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Encontrar la casa perfecta requiere esfuerzo. Muchas de las horas que dediques a esta actividad se centrarán, con toda seguridad, en las visitas que realices a viviendas candidatas. En este proceso, debes dejar de lado las primeras impresiones que te devuelva el inmueble y centrarte en los detalles, repasando aquellos aspectos que puedan decidir tu día a día. Vamos a hacer un recorrido por los componentes en los que sí o sí has de fijarte a la hora de visitar una casa en venta.
La orientación determina la luz
En función de cuál sea tu ubicación geográfica, deberás pensar en un determinado tipo de orientación para tu casa. Este elemento es determinante en una casa o piso, ya que condiciona su temperatura, humedad y, por supuesto, la luminosidad con la que cuente.
Para saber cuál es la orientación de la vivienda, hazte con un plano de la misma. Así sabrás que un inmueble orientado al norte puede consumir hasta dos meses más de calefacción que uno con orientación sur. De igual modo, tienes que saber que una orientación este-oeste contará con más luz por la mañana, y viceversa.
Aislamiento para elevar el confort
El aislamiento del inmueble resulta básico a la hora de mantener una temperatura adecuada en su interior. Normalmente, a la hora de visitar una vivienda, pondremos el foco en el estado de ventanas y puertas. Debes asegurarte de que abren y cierran bien. Así podrás ahorrar en tus facturas y analizar el nivel de ruido interno que registra el inmueble.
Sin embargo, deberías ir más allá y solicitar al propietario el certificado de eficiencia energético de la casa o piso. Acceder a este documento es un derecho con el que cuentas, y una vez con él entre tus manos podrás saber específicamente cuál es el nivel de aislamiento y en qué grado consume la vivienda.
A salvo de ruidos molestos
Si antes te mencionábamos la importancia que tiene, a la hora de visitar una casa en venta, el análisis de la acústica interna de la misma; ahora te advertimos de que no debes olvidarte de tener en cuenta el nivel de ruido externo que puede percibirse en ella. Para ello, estudia factores clave como la actividad que registra la zona en la que se ubica la vivienda, la existencia o no de vecinos y sus comportamientos, además de la distancia a la que se encuentra de las infraestructuras de tráfico.
A la hora de medir el nivel externo de la vivienda, y confirmar que esta es tranquila, te aconsejamos que observes la existencia de ruidos tanto con las ventanas abiertas como cerradas. Asimismo, en caso de que tengas oportunidad, haz varias visitas al inmueble y comprueba, en distintos horarios cómo afecta la acústica externa a su interior.
Da el visto bueno a las instalaciones
En tu visita, no pases por alto la revisión de los sistemas de luz, agua y fontanería. En el primer caso, podrás hacerte una idea de su estado al contemplar el cuadro eléctrico y fijarte en el número de automáticos que existen: a menor cifra, mayor antigüedad de la casa y, por tanto, mayor necesidad de inversión que deberás realizar en ella.
En lo que respecta al sistema de agua, despreocúpate de qué dirán y comprueba la potencia de los grifos, además del tiempo en que tarda el agua en calentarse. De igual modo, fíjate en los desagües y los materiales que los componen. Estos te darán pistas sobre la antigüedad de la vivienda y la necesidad o no de renovarlos, pues, si son de plomo o plástico viejo te indicarán que la fontanería es antigua. Por el contrario, si son de PVC mostrarán un mayor grado de modernidad de la vivienda.
Pon a prueba la climatización
De nuevo, el lugar geográfico en el que te encuentres determinará si deberás poner más énfasis en el estado del sistema de aire acondicionado o en la calefacción. En el caso de que vivas en el sur, con toda probabilidad tu vivienda carecerá de este último elemento, por lo que pondrás todo tu esfuerzo en analizar el aire acondicionado: desde el número de habitaciones que cuentan con salida, hasta si los aparatos se encuentran o no en buen estado.
De igual modo, si vives en el norte, nadie podrá evitar que te preocupes por el estado de salud de la calefacción. Para ello, lo primero que tienes que tener presente es de qué tipo se trata y cuál es la situación de los radiadores. Al igual que sucedía con el aire acondicionado, debes revisar que todas las habitaciones cuenten con salida de calor.
Extrae información del exterior
Una imagen vale más que mil palabras y la que te ofrezca la vivienda, tanto si se trata de una casa independiente como si se ubica en un edificio, te ayudará a entender su estado interno. Por eso, registra toda la información que puedas: desde el estado de mantenimiento, con la pintura, escaleras o vestíbulos a la cabeza, hasta los servicios, como el ascensor o el patio.
El mismo escáner tienes que activar a la hora de analizar el barrio en el que se sitúa la casa y sus funcionalidades. Presta atención a la seguridad, a las zonas de aparcamientos, parques, sistema de transporte y servicios médicos con los que cuenta. En este sentido, merece la pena ser prácticos y hacerte una lista con las necesidades previas que obligatoriamente debes cubrir e ir tachando aquellas que efectivamente la casa puede ofrecerte.
