No me atrevo a predecir cómo van a terminar los ríos españoles, pero lo que tengo claro es que la diversidad está amenazada y en unos años la fauna de los cauces ya no será como la conocemos», se lamenta el experto.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia