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Verificado por Psychology Today

Relaciones

Explorando las relaciones con parejas no humanas

La erudición que hace a los avatares y los robots amantes más atractivos.

Los puntos clave

  • Investigaciones ofrecen información sobre la tendencia humana a confiar e interactuar con la IA y los robots.
  • Nuestra voluntad de revelar información personal a la IA y de empatizar con ella puede ser manipulada.
  • Esta información puede utilizarse para hacer más atractivos a los amantes artificiales.
Willyam Bradber/Shutterstock
Source: Willyam Bradber/Shutterstock

¿Sabías que existe abundante literatura científica que explora cómo mejorar la disposición de las personas a revelar información personal a la inteligencia artificial (IA)? También hay investigaciones que examinan los atributos de los robots que hacen que sean percibidos como seguros y dignos de confianza. ¿Sabes que hay investigaciones que estudian en qué tipos de situaciones las personas seguirán el ejemplo de un robot y literalmente imitarán las opiniones o comportamientos de los robots? Se está acumulando una vasta y fascinante literatura que explora cómo utilizar la IA y la robótica para influir (¿manipular?) a los humanos. Como psicóloga sexual, mi mente a menudo piensa en las formas en que este conocimiento eventualmente se utilizará para convertir la tecnología sexual en parejas sexuales más atractivas.

Gran parte de esta investigación no está destinada a su uso en tecnología sexual. De hecho, dos áreas de investigación en auge se centran en cómo modificar los robots y la IA (el “cerebro” dentro del robot) para que sean más atractivos para los niños en entornos educativos y para las personas mayores que necesitan asistencia y compañía. Los estudios exploran todo, desde el tono de voz de la IA hasta la cantidad de contacto visual realizado con un usuario humano, pasando por palabras y frases que facilitan la confianza y la apertura humana. Los investigadores estudian qué características visibles de los robots minimizan el “valle inquietante”, o la sensación espeluznante que algunas personas experimentan cuando ven un robot sonando o comportándose de forma humanoide. Obviamente, cuanto más interesantes y atractivos sean los robots, más útiles serán en una amplia variedad de roles con personas de todas las edades, incluido el rol de amante artificial.

A continuación presentamos solo un par de estudios que, en última instancia, pueden ofrecer información sobre la creación de amantes de la IA y la robótica más atractivos.

La autorrevelación y la IA

La información es poder, y revelar información personal en las manos equivocadas puede tener profundas implicaciones para la privacidad e incluso la seguridad. Curiosamente, las investigaciones sugieren que, al menos en algunas circunstancias, las personas pueden sentirse más cómodas compartiendo información personal con la IA que con otro ser humano. En un estudio en el que a las personas se les dio la opción de revelar información a un avatar o a un humano, la sensibilidad del tema determinó su elección (Pickard et al., 2016). Es decir, optaron por revelar a un avatar su información más personal. Un segundo estudio evaluó los beneficios de la revelación personal a un chatbot frente a un ser humano (Ho et al., 2018). Curiosamente, los beneficios de la revelación emocional fueron equivalentes, independientemente de si el destinatario era real o artificial. Como terapeuta sexual, me pregunto cómo los amantes artificiales pueden facilitar la conversación y los comportamientos sexuales, proporcionando una sensación de seguridad (y quizás otros beneficios) que las personas tal vez no puedan experimentar con parejas humanas.

Sentimos empatía por la IA

Aquí hay dos ejemplos interesantes de investigaciones que exploran la experiencia de la empatía, o que atribuyen algún nivel de mentalidad, a la IA: en un estudio, los sujetos de la investigación realizaron un recorrido de 20 minutos por un laboratorio, dirigido por un robot humanoide socialmente atractivo, un humano o un robot humanoide que interactúa de forma rudimentaria (no social). En todas las condiciones, el líder pidió a los participantes que le ocultaran al experimentador principal un secreto personalmente dañino al final del estudio. Los sujetos de investigación tendían a confabularse con la solicitud y a ocultar el secreto al líder humano y al robot socialmente adepto, pero no al robot más mecánico. Los investigadores sugirieron que las personas forman relaciones psicológicas “íntimas y de confianza” con robots que exhiben más señales sociales (Kahn et al., 2015).

Un estudio adicional comparó la empatía hacia humanos y robots utilizando resultados de resonancia magnética funcional. Estos investigadores informaron resultados similares al último estudio, esta vez desde una perspectiva neurofisiológica. Al ver videos que demostraban afecto entre humanos y videos que mostraban afecto entre un humano y un robot, los resultados de la resonancia magnética funcional de los sujetos fueron similares (Rosenthal-von der Pütten et al., 2014). Por lo tanto, los humanos no sólo experimentan sentimientos de empatía hacia los robots en determinadas circunstancias, sino que los resultados de su resonancia magnética funcional lo demuestran. Como psicóloga sexual, considero cómo las personas pueden, en última instancia, sentir empatía y preocuparse por sus amantes artificiales.

Imitamos el comportamiento de los robots cuando estamos en grupos

Otra área fascinante de investigación es cómo las personas en grupos responden a un miembro no humano del grupo. Por ejemplo, en un estudio, un robot jugó un juego colaborativo con tres participantes humanos. El robot verbalizó declaraciones vulnerables, como reconocer un error o consolar a otros miembros del equipo, o hizo declaraciones fácticas emocionalmente neutrales (Strohkorb et al., 2018). Curiosamente, en los grupos donde el robot expresaba más vulnerabilidad, los miembros del grupo no solo interactuaban de manera más humana con el robot, sino que también interactuaban de manera más confiada entre sí, como sonriendo y riendo juntos. Este efecto no se observó en los grupos donde el robot hizo declaraciones neutrales. Por tanto, el comportamiento del robot influyó en el tenor de la interacción grupal. Como psicóloga sexual, me pregunto cómo las palabras y comportamientos vulnerables de un amante de la IA pueden incitar a sus parejas humanas a sentirse y comportarse de manera cada vez más vulnerable.

Por supuesto, el tiempo dirá cuán atractivos se volverán los amantes artificiales. Imagino que a algunas personas les resultarán más atractivos que a otras. Sin embargo, las tendencias actuales sugieren que las personas tienen menos relaciones sexuales y salen menos que en décadas pasadas. Me pregunto si estas tendencias permitirán a los amantes artificiales tener más oportunidades de conexión humana. Por el momento, sólo podemos especular sobre el futuro de la intimidad humana.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Marianne Brandon Ph.D.

La Dra. Marianne Brandon, es psicóloga clínica, con un diplomado en terapia sexual, autora y conferencista con más de 20 años de experiencia trabajando con parejas. Es autora de Monogamy: The Untold Story.

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