En los SAG Awards de 2022, Hoyeon, la estrella de El juego del calamar, estuvo nominada en la categoría de mejor actriz de serie dramática, compitiendo contra veteranas de la televisión como Jennifer Aniston, Elisabeth Moss y Reese Witherspoon. Así que la actriz surcoreana, que aparece en nuestra portada del Especial Hollywood 2023 de Vanity Fair, con razón se quedó en shock al anunciarse como ganadora, llorando de la emoción y pronunciando su discurso de agradecimiento con voz temblorosa: “Os he visto muchas veces en la gran pantalla, soñando con convertirme algún día en actriz”.
La exmodelo, que saltó al estrellato tras interpretar a una desertora norcoreana en apuros en la serie revelación de Netflix, pronto firmó un contrato con una importante agencia estadounidense, haciéndose con un papel en la serie Disclaimer, dirigida por Alfonso Cuarón, junto a nada menos que Cate Blanchett. También se convirtió en embajadora de Louis Vuitton y aparecerá como estrella invitada en un nuevo dorama de Netflix llamado Chicken Nugget. Con la ayuda de un intérprete, conversamos con Hoyeon sobre los altibajos del estrellato repentino.
¿Por qué siente que necesita un descanso tras el éxito de El juego del calamar?
Han pasado muchísimas cosas a lo largo de este último año, y creo que me hallaba en un estado en el que no era completamente capaz de digerir todo lo que me había sucedido, o no tanto como deseaba. Sentía más bien que había sido arrastrada por lo que me estaba sucediendo. Naturalmente, estaba extremadamente agradecida por todo lo que había sucedido. Fue sin duda como un sueño hecho realidad, y tuve muchísima suerte de tener todas esas oportunidades. Pero al fin y al cabo somos humanos, así que estamos abocados a toparnos con algunas limitaciones físicas y, cuando eso sucede, lo que yo aprendí es que también llegas a tu límite, mentalmente hablando.
¿Cuál diría que fue su mejor momento en estos últimos dos años?
Los SAG Awards. No me esperaba ganar. Pensaba que aquella noche mi trabajo sería aparecer por la alfombra roja, entregar un premio y ya está. Así que después de presentarlo, me bebí dos copas seguidas de champán porque pensé “bueno, ya he terminado por hoy”. Pero al escuchar mi nombre me quedé en plan “No, no puede ser”.
¿Y su peor momento?
Tal vez unas semanas después de los Emmys, porque fueron el último acto promocional de nuestra serie. Estas emociones complejas llegaban desde todas partes. Pensé que podría tomarme un descanso, pero todo era trabajar, trabajar y trabajar. Creo que necesitaba tiempo para digerir las cosas y después celebrarlo por mí misma, pero no lo tuve. No tuve tiempo de darle un repaso a mi vida. Pero últimamente me he tomado ese tiempo, así que ahora me siento mucho mejor.
Hollywood no posee un gran historial de actores asiáticos en papeles protagonistas, o de intérpretes asiáticos que hayan podido convertirse en estrellas de primera fila. ¿Hasta qué punto le preocupa esa circunstancia?
Leí una entrevista reciente a Michelle Yeoh en la que decía que cuando recibió el guion de Todo a la vez en todas partes, sintió que al fin la entendían. Que sabían que podía ser divertida, auténtica o estar triste y que al fin alguien era consciente de que podía hacer todas esas cosas. Pensé en lo mucho que tenía que haber esperado hasta que le llegara un guion así —y en la suerte que tuve yo de no haber tenido que esperar tantos años. Eso se lo debo a los actores veteranos que han tenido que esperar y que han hecho posibles todas esas cosas para nuestra generación. Vamos a ver más obras como El juego del calamar, Todo a la vez en todas partes y Drive My Car. Así que creo que este no es un camino fácil. Va a ser muy difícil, pero no quiero rendirme solo porque no sea un camino fácil. Hay muchas historias que contar. Los actores asiáticos estamos preparados.
Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.
Artículo original publicado por Vanity Fair US. Accede al original aquí.