Especial Hollywood 2023

Jonathan Majors, el nuevo villano de Marvel: “No me interesan las gilipolleces de la industria"

La estrella de Creed III está a punto de hacerse con todas las taquillas del mundo interpretando al nuevo villano de Marvel.

Técnicamente, Jonathan Majors lleva sin tener sitio al que llamar hogar desde que se graduó en 2016. Por el momento, el que tiene en Los Ángeles está en el hotel Four Seasons, donde quedamos para cenar una noche de diciembre. “Ha estado guay. Me gusta", dice el actor que aparece en nuestra portada del Especial Hollywood 2023, mientras se acerca a la mesa con una pequeña taza de cerámica en la mano. “Puedo hacer que cualquier sitio sea mi hogar. Son gajes del oficio. Pero ha sido así desde que era niño. Nos mudábamos un montón”. 

Majors, que fue criado en Texas por una madre soltera (y pastora protestante), tuvo que hacer frente a muchos baches en su camino al estrellato, metiéndose en algún que otro lío en el colegio y teniendo que pasar una temporada viviendo en su coche. Pero la actuación le dio paz y le brindó un propósito, y poco después de graduarse de la facultad de arte dramático de Yale, rodó su primer largometraje. Nada más y nada menos que Hostiles, junto a Christian Bale. También brilló en películas independientes como The Last Black Man in San Francisco, en la serie de HBO Lovecraft Country, Más dura será la caída de Netflix y la cinta Devotion. Una historia de héroes, estrenada el año pasado.

Menos mal que a Majors no se le hace difícil estar siempre en movimiento, porque el ritmo de su vida está a punto de acelerarse drásticamente. Este año el actor entrará de lleno en la estratosfera de la fama mundial de la mano del villano de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, que se estrenó en los cines el pasado 17 de febrero. El personaje de Majors, Kang el Conquistador, es un malo capaz de viajar en el tiempo y alterar su apariencia según la línea temporal. Pero no solo eso, sino que además será el principal villano del universo Marvel en varias películas, entre ellas Vengadores: la dinastía Kang, que se estrenará en 2025. Asimismo, este viernes 3 de marzo se estrena Creed III, la cual coprotagoniza junto Michael B. Jordan, y en la que interpreta a un amigo de la infancia con mucho que demostrar tras cumplir una larga condena en prisión.

Majors aumentó de peso hasta alcanzar los 90 kilos, a menudo entrenando tres veces al día y consumiendo alrededor de 6.100 calorías. Lo hizo para poder interpretar estos papeles y la película indie Magazine Dreams, que tuvo una gran acogida en Sundance y obtuvo el aplauso de críticos como Richard Lawson de Vanity Fair US, quien calificó su actuación de “maravilla aterradora”. Su transformación física ha acaparado mucha atención, pero son sus interpretaciones contenidas y conmovedoras las que hacen que sea uno de los actores más prometedores del Hollywood actual.

A continuación, Majors, que se desplaza constantemente a Atlanta, donde vive su hija de nueve años (tienen la norma de no pasar más de diez días separados), admite que lo suyo con Marvel no empezó con muy buen pie. Y de paso nos cuenta qué es lo que, en su opinión, convierte a alguien en una estrella de cine.

Camiseta de Tom Ford, pantalones de Dolce & Gabbana y reloj de Rolex.

Fotografía de Steven Klein. Estilismo de Patti Wilson. 

¿Cómo le afecta emocionalmente haber tenido que modificar hasta tal punto su cuerpo? 
En mi facultad de arte dramático nos inculcaron a rajatabla aquello de “no hagáis pesas, no hagáis ejercicio”. Insistían, sobre todo a los hombres, en que no nos musculáramos demasiado, sobre todo porque altera tus articulaciones y lo que conocemos como esquema respiratorio. Siempre tuve problemas con eso porque me crie en Texas practicando deporte a niveles muy competitivos, así que estaba tan en forma como lo podía estar un chaval de 18 años. Para responder a su pregunta, en mi caso me sirve para acercarme al personaje. Ya he debatido esto con mis mentores actuales y mis antiguos profesores de actuación, a quienes siempre les he dicho “en realidad esto es parte del oficio de actuar”. Te acerca a los personajes y acaba siendo algo bastante espiritual. Se trata de actuar lo menos posible, que es mi principal manera de enfocarlo: no mientas. Di la verdad.

