Alejandro Kim, el candidato coreano y peronista por el que apuesta Guillermo Moreno para la Ciudad
Nació en Flores, es abogado y se postula a legislador porteño por el partido del exfuncionario kirchnerista; “Leandro Santoro es radical y Jorge Macri es más extranjero que yo”, sostiene
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Es lunes, hace frío y son las 10 en el barrio porteño de Flores. La luz está cortada desde la madrugada. El estudio de abogacía de Alejandro Kim, sobre la Avenida Rivadavia y en la misma cuadra que la estación San Pedrito de la línea A de subte, se encuentra en penumbras. Primero, la escalera. Después, los pasillos rodeados de plantas en macetas una al lado de la otra, que se reproducen en el patio de invierno. En la última oficina, tras un arco donde arriba hay una cruz de madera, ya que él es católico, espera el precandidato a legislador para la Capital por el que apostó el presidenciable y exsecretario de Comercio kirchnerista Guillermo Moreno.
“Bienvenidos a Marambio”, dice Kim a LA NACION. Compara la base en la Antártida con el clima de la Ciudad, donde no funcionan los aires acondicionados por el corte de luz. En la mesa sobresale una placa con dragones orientales de nácar que dice su nombre y que le mandó su tía de Corea del Sur, de donde es toda su familia, que llegó a la Argentina en el 76. Un año después nació él, en plena dictadura. Comenta que los orientales no estaban en el radar de la persecución.
En la repisa del estudio aflora una réplica de la Copa del Mundo que le obsequió un amigo. “Soy orgullosamente argentino, orgullosamente peronista, orgullosamente bostero y orgullosamente coreano”, sostiene.
Kim nació en el Hospital Piñero, a unas cuadras. Sus facciones develan sus antepasados asiáticos. Su timbre de voz es inconfudiblemente porteño. Y, como una ironía, le dicen “el Tano”.
Dispuesto a superar el piso de 1,5% de los votos en las PASO y así avanzar hasta las generales, Kim milita en las unidades básicas peronistas desde los 20 años. Fue después de haber instalado una tienda de ropa en Flores con su hermana cuando se independizó de su padre, que también fabricaba y vendía al por mayor. Tiene dos hijos y su esposa también es coreana, vino a los 14. Cuenta que a veces les dicen “chinos” por la calle, pero de forma despectiva. Que eso antes pasaba más que ahora y que le duele.
“¿Por qué peronista? ¿Por qué no peronista? Lo soy por mi historia. Mis viejos llegaron y laburaban 16 a 18 horas por día para comer. De sol a sol. Empecé el negocio con mi hermana, con dos pesos. Después de todo eso, ya cuando uno empieza a estudiar en profundidad las cosas, dije ‘sí, soy peronista’. No tuve dudas. Hoy en día muchos quieren distorsionar el peronismo. Pero el peronismo es orden, trabajo, industrialización y progreso. Y nosotros somos todos trabajadores. En ese sentido me identifico peronista, no veo otra corriente ideológica en la que me pueda percibir”, sostiene.
Además, Kim tiene una apuesta para mejorar el choripán, un ícono argentino asociado al movimiento iniciado por Juan Domingo Perón. Propone el “chorikimchipán”. “Es una síntesis de mis dos culturas. Es superior, eh. Al chori le pongo chimi, como corresponde. Hay muchos que le ponen chimi y criolla. Pero esto no tiene forma de explicarse, es todo lo que puede estar bien. En serio, lo probás y vas a hacer ‘wow’. Se le pone el kimchi [una preparación tradicional de Corea] arriba, con el chimichurri. Tenés que tolerar un poco el picante; y si lo tolerás, va”, explica.
![Alejandro Kim presenta el chorikimchipán](https://cdn.statically.io/img/cdn.jwplayer.com/v2/media/Gv2fUH3i/poster.jpg?width=720)
Dice que Néstor Kirchner le encantó y que Cristina Kirchner también, aunque advierte sobre la vice: “No viene acertando hace un tiempo”. Sobre el Presidente, opina: “Alberto hizo lo que pudo”. Fue a la plaza, en 2019, cuando Fernández fue elegido para la Casa Rosada. “Es el ministro de Economía”, se limita a decir sobre Sergio Massa.
