“Tarifazo”: la crisis que desnudó la fragilidad oficialista

Los ministros Mario Marcel (Hacienda) y Diego Pardow (Energía) el viernes en La Moneda, tras una compeja semana marcada por el alza de las tarifas eléctricas. MARIO TELLEZ/LA TERCERA.

El buen momento del Presidente Boric -lleva dos meses de alza en su respaldo- contrastó esta semana con la rebelión de sus diputados por el alza de las tarifas eléctricas y las diferentes miradas para concretar la reforma previsional. La Moneda ve con preocupación dos fechas de este mes que podrían volver a avivar las diferencias internas: la tramitación de nuevos retiros (23) y las presidenciales en Venezuela (28).


La tarde del lunes, los presidentes de las colectividades oficialistas y ministros del comité político se encontraron en un frío Salón Democracia, del Ministerio del Interior, donde habían sido citados por el Presidente Gabriel Boric, a las 16 horas.

La baja temperatura -que hizo que varios de los comensales no se sacaran sus abrigos, casacas e incluso, bufandas- contrastaba con el caliente clima político provocado por los enfrentamientos internos derivados del alza de las tarifas de la luz, entre otros temas de la contingencia.

Boric -quien tampoco se sacó su chaquetón- partió el encuentro ofreciendo la palabra a los ocho jefes de partidos y fue anotando sus opiniones en un block. Lo mismo hacía en su notebook, desde un rincón de la larga mesa, su jefe de gabinete, Carlos Durán.

Hubo momentos de tensión. Como cuando el timonel comunista, Lautaro Carmona, cuestionó la forma en que La Moneda había expuesto a un dirigente histórico del partido, como Juan Andrés Lagos, luego de que a fines de junio se le desvinculara de su cargo de asesor de la Subsecretaría del Interior, en una maniobra que la tienda criticó por no haber sido avisada con anticipación.

Otro fue cuando se abordó la polémica en torno a los plazos y fórmulas de la reforma al sistema de pensiones, que había enfrentado a la presidenta del Partido Socialista (PS), Paulina Vodanovic, y a la ministra del Trabajo, Jeanette Jara (PC), esa tarde sentadas frente a frente.

La senadora explicó que ella y su partido apoyaban, sin miramientos, la reforma previsional -uno de los proyectos emblemáticos del gobierno-, pero que en ninguna parte del proyecto se hablaba de terminar con las AFP, como había dicho Jara, quien mantuvo silencio.

Otro de los temas que cruzaron la reunión con el Mandatario, que se repetirá en forma mensual, según quedó estipulado ese día, fue el clima electoral ad portas de las regionales y municipales de octubre. Todos coincidieron en que la pugna entre Chile Vamos y republicanos por la hegemonía de la derecha los beneficiaba, pero que esta disputa “por quién es más duro con el gobierno” podría afectar la tramitación de los proyectos importantes, como la previsional.

Tras las intervenciones, Boric hizo un vehemente llamado a la unidad.

Escoltado por las ministras Carolina Tohá (Interior) y Camila Vallejo (Segegob), dijo que el gobierno pasaba por un buen momento .el Presidente lleva ocho semanas de alza en su respaldo (36%), según la encuesta Cadem-, que estaban haciendo mejor las cosas, lo cual estaba siendo valorado por la ciudadanía, y que se había abierto un camino para que “el progresismo” recuperara su preponderancia en los comicios de octubre. Para ello, les pidió cerrar lo más pronto posible un acuerdo, incluida la Democracia Cristiana, para llevar un candidato único a gobernadores en todas las regiones del país.

La cita terminó con el compromiso de todos los partidos de alinear a sus parlamentarios en torno al proyecto que esa mañana había presentado el ministro de Energía, Diego Pardow (Frente Amplio), para triplicar la cobertura de subsidios y que sería ingresado a fines de julio o principios de agosto. Sin embargo, las gestiones distaron de ser fáciles y terminaron por desnudar el frágil orden al interior de las filas oficialistas.

Paulina Vodanovic y Jaime Quintana, el lunes, en el comité político ampliado en el que participó Boric.

La rebelión y la amenaza de nuevos retiros

Lejos de aquietarse las aguas, la molestia por el llamado “tarifazo” fue in crescendo y eclipsó la entrada en vigencia del alza del salario mínimo a $ 500 mil, al que La Moneda esperaba sacarle brillo.

