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El checklist definitivo para mudarte a una casa de alquiler


Mudarse de casa constituye una de las principales causas de generación de estrés para los españoles. Este movimiento es aun más conflictivo si se trata de una vivienda en alquiler, ya que entran en juego más actores. Si te encuentras en esta tesitura, con esta lista de acciones podrás mudarte a una casa de alquiler de manera exitosa y sin contratiempos.

Habla con tu casero actual

En el caso de que hayas decidido mudarte, y ya vivas de alquiler, debes aclarar tu situación con tu actual arrendador y respetar las cláusulas firmadas con él. En este sentido, has de saber que como inquilino, la ley te permite rescindir el contrato de arrendamiento en cualquier momento, siempre que hayan pasado seis meses y siempre que comuniques tu salida con un preaviso de 30 días.

En el caso de que no hayan transcurrido esos seis meses, y aun así hayas decidido mudarte a otra vivienda en régimen de alquiler, sé consciente de que tendrás que pagar una penalización, que estará estipulada en el contrato. La misma suele suponer la pérdida de la fianza, aunque también es posible que tengas que pagar los meses restantes, hasta llegar a esos seis.

Programa el traslado

Una vez hayas despejado el tema legal, debes ir pensando la fecha exacta en la que llevar a cabo la mudanza. En el caso de que tengas un calendario que te condicione, como el hecho de entrar a vivir en la nueva casa de alquiler un día concreto, no tendrás mucho margen de maniobra.

Sin embargo, si eres más afortunado y cuentas con mayor holgura para realizar el traslado, es interesante que bloques el fin de semana y lleves a cabo la mudanza uno de esos días. Cambiarse de casa en días con poca actividad tiene muchas ventajas, fundamentalmente en el tema del transporte, aunque también es relevante el hecho de que puedas contar con ayuda de amigos o de familiares, que esos días descansan de su actividad laboral.

Empaqueta con organización

Aprovecha la mudanza para deshacerte de todo lo que te sobra. Muchas veces no somos conscientes de hasta qué punto acumulamos objetos que no necesitamos, y que no deberían acompañarnos en nuestro nuevo hogar. Esto no significa que todos ellos terminen en el cubo de la basura: puedes darles una salida donándolos a organizaciones caritativas, ofreciéndolos a gente próxima a la que les puedan venir bien o vendiéndolos en plataformas de segunda mano.

Con esa mayor ligereza en el equipaje que trasladarás, es importante que organices bien todos los paquetes. Comienza por aquellos que sabes que no vas a usar en los días previos al traslado y haz acopio de material de paquetería suficiente para que nada termine rompiéndose al cambiarte de residencia.

Inspecciona tu nueva vivienda

Antes de mudarte, procura hacer un recorrido por la vivienda en la que planeas vivir. Organízate bien y lleva algo para anotar, así como una cámara de fotos. Todo ello te ayudará en el caso de que encuentras unos desperfectos que en un primer momento pasaron inadvertidos para tu retina.

Con esta lista bajo tu brazo, es el momento de plantear al arrendador su subsanación o una mejora en las condiciones del contrato de alquiler. Las mismas pueden ser diversas pero lo más probable es que se concentren en la fianza que debas depositar antes de entrar a vivir.

Cuenta con ayuda para la limpieza

Una mudanza pone en contacto dos viviendas: la que dejas y la que vas a pasar a ocupar. En ambos casos deberás contar con paciencia y esfuerzo, ya que tendrás que hacer frente a un proceso de limpieza profunda. En el caso del inmueble que te dispones a abandonar, haz el esfuerzo de recordar cómo se encontraba en el momento en que comenzaste a vivir en él e intenta dejarlo como estaba.

Por su parte, la vivienda a la que te dirijas será un espacio más fácil de limpiar, puesto que se encontrará vacío. En todo caso se tratará de una tarea que consumirá tu tiempo y fuerzas, por lo que siempre te quedará el as de contratar un servicio de limpieza. Con él te será más fácil recuperar la totalidad de la fianza que abonaste al inicio de tu estancia, la cual te servirá para pagarlo.

Liquida las facturas pendientes

Si tu nueva casa se sitúa en un barrio diferente al que hasta ahora has habitado, lo más seguro es que también tendrás que modificar tus contratos con determinados servicios, como el gimnasio o la zona de aparcamiento regulado. Antes de mudarte haz estos cambios y no dejes ninguna factura pendiente o con posibilidad de que te sea reclamada a posteriori.

También es importante que hagas memoria y recuerdes llevar a cabo todas las devoluciones necesarias, tanto en bibliotecas, por libros prestados u otro tipo de producto cultural; como en la red comercial. Así evitarás ser multado y no tendrás que hacer frente a ninguna sanción.

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