Pisos pequeños: 57 m2 con carácter, color y buen gusto en el centro de París
Presupuesto, inversión, versatilidad… Hay muchas razones que pueden llevarte a considerar adquirir pisos pequeños, pero para los galeristas de esta historia, fue la comodidad lo que tuvo más peso. “Llevamos varios años construyendo nuestra vida entre París y el campo, y necesitábamos un pied-à-terre con urgencia, sobre todo después de la pandemia”, cuenta Jérémy Pradier, fundador, junto con Aurélien Jeauneau, de la galería Pradier-Jeauneau. Cuando por fin encontraron este apartamento de 57 m2, cerca del famoso mercado de antigüedades de Paul Bert-Serpette, necesitaba un poco de cariño: no había que hacer grandes obras, pero sí muchas reformas. Y ellos se encargaron personalmente de realizarlas. “Tenemos la gran suerte de que nuestra profesión nos obliga a acompañar a los clientes a sus casas”, apunta. Y fue así como, respondiendo a las preguntas ‘¿Dónde crees que debería ir?’ y ‘¿Quedaría mejor aquí?’, rehicieron las molduras y crearon un hilo conductor en forma de una gran pared pintada de verde que recorre un lado del piso, marcando el espacio de circulación y añadiendo color.
Mucho más que un ‘pied-à-terre’
La vivienda se convirtió rápidamente en un lugar para almacenar y "probar" artículos de segunda mano, un hábito que la pareja había desarrollado desde que empezaron en el negocio. "Antes de trabajar con un nuevo artista, tenemos su obra en la pared y vivimos con ella. Cuando no podemos almacenar un mueble en Paul Bert, se viene a casa. Así que para nosotros siempre es una especie de página en blanco que da lugar a un eclecticismo que se ha convertido en nuestra seña de identidad a lo largo de los años". Los muebles y los objetos llegan a la familia Pradier-Jeauneau como resultado de su gusto exquisito y son, por supuesto, fuente de intercambio de opiniones. También están las viejas revistas y archivos de Aurélien Jeauneau, historiador del diseño y las obras de los artistas con los que trabajan, que se dejan caer por allí para mostrar "cosas “. ”Este piso llega en un nuevo momento de nuestras vidas. Sabemos adónde queremos ir y sabemos qué vamos a hacer como editores, así que es un territorio que nos permite explorar todas las opciones. Está más pensado y considerado en términos de color".
Diálogos, giros y confrontaciones
Una antigua chimenea en la esquina del salón está ahora revestida íntegramente de metal. Para estos galeristas, apasionados de Charlotte Perriand y Pierre Guariche —pero también amantes hasta la médula de la arquitectura haussmanniana—, simboliza el giro contemporáneo que tanto les gusta. En el resto del piso, rompen el blanco con el verde más radical, hilo conductor de la vivienda desde el principio, y que cierra el espacio en el salón. “Buscábamos un tono específico, aunque, paradójicamente, no nos va mucho el color. La mayoría de los creadores con los que trabajamos proceden del diseño; Isabelle Stanislas, Axel Chay y Anthony Guerrée tienen líneas extremadamente precisas, y en el piso es lo mismo: estudiamos los ángulos y la confrontación”. En la chimenea, la pareja juega con los códigos burgueses que adoran, para desafiarlos con intervenciones más frías y radicales... Por lo demás, las piezas antiguas que coleccionan y consiguen conservar - "¡a pesar de las peticiones de los clientes!" - interactúan con creaciones contemporáneas, como la obra de Benoît Géhanne a la entrada del piso, que cuelga junto a una escultura de Soah Kim, y, más allá, piezas editadas, como el prototipo del daybed Kom de Isabelle Stanislas.
Movimiento perpetuo
“De vuelta a París tras el encierro, necesitábamos un respiro, así que trabajamos en un color que teje un vínculo con la naturaleza”. Así, al verde intenso cercano al caqui que se ha convertido en su obsesión, se suma el tono más suave del dormitorio, que realza los muebles seleccionados. Como la cama de René Gabriel de los años 40 que descansa junto a un buró de Pascal Mourgue de los 80, prueba de la incansable exploración que realizan para su galería, y probablemente también, para su recién inaugurada nueva dirección en rue de Verneuil (Saint-Germain-des-Prés). Este piso es un “laboratorio” donde los propietarios desarrollan su estilo: “La decoración lo refleja, es un alegre bazar de confrontación entre lo antiguo y lo contemporáneo, prototipos, cosas que no están del todo acabadas, siempre está en movimiento”.
Sigue leyendo…
- Casas modernas: el estiloso piso de 50 m2 de una diseñadora adicta a las piezas vintage de IKEA y los clásicos de Vitra
- Cataluña tiene un nuevo ‘Brooklyn’ y no está Barcelona: esta es la ciudad donde todos quieren vivir
- Una pareja de arquitectos convierte para sus hijos una casa oscura de 60m2 en un apartamento versátil y luminoso
Artículo publicado originalmente en AD Francia