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Un general arrestado en Bolivia tras un intento de golpe

Un general de alto rango declaró que estaba liderando un esfuerzo para “restructurar la democracia”, pero él y sus aliados en las fuerzas armadas se retiraron tras intentar irrumpir en el palacio presidencial.

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Footage showed security forces in riot gear occupying the country’s main political square, Plaza Murillo, and trying to storm the presidential palace on Wednesday.CreditCredit...Claudia Morales/Reuters

Julie TurkewitzGenevieve Glatsky y

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El miércoles, un general de alto rango y militares aliados intentaron asaltar el palacio presidencial de Bolivia para luego retirarse rápidamente en un intento aparentemente fallido de golpe de Estado.

Horas después, el general fue detenido en directo por televisión.

La televisión boliviana mostró a las fuerzas de seguridad con equipamiento antidisturbios ocupando la plaza principal de la capital administrativa, La Paz, un tanque camuflado embistiendo una puerta del palacio y soldados tratando de abrirse paso hacia el recinto.

Acto seguido, tan pronto como aparecieron, el general, Juan José Zúñiga desapareció, y sus partidarios de las fuerzas armadas se retiraron y fueron sustituidos por policías que apoyaban al presidente democráticamente electo del país, Luis Arce.

Arce se aventuró a salir a la plaza, tras llamar al pueblo boliviano a que “se organice y se movilice en contra del golpe de Estado, en favor de la democracia”.

“¡Que viva el pueblo boliviano!”, gritó en un discurso televisado. “¡Que viva la democracia!”

En total, el intento de incursión vespertina al palacio duró solo tres horas. Con el correr de las horas se hizo evidente que el plan de Zúñiga tenía poco apoyo.

ImageLuis Arce raises a fist while standing amid supporters waving flags and members of the news media with cameras.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, hizo un llamado al pueblo boliviano a que “se organice y se mobilice en contra del golpe de Estado, en favor de la democracia”.Credit...Juan Karita/Associated Press

Justo antes de su detención, Zúñiga afirmó, sin aportar pruebas, que Arce le había pedido que organizara la intentona golpista.

“El presidente me dijo que la situación está muy jodida, esta semana va a ser crítica. Entonces es necesario preparar algo para levantar mi popularidad”, afirmó Zúñiga.

Momentos después, la policía se llevó al general en una camioneta blanca.

Después, un ministro clave del gobierno de Arce, Eduardo del Castillo, respondió a la acusación diciendo que el general Zúñiga y un presunto cómplice, el vicealmirante Juan Arnez, jefe de la Armada, habían “perdido toda la credibilidad”.

“Estaban tratando de conseguir apoyo popular y el respaldo del pueblo boliviano”, dijo, “pero el pueblo boliviano ya no quiere aventuras golpistas”.

Del Castillo añadió que nueve personas habían sufrido heridas de arma de fuego en medio del caos.

La Fiscalía de Bolivia anunció el miércoles por la noche que había abierto una investigación sobre Zúñiga “y todos los demás partícipes” de los acontecimientos del día, añadiendo que buscaría “la máxima sanción” para los responsables.

Los medios de comunicación locales habían informado que Zúñiga había sido destituido de su cargo esta semana, lo que algunos en el país creían que estaba relacionado con comentarios que hizo sobre el expresidente Evo Morales, mentor de Arce.

El intento de golpe de Estado se produce en un momento tenso para Bolivia, un país sin salida al mar de 12 millones de habitantes en América del Sur. Arce, político de izquierda y sucesor de Morales —una figura destacada de la política boliviana que fue el primer presidente del país perteneciente a una comunidad indígena— está actualmente en una disputa con su mentor por el control de su partido y en torno a quién será su candidato en las elecciones de 2025.

La economía boliviana atraviesa dificultades y Arce ha sido acusado de algunas medidas antidemocráticas, como la detención del opositor Luis Fernando Camacho y de la expresidenta Jeanine Áñez.

Durante el intento de toma del palacio, Zúñiga había ingresado brevemente en el edificio, según los periodistas locales, antes de salir y pronunciar un discurso rodeado de integrantes enmascarados de las fuerzas de seguridad. Criticó al gobierno de Arce y dijo que los militares estaban intentando instaurar “una verdadera democracia, no de unos cuantos”.

También pidió la liberación de varios políticos y militares encarcelados, entre ellos Áñez y Camacho.

“Basta de que unos cuantos se hayan adueñado”, dijo el general. “¡Miren dónde nos han llevado! ¡Nuestros niños no tienen futuro! ¡El pueblo no tiene futuro y al ejército no le faltan cojones para velar por el mañana de nuestros niños!”.

Poco después, Arce confirmó que había sustituido a Zúñiga, hasta ese momento comandante general de las Fuerzas Armadas, así como a los jefes de la Fuerza Aérea y la Armada.

En una declaración televisada, el nuevo comandante general, José Wilson Sánchez Velásquez, le envió un mensaje a Zúñiga: “No deje sangre derramada de los soldados”.

By The New York Times

La acción inicial de los militares contra el palacio fue inmediatamente criticada por algunos líderes de la región, entre ellos el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. “Los golpes de Estado nunca han funcionado”, declaró a la prensa el miércoles.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha expresado desde hace tiempo su admiración por Arce y Morales, también condenó el intento de golpe de Estado, calificando a Arce de “auténtica autoridad democrática” de Bolivia.

Fue bajo el gobierno de López Obrador que México le otorgó por primera vez un lugar de llegada y asilo a Morales después de que renunció en 2019 en medio de violentas protestas desencadenadas por una elección disputada.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, también expresó su preocupación por los acontecimientos del día y pidió a todas las partes “proteger el orden constitucional y preservar un clima de paz”.

Bolivia no es ajena a la agitación política. Se trata de un país profundamente polarizado que ha sufrido 190 golpes de Estado a lo largo de sus 200 años de historia. Y, según los analistas, gran parte del descontento de los militares se debe a la sensación de que terminan defendiendo el orden establecido, solo para ser castigados políticamente, o con penas de cárcel, por defender ese orden cuando un nuevo gobierno asume el poder.

Pero Carlos Saavedra, un analista político boliviano, dijo que veía poco apoyo para el intento de golpe de Estado en el país de 12 millones de habitantes, llamándolo una “aventura golpista de un pequeño grupo de militares”.

“No hay movilización en ningún otro departamento del país”, afirmó. “Es al parecer, el grupo íntimo de Zúñiga que quería aferrarse a la comandancia del general del ejército”.

Emiliano Rodríguez Mega colaboró con reportería desde Ciudad de México.

Julie Turkewitz es jefa del buró de los Andes, ubicado en Bogotá, Colombia. Cubre Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Perú. Más de Julie Turkewitz


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