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Los laterales llenos de público de mimbre a mimbre. Las dos pequeñas tribunas de Pilar no mostraban un hueco y las amplias escalinatas de césped frente al castillo se quedaron sin localidades. Todos los que se acercaron a la final de la Copa Cámara de Diputados, más allá de alentar para quien parecía el candidato, El Ovejero Z7 UAE, o para el retador, Nuestra Tierra, se fueron de la cancha principal del predio Alfredo Lalor, de la AAP con la misma sensación: repletos de buen polo.
En la previa, el equipo de los dos jóvenes revelación, Lucas Monteverde y Cruz Heguy, ambos hijos de tetracampeones de Palermo, se mostraba muy sólido. Eduardo, el padre de Cruz, contaba que los había felicitado antes de empezar por el gran torneo que habían hecho hasta la final. “Supieron mantenerse firmes a pesar de haber quedado afuera de Palermo”, explicaba el jