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by • 9 de noviembre del 2018 • Madrid me mataComments (0)7566

Cala y duele: teatro y libros capaces de hacerte sentir la realidad más dura

Se suele decir que la creatividad humana se agota en la recombinación de la realidad material, incluso en sus versiones más fantásticas –lo surreal es lo que nos pasa en sueños–y una buena versión de esa actividad creativa es la que sirve para que la realidad más jodida nos empape como una ola, como un bofetón o la metralla, como solo puede hacerlo cuando se compactan lo racional y lo emotivo. Existen también manifestaciones de la creatividad evasivas que, en sentido contrario, sirven para dejar de sentir los filos de la realidad. Pueden ser tan buenas como las anteriores, pero se desvanecen sin dejar arenilla en la garganta.

El próximo 22 de noviembre se estrena por la compañía el Teatro del Duende en la sala exlímite (Usera, Madrid) Fortaleza Europa, del dramaturgo belga Tom Lanoye. Conozco el texto y puedo asegurar que es de una magnífica condensación en carne viva de nuestro estado de malestar. A pesar de lo que el título pudiera sugerir, no trata de aquellos a los que no dejamos entrar en Europa, sino más bien de los que Europa expulsa como pus de heridas en putrefacción.

William, Marga y Arthur en el campamento de la Gare de Fes. 2017. (del libro)

Se acaba de publicar Mientras tanto escribo para resistir. Sintiendo fronteras. Camboya-Marruecos (Decordel, 2018), de Margarita Bujosa Segado. Despojándose de la soberbia camuflada del lenguaje académico, que se autocensura la literatura y el yo para ensanchar el ego, la autora etnografía una comunidad de mujeres camboyanas en lucha contra la expropiación de sus tierras y la vida de un grupo de pasajeros en la Frontera Sur, en tránsito permanente frente a la línea Nador-Melilla.

Si Fortaleza Europa habla de una Europa que expulsa a los de dentro, Mientras tanto viene contarnos la cotidianidad y la lucha tenaz de aquellos a los que no deja entrar. A los que, si consiguen saltar exitosamente la valla –“¡boza!”–, también intentará expulsar con devoluciones en caliente o, como se llaman desde su institucionalización en la Ley de Seguridad Ciudadana (2015), “rechazo en frontera”.

Son dos caras de nuestro mundo, y de las obras de las que hablamos, que se entienden bien juntas: la expulsión y el rechazo, y que nos abocan a un mundo en huida constante y en shock.

Distancia entre el campamento en Casiago y la barrera de Ceuta

 

La realidad representada en la creación es la de un planeta con más de 68 millones de personas desplazadas forzadamente; la de un estado de tránsito permanente, que en la obra de Lanoye se expresa llevando el escenario a una estación de tren donde se encuentran personajes en fuga, de diferentes procedencias y épocas;  el perpetuo estado de shock – o chu aroam (dolor en el alma, en camboyano)– que proviene del dolor acumulado por los pasajeros durante la adventure y en el espacio en que el tiempo muere a las puertas de la Europa fortificada, durmiendo al raso en el bosque de La foret o en el Centro Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de El Tarajal.

Advertimos que muchos de los personajes de la obra de teatro también viajan con el shock en la maleta: un soldado que ha sufrido la inhumanidad durante la Primera Guerra Mundial, un judío deportado tras vivir los campos de concentración, tres prostitutas viejas que sienten que tienen que huir lejos para tomar el control de sus cuerpos (morir, rejuvenecer, parir) tras toda una vida cediéndolo a los hombres …

La sucesión de monólogos lacerantes de Fortaleza Europa traslada al afuera, y los fragmentos de la etnografía militante de Bujosa conectan con el adentro, porque es de aquí de donde proviene el shock, de una gran fortaleza con enormes muros. Así, el soldado belga de Fortaleza Europa se refiere a la destrucción causada por la guerra a pesar de las grandes fortificaciones de su país –“desde hace siglos nuestro pan sabe a la sangre de Europa”–, muros gruesos que, a un lado, al otro y sobre la misma línea fronteriza, tienen idénticos apellidos: “la valla actual de Ceuta fue construida en 2005 por Dragados con un coste de construcción y mantenimiento de 18 millones de euros. Ferrovial se encargó posteriormente del mantenimiento, ingresando hasta 2014 más de 8 millones de euros”, nos cuenta el libro…

…y, de vuelta, las personas entrevistadas en la etnografía se expresan como si de una tragedia, bien real, se tratara:

A mí todo esto me hace daño, porque cuando veo a toda esa gente que ha perdido su vida solo por una valla cuando son siempre los hombres quienes la han fabricado o bien no podemos decir el mar, el mar no mata (silencio) somos nosotros los hombres quienes matamos.

Dany (28), entrevista abierta, Tánger 03/2017.

 

En algún momento del texto, el judío jasídico, que será interpretado por el actor Daniel Heras, se refiere al carpintero y poeta socialista Mordechai Gebirtig, que –dice– era “hombre sensible autor de nuestras más hermosas canciones, poseía esa sonrisa más que nadie…Incluso en su deportación seguía sonriendo hasta que un soldado creyó que se reía de él y le disparó”. Es esta una imagen de la que Europa lleva décadas tratando de huir y cuyo espectro vuelve a través del odio de la extrema derecha, las concertinas, los cuerpos flotando en el Mediterráneo o acribillados en el Estrecho…

Es esta la puta realidad de un mundo que niega la vida y el arraigo que, a veces, consigue calarnos a través de un texto apasionado o una representación teatral preñada de verdad.

*Fortaleza Europa se representará en la sala exlímite (C/ Primitiva Gañán 5) los días 22, 23 y 24 de noviembre a las 20:00, y el día 25 a las 12:00 y 20:00 h. Mientras tanto escribo para resistir puede adquirirse en la web de la editorial o encargarse en cualquier librería

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