Uno de los principales carteles promocionales de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía es una fotografía enorme de su rostro, caracterizado como Kang. ¿Cómo se sintió al verlo?
Es divertido. Una vez más, este fue otro de los debates que tuvimos en arte dramático. Siempre decían cosas en plan “¿Acaso eso es actuar? ¿Eso es actuar de verdad?”. He visto todas y cada una de las películas de Marvel y jamás pensé que me escogerían para hacer esto. ¿Sabes qué? No me pidieron que cambiase mi manera de interpretar, que era el mayor de mis miedos. Pero vaya, ver ese cartel fue probablemente uno de los pocos momentos en los que pensé “la hostia. Esto no puede ser real”. Soy bastante tranquilo. Me suele llevar tiempo entusiasmarme, pero sentí: “Vaya, ahora sí que sí”. 

Durante los próximos años, Kang será el principal villano en varias películas de Marvel. ¿Le inspiró algún temor firmar un contrato para algo que se prolongara tanto en el tiempo? 
No, no fui consciente ni por un momento de quién era el personaje y de su potencial. A ver, espero que no me perjudique contarlo, pero quise marcharme la primera vez que me convocaron en Marvel.

¿Se marchó?
Aquello fue hace mucho tiempo. Acababa de salir de estudiar arte dramático, andaba de acá para allá y de repente me sentaron en una oficina. Me crie de una manera muy particular y no me gusta hacer que nadie pierda el tiempo. Así que me presenté allí y me encontré con que todo el mundo estaba liado. Y yo pensé “se supone que es aquí donde tengo que estar, ¿no?”. Pero aquello se alargó y yo solté “Me voy a tener que ir. Todo bien, pero me voy”. Y me fui hasta la puerta, pero luego me dijeron que vendría Sarah Finn [la directora de casting]. Nos metimos en una habitación y conversamos. Tuvimos una conversación fantástica. Creo que tres años después hablamos sobre Kang. Y ahora no tengo ninguna inquietud al respecto, en especial con respecto a quién es Kang. Cuando dije que sí, pude ver la foto completa, y lo que se está preparando está cohesionado. 

La gente se ha percatado de que suele llevar siempre una taza consigo. ¿Por qué?
Bueno, las tazas están hechas para contener cosas. Así que la mía lleva agua, nunca hay alcohol. La gente debería saber eso. Creo que es importante mantenerse hidratado. Mi madre solía decirme “Oye, nunca dejes que nadie te llene la taza. Nadie puede llenarla por ti”. Y se convirtió en una costumbre. 

Su fama no hace más que crecer. ¿Hasta qué punto está protegiendo su vida personal?
Creo que la gente te trata como tú permites que te traten. Soy una persona reservada. Yo voy a lo mío. Se trata del trabajo y de cómo lo haces. No molesto a nadie. No me interesan las gilipolleces de la industria. A las 12 ya estoy en la cama.

No tiene ningún perfil en las redes sociales. ¿Se siente presionado a estar en ellas? 
Al principio sí que recibí presión por parte de mi equipo y de mi publicista. Una ligera presión. Yo les dije: “Lo creáis o no, y puede que ahora no lo veáis así, me va a quitar trabajo”.  Y no es que me parezca una mierda. Entiendo lo que significa. Sé que hay algunas cosas de las que no me entero porque llevo seis días de retraso con lo que sea que pase con Kanye. A ver, lo que quiero decir es que ya soy capaz de meter la pata en el mundo real. No me deis otra posibilidad.

¿Qué es lo que considera que define a una estrella del cine de su generación? 
Mira, hubo un tiempo en el que pensé que era una palabrota, ¿sabes lo que te quiero decir? “Estrella de cine”. En el colegio jamás se me hubiese ocurrido decir algo tan ambicioso. Michael [B. Jordan] es un muy buen ejemplo de estrella de cine, porque las estrellas de cine tienen que atraer tanto a la burguesía como al proletariado. Las estrellas de cine pueden proyectar una película en Montana. Las estrellas de cine son peligrosas para los políticos. Es un tipo diferente de carga. 

¿Así que ya no cree que sea una palabrota? 
No. Creo que es una palabra que me daba miedo porque trae muchas esperanzas consigo. Y eso me asusta.

¿Qué tal está asimilando este momento de su carrera?
El otro día, estaba hablando con mi agente en un parking, esperando a que abrieran el gimnasio, y yo le decía “hay que pensar a largo plazo”. Conocí a muchos tipos del teatro —como Keith Randolph Smith, Ruben Santiago-Hudson y Michael Potts— estando en la veintena y estos caballeros ahora tienen más de 60 años. Esos son los actores con los que yo crecí. Yo aspiro a ser así. Creo que hoy en día mucha gente se queda corta cuando debería pasarse. Pero estoy muy feliz con cómo me va todo.

Pero su taza no está llena.
Sí, eso es justo lo que pasa. Teniendo en cuenta cuáles son mis planes, no estoy del todo satisfecho —y así es como tiene que ser—.

Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.

Artículo original publicado por Vanity Fair USA y traducido y adaptado por Darío Gael Blanco. Accede al original aquí.