Para la gran mayoría de los parlamentarios oficialistas era incomprensible que, en pleno invierno, con el precio de la parafina en alza y a tres meses de una trascendental elección, el gobierno no hubiese preparado un plan más robusto para enfrentar el impacto en el bolsillo de los chilenos. Incluso, esta crítica era compartida al interior del Frente Amplio.

La llamada “bancada eléctrica” -que reúne a diputados que van desde la UDI hasta el PC y propone la renegociación de los contratos con la industria privada- también reprochaba a Pardow que, entre octubre pasado y abril de este año, él había analizado la fórmula para el pago de la deuda acumulada con las compañías con los senadores y no con ellos. Por ello, acusaban haber sido excluidos de un tema relevante para la ciudadanía y sus electores.

Los diputados también criticaban al excoordinador de la campaña presidencial de Boric que el anuncio para llegar a más personas con el subsidio eléctrico (aumentar el impuesto verde a las emisiones de carbono, la posibilidad de incrementar el financiamiento del Fondo de Estabilización de Tarifas y destinar la recaudación adicional del IVA que se genera como efecto del alza tarifaria) era muy técnico y difícil de entender para los afectados.

Desde Energía se defienden señalando que el trabajo con los senadores -especialmente con Luz Ebensperger (UDI) y Juan Luis Castro (PS)- había logrado contener una subida de precios que podría haber sido de hasta un 151% en el segmento de clientes de mayor consumo.

En privado, también decían que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, les había comprometido una cantidad mayor de recursos para subsidios, lo cual no había ocurrido.

Para aplacar las críticas que ya contaban casi 10 días, el lunes, tras el comité político, Pardow anunció que el gobierno presentará un nuevo proyecto de ley para triplicar la cobertura del subsidio a hogares vulnerables. Este también busca atender las necesidades especiales de los hogares electrodependientes y de las zonas con situaciones energéticas particulares, como la zona austral del país.

El jueves, en tanto, Marcel hizo un mea culpa por el congelamiento de las tarifas de la luz desde 2019. “Cuán distinto habría sido esto si en lugar de congelar durante cinco años, por último, hubiera habido ajustes más moderados… realmente fue hacerse una trampa en solitario”, dijo en Radio Universo.

La “bancada eléctrica” -que reúne a diputados que van desde la UDI al PC- es liderada por la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola.

La revuelta del partido de Tohá

A pesar del anuncio de Pardow, el malestar tuvo su peak el martes, cuando la bancada de diputados PPD e independientes presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones para dejar sin efecto la entrada en vigencia de la Ley de Estabilización Tarifaria.

-¿Cómo se explica que la bancada de su partido estuviese liderando una acción judicial contra su propio gobierno?- le preguntaron esa tarde a Tohá en un punto de prensa en la Cámara por la agenda de seguridad.

La ministra respondió que la iniciativa “era de algunos parlamentarios y no de la bancada” y que “no era un recurso contra el gobierno, sino contra una ley que este mismo Parlamento aprobó hace muy poco tiempo”.

También comparó la acción con los nuevos proyectos de ley para retirar fondos previsionales, cuya tramitación se podrá iniciar a partir del martes 23 de julio. “Son historias parecidas, satisfacción hoy y después pagar la cuenta por mucho tiempo. Unos que se benefician y los pobres que sufren las consecuencias”, dijo Tohá visiblemente molesta con el desorden al interior de la bancada de su partido.

Para el exministro Francisco Vidal (PPD), la explicación está en la actual dispersión que existe en el Parlamento, que se refleja fielmente en la bancada su partido: “El PPD eligió siete diputados en la última elección parlamentaria: tres militantes -entre ellos el ex DC Raúl Soto- y cuatro independientes -entre ellos, René Alinco, que renunció a la bancada-. Luego se incorporaron los diputados Carlos Bianchi -independiente-, Héctor Ulloa -elegido por el expartido Ciudadanos, de Andrés Velasco- y Carolina Musante -electa por el Frente Amplio-”.

Tohá criticó -el martes en el Congreso- el recurso de protección presentado por la bancada PPD-Independientes ante la Corte de Apelaciones para suspender el alza.

La pugna en el PC y el reacomodo frenteamplista

En Palacio no pasó desapercibido que importantes figuras del PC, consideradas como aliadas del gobierno, criticaran duramente al Ejecutivo. Entre ellas, la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola, quien acusó a Pardow de ocultar información, y la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, quien esta semana -y ad portas de comenzar la campaña por su reelección- planteó un nuevo congelamiento de las tarifas de la luz.

Según una fuente de La Moneda, la actitud de Cariola y Hassler se enmarca dentro de la pugna interna que se produjo en el PC tras la muerte de Guillermo Teillier, quien presidió la colectividad desde 2005 a 2023, donde, por un lado, la vieja guardia liderada por Carmona ha endurecido su postura con el Ejecutivo en distintos temas, dejando al sector más joven, que hoy ocupa importantes cargos en el gobierno, con una actitud más complaciente ante sus bases.

Otra fuente oficialista atribuye la insurrección del PC a la distante relación de Boric y Carmona y a la poca influencia que el histórico dirigente ejerce sobre sus 10 diputados y dos senadores, a diferencia de Teillier.

El miércoles, por ejemplo, varios diputados comunistas votaron en contra del proyecto presentado por Marcel, cuyo fin es mejorar las normas de responsabilidad fiscal y que es parte del fast track legislativo.

En este contexto, la directiva del PC habría citado a sus tres ministros -Vallejo, Jara y Nicolás Cataldo (Educación)- a una reunión extraordinaria con la comisión política, lo que muchos interpretan como un llamado al orden.

En el Socialismo Democrático creen, sin embargo, que las diferencias entre el gobierno y el PC continuarán de aquí hasta las municipales y hasta que se realice la elección interna del nuevo comité central del PC -previsto para fines de este año- que elegirá a la nueva directiva.

Por de pronto, La Moneda ya tiene marcado con rojo en el calendario de este mes dos fechas que podrían volver a avivar las diferencias internas: la tramitación de nuevos retiros (23) y las presidenciales en Venezuela (28), donde Nicolás Maduro va por un tercer mandato consecutivo. Mientras Boric ha criticado duramente al régimen venezolano, Carmona lo ha calificado como “una democracia”.

A la tensión interna en el partido de la hoz y el martillo se suma el actual reacomodo de fuerzas al interior del Frente Amplio, que está a poco de convertirse en un partido único y se encuentra negociando la conformación de su próxima directiva.

La disputa entre Convergencia Social y Revolución Democrática -y entre los sectores más de izquierda y los más moderados- también se ha reflejado en algunas votaciones en el Congreso. Sin embargo, el presidente interino del FA, el diputado Diego Ibáñez, asegura que sus parlamentarios no han puesto en riesgo ninguna iniciativa del gobierno. “Nosotros tenemos la responsabilidad de ordenar el Parlamento en torno a las directrices del gobierno y así lo hemos hecho en el tema del alza de las cuentas de la luz, presentando indicaciones que permitían solucionar el problema de fondo”.

Para el analista y exconvencional Patricio Fernández, hoy existen dos PC y dos FA que conviven con distintos intereses. “Los ministros y autoridades comunistas parecen estar mucho más comprometidos con el gobierno que con su partido, lo que genera un distingo. Y el FA del gobierno es muy distinto al de la alianza originaria que ganó en 2021 y al que hoy está afuera del gobierno”.

La urgencia de la reforma al sistema político

A diferencia de otras crisis oficialistas, en que el bloque PC-FA se enfrentaba al Socialismo Democrático, esta vez las críticas a Pardow y a Jara habían sido transversales, lo cual alertó a La Moneda. Para muchos, esto venía a confirmar un secreto a voces en Palacio, que es que los jefes de partidos cada vez tienen menos control e influencia en sus parlamentarios.

Desde la Segpres cuentan que actualmente existen 23 comités en la Cámara y, a raíz de las constantes renuncias y movimientos de diputados de un lado a otro, cada tres semanas tienen que actualizar su plantilla Excel con los domicilios políticos de sus 155 miembros.

Para varias autoridades oficialistas esta reciente dispersión en la Cámara Baja, que amenaza con extenderse al Senado, es una alerta para apurar un proyecto de reforma al sistema político que hoy se encuentra discutiendo un grupo con representantes de todos los partidos de gobierno.

El viernes, durante un consejo de gabinete, el Presidente Boric volvió a respaldar -y blindar- a Pardow y reiteró una de las “ideas fuerza” de esta etapa de su administración. “Hemos logrado estabilizar al país...”, dijo.

“Además, hemos empezado a ver los brotes verdes de buenas políticas públicas y responsabilidad en la gestión”, agregó, insistiendo en que el Ejecutivo -a pesar del frágil orden oficialista- vive nuevos aires.

El viernes, durante un consejo de gabinete, Boric volvió a respaldar a Pardow y reiteró una de las “ideas fuerza” de esta etapa de su gobierno. “Hemos logrado estabilizar al país...”, dijo. MARIO TELLEZ/LA TERCERA

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