Recorremos Sol y Sombra, la última residencia de Georgia O'Keeffe en Nuevo México.
Frente al Bosque Nacional de Santa Fe, las montañas de la Sierra Sangre de Cristo se elevan a más de 4.000 metros de altura. En este clima desértico, el sol aprieta 300 días al año, y es muy muy raro que alguna vez llueva. Pero, tanto en verano como en invierno, las temperaturas son frescas por la noche, dando un poco de tregua. Este territorio sin límites, tanto en sentido literal como figurado, tiene fama de atraer a espíritus libres y a artistas. Justo lo que le sucedió a Georgia O'Keeffe.
La pintora descubrió esta región en 1929, invitada por una empresaria del petróleo, con la que se rumoreaba que mantenía una relación amorosa. Era la época de la Gran Depresión y de terribles sequías (con enormes tormentas de arena incluidas). Estas condiciones climáticas extremas ayudaron a la artista a escapar de su propia depresión. Nuevo México se convirtió para ella en un exilio exótico lejos de las infidelidades de su marido, el galerista y fotógrafo Alfred Stieglitz, que vivía en Nueva York. Los paisajes áridos, esa luz dura y potente y los colores del desierto la inspiraron.
La ciudad, aún en construcción, suponía una etapa más en la flamante carretera hacia el Oeste: la Ruta 66 se había inaugurado tan solo tres años antes. Georgia O'Keeffe llegó en tren a un entorno polvoriento y regresó casi todos los veranos. Cuando su marido murió, en 1946, se instaló aquí definitivamente. Su casa y su estudio de Abiquiù, a una hora al noroeste de Santa Fe, se han transformado en museo y se pueden visitar de marzo a noviembre. Sin embargo, una propiedad de la artista mucho más privada e íntima es la que está ahora a la venta.
Su última residencia
En 1984, a los 96 años, la pintora, que se había convertido en un icono del arte moderno y llevaba casi dos décadas ciega, se trasladó a esta inmensa villa poéticamente bautizada Sol y Sombra. Las razones fueron puramente prácticas: necesitaba estar más cerca del hospital Saint-Vincent de Santa Fe, donde murió en 1986. No vivía sola en este insólito rancho: su ayudante, confidente y amante, Juan Hamilton, 58 años menor que ella, la acompañaba. También la esposa de Juan, Anna Marie, y sus dos hijos.
Georgia O'Keeffe conoció a Hamilton en su casa en 1973. Acompañaba a un amigo fontanero en un trabajo de reparación y volvió para pedirle trabajo. Ella le puso a prueba, pidiéndole que enderezara una caja entera de clavos doblados. Él le contestó amablemente que le costaría menos comprar una caja nueva. "Es evidente que no viviste la Gran Depresión. Endereza los clavos", le ordenó ella. Y así se convirtió en alguien indispensable para la artista. Se mudó con ella y se convirtió en uno de sus principales herederos. Sol y Sombra, la última residencia de la pintora, está ahora a la venta por 14 millones de euros.
La ampliación de Paul Allen
Rodeada de enebros y cactus, esculturas y exuberante vegetación, el inmenso rancho de color ocre fue rediseñado por Paul Allen, quien lo adquirió en 2000. El cofundador de Microsoft amplió la construcción para convertirla en destino de seminarios corporativos. La propiedad es simplemente espectacular. Con una superficie total de 1.600 metros cuadrados, cuenta con 21 dormitorios, 26 cuartos de baños, 55 plazas de aparcamiento... Una casa principal, otras dos para invitados y una cabaña. En el interior hay una biblioteca, una sala de juegos, una sala de cine, cuatro chimeneas, un ascensor, un solárium, una rosaleda, una azotea para disfrutar de las puestas de sol y... la colección de cactus de Paul Allen.
La casa principal, que data de 1937, tiene 6 habitaciones, techos bajos que le dan un ambiente cálido, esculturales vigas vistas, formas orgánicas y paredes de adobe, típicas de la región e inspiradas en las construcciones amerindias, con toques hispanos añadidos. En la planta baja se encuentran las salas de recepción, los comedores, la biblioteca, la sala de juegos, la cocina y el solárium, y arriba están los dormitorios. Al final de un pasadizo cubierto, la sala de cine comunica con la cocina, las habitaciones y el patio. En el exterior, hay una zona de barbacoa rodeada de glicinas con vistas a la rosaleda.
Paul Allen añadió una piscina cubierta, una sala de conferencias y un espacio dedicado a eventos. En el antiguo garaje, el empresario instaló un anfiteatro, una sala de proyecciones con cocina, un dormitorio, un cuarto de baño, un patio, una sauna y una terraza en la azotea. El objetivo era poder trabajar en un ambiente de total relajación. El rancho se vende con su licencia comercial de centro de conferencias y formación con alojamiento.
También destaca el invernadero, diseñado por Edward Mazria, un arquitecto local comprometido con el medioambiente, que esconde, además de la colección botánica de Paul Allen, una cocina, un comedor, un despacho y un árbol Bodhi (un ficus), regalo del Dalai Lama tras su visita a la propiedad. Una placa de mármol atestigua la anécdota.
Paul Allen, que tenía una excepcional colección de arte, era admirador de la obra de Georgia O'Keeffe y poseía al menos tres de sus cuadros. Pero nunca sabremos si estas obras han estado o no colgadas en las paredes del rancho alguna vez...
En 2021, tres años después de la muerte de Paul Allen, Sol y Sombra salió a la venta por 20,7 millones de euros. La villa lleva casi dos años en el mercado y ha bajado considerablemente su precio, pero aún no hay comprador. Forma parte del inmenso patrimonio inmobiliario de Allen que aún no ha sido liquidado.