Las misses de la inteligencia artificial

Los concursos de belleza y la inteligencia artificial pueden parecer dos conceptos dispares, pero al explorar sus intersecciones, surgen profundas reflexiones sobre la sociedad, la tecnología y la naturaleza humana. Desde hace años, somos testigos de la creciente aplicación que está teniendo la IA en numerosos aspectos de la vida y aunque en ciertos casos se enmarca como una herramienta útil, en otras genera recelo o dudas. A pesar de que se antoja difícil de entender, tiene el potencial de influir en numerosos sectores, incluyendo la industria de la belleza.

Históricamente, los concursos de belleza han sido una competición para evaluar y celebrar ciertos estándares estéticos que además tienen en cuenta la personalidad y el talento, pero la necesidad de reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos ha llevado a la creación de una innovadora y controvertida idea. Un concurso organizado por Fanvue donde las finalistas no son personas reales sino mujeres impulsadas por la inteligenica artificial.

Puede llegar a parecer una representación aritificial y escenificada de la realidad, sin embargo lo que se valora más allá de los rasgos físicos de cada concursante, son los logros de los diseñadores y la «habilidad técnica y el trabajo detrás de los personajes de influencers digitales de todo el mundo» que están a la vanguardia de la IA, según indican en la página World AI Creator Awards (WAICAs). Implica el uso de algoritmos avanzados diseño y modelado 3D que puede ofrecer una oportunidad para redefinir los estándares de belleza.

Fanvue otorgará entre las tres galardonadas una serie de premios valorados en más de 18.000 euros, incluído un premio en efectivo de más de 4.500 euros para la ganadora, además de programas de tutoría de IA, servicios de relaciones públicas y más, cortesía del socio de WAICA.

Los modelos son evaluados según tres categorías principales: belleza, tecnología e influencia social, para «tener la oportunidad de ganar la corona de Miss AI». Los jueces, entre los que se encuentran Aitana López y Emily Pellegrini (dos 'influencers' creadas con IA), Andrés Bloch (fundador de medios, empresario y asesor de relaciones públicas de Lord Sugar) y Sally-Ann Fawcett (historiadora y autora de concursos de belleza), se encargan de puntuar a cada creador en base a estos tres criterios.

No solo poseen una apariencia altamente realista sino que también están equipadas con capaciedades cognitivas y emocionales avanzadas, lo que les permite interactuar de manera natural. Esto incluye responder preguntas propias del certamen tradicional como 'si pudieras tener un sueño para hacer del mundo un lugar mejor, ¿cuál sería?'.

Criterios más técnicos como el resultado final y la calidad de los detalles alrededor de las manos, los ojos y los fondos son otra forma de conseguir puntos. Y en último término, la influencia social se evalúa según las cifras de interacción con sus seguidores, la tasa de crecimiento de la audiencia y la utilización de otras plataformas de redes sociales como Instagram.

En esta primera edición del concurso Miss AI 2024, se ha llevado el primer puesto Kenza Layli por su «gran consistencia facial» tildada como «sobresaliente». Una joven 'influencer' marroquí con casi 200.000 seguidores, que ha mostrado su orgullo por representar a su país a través de Instagram. Los jueces se han quedado impresionados con el mensaje de Kenza y su capacidad para atraer a una audiencia tan importante vinculada a la sociedad marroquí y el empoderamiento de las mujeres en el Medio Oriente. «Estoy increiblemente agradecida por esta oportunidad de representar a los creadores de IA y abogar apasionadamente por el impacto positivo de la inteligencia artificial», afirmó en su discurso tras conocerse el premio.

El segundo premio ha recaído sobre la francesa Lalina. Una mujer joven, de pelo castaño y ojos verdes a la que le apasiona viajar y tiene como objetivo «facilitar la colaboración y promover el entendimiento entre culturas y puntos de vista a través de su existencia como creadora de IA». Por último, Olivia C, creada con Midjourney y perfilada con AdobeIA, ha llevado el tercer puesto hasta Portugal, «demostrando que la tecnología puede mejorar la experiencia humana y no sustituirla».

Tres mujeres que demuestran que la verdadera belleza reside en la diversidad y la singularidad de cada una, y cualquier intento de medirla o definirla debe respetar y celebrar esa complejidad.

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