La mujer con las uñas más largas reveló cómo perdió su récord Guinness y dijo que "eran como sus hijas"
Lee Redmond había dejado de cortárselas en 1979. Sí, 10 años después de la llegada del hombre a la luna. Y el largo de las uñas - que en el caso de la del pulgar derecho alcanzó los 90 centímetros - la hizo merecedora de un récord Guinness. Pero eso que había representado 30 años de (no) esfuerzo, se esfumó en un accidente automovilístico.
La tragedia ocurrió en 2009 cuando tenía 79 años. Ella viajaba en el asiento del acompañante de la camioneta chocó contra otros vehículos. Redmond sobrevivió al impacto, pero lamentablemente, sus uñas no tuvieron la misma suerte.
En un testimonio que reproduce Daily Mirror, Redmond recuerda ese momento con mucha tristeza: "Lo primero que vi fue un pedazo de uña y comencé a llorar".
Redmond reconoce que las largas uñas se habían convertido en algo muy importante para su vida. Al momento del accidente, uno de sus nietos llegó a compararlas como la pérdida de un ser querido. "Abuela las cuidaste durante 30 años y fueron como tus hijas. Hijas que perdiste en un segundo", relató la mujer a la institución que otorga los premios Guinness.
Pero las uñas, que le valieron el reconocimiento internacional, también tenían sus contratiempos. Redmond reconoció que había tareas cotidianas, como ir al baño, que le resultaban imposibles realizar por sí misma. Y cuando tomaba aviones tampoco cabía en lugares de espacio reducido.
Ya recuperada de aquel traumático momento, Redmond conserva los fragmentos de las uñas en una bolsa de plástico. De esa manera, recuerdo los momentos en los que ostentaba el récord de la mujer con las uñas más largas y puede sentirse orgullosa de la fama que ganó tras haber esquivado el alicate durante años.
LA NACION
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