- ¿Y cómo llegó a Guillermo Moreno?
-Lo conozco desde hace muchos años, y se fue dando. Tenemos un amigo en común y, en 2016, cuando nadie hacía política, más en nuestro sector, el único que levantó la bandera fue Guillermo. Y digo bueno, dale loco, estoy con vos. Después las idas y vueltas, las cuestiones de la vida... y este año cuando nos convocaron y dijeron ‘vamos a presentar una lista’, me llamó y le dije: “Sí, claro que te voy a acompañar. Te acompaño, estoy con vos’. Y ahí me ofrecieron si quería ser legislador.
-Moreno tuvo un perfil muy polémico y confrontativo cuando fue funcionario, ¿cómo lo calificaría?
-Es una persona honesta, intachable en sus conductas, muy amable, generosa, con mucha sabiduría y un gran dirigente del peronismo. El de las agresiones no es el Moreno que yo conozco.
-Luis D’Elía dijo que cuando era secretario de Comercio hasta llevaba armas cuando hablaba con los empresarios por los precios.
-Una locura. Yo fui vicepresidente de la Cámara de Empresarios Coreanos. Íbamos a reuniones con 400, 500 personas y jamás [pasó eso]. Y esto fue antes de conocerlo, de tener una amistad con él. Jamás vi ninguna actitud violenta, incompetente, ni nada por el estilo. Que le pone pasión, le pone. Pero está bien, si uno no tiene pasión, ¿cómo puede dedicarse a la política? Es eso. Él es un tipo apasionado que sabe adónde quiere ir.
-¿Comen asado juntos?
-Nos vemos seguido. Están las charlas políticas. Lo escucho y es una persona que realmente sabe. Pero te puede hablar de todos los temas. Tiene calle, experiencia. Te puede sorprender. En un asado me empezó a comentar cómo se hacía la luz, la electricidad. Te parte la cabeza y le decís: “Flaco, vos sos economista, negro”. Y así, sabe de todo. Y le decís: “¿Pero cómo lo sabés?”. Y te dice: “¿Cómo no lo voy a saber si pateo la calle hace años?”. Hay un montón de cosas que no las sabe por leer un focus group. Eso tiene Moreno que no tienen otros dirigentes. Así que las charlas, los asados, son buenísimos.
-¿Y hay algo que no le guste de Moreno?
-Que sea de Racing.
Kim pone las manos al lado de sus orejas para hacer el Topo Gigio. Es fanático de Juan Román Riquelme, y también de Leo Messi y “del Diego”. No va a terapia, tampoco medita. Solo hace tres respiraciones cuando está a punto de enojarse. Fuma un vapper. También cigarrillos. Dice que duerme poco porque además de lo político tiene su trabajo profesional. “Empecé asesorando y sigo asesorando a muchas empresas de acá, pero la vida me fue llevando por diferentes ramas. Hago bastante (derecho) penal. Defendí a muchos coreanos, bolivianos”, señala Kim, que se recibió en la Universidad de Palermo.
Asegura que si llega a la Legislatura no solo llevará la voz de los migrantes, sino que se abocará a intentar “equilibrar la balanza” de la Ciudad para no tener ciudadanos “de primera y de segunda” según la zona. Alega que los servicios funcionan mal en Flores, Lugano, Liniers y Floresta; que las veredas y las calles están “destruidas”, como dardos a la gestión del jefe de Gobierno y ahora precandidato a presidente de Pro, Horacio Rodríguez Larreta.
Invita asimismo a hacer el juego de los contenedores. “Hay que mirarlos. Si son los containers grises, que viene el camión y los levanta, es una parte que está bárbara, es Suiza. Después están los nuestros, los de color negro, que nunca se lavan”, contrasta y asegura: “Si vos te fijás, somos la única oferta peronista. [Leandro] Santoro es radical. Jorge Macri es un extranjero al que lo recibimos con las manos abiertas. Mirá qué ciudad generosa que somos. Recibimos a un extranjero de Vicente López. Él es mucho más extranjero que yo”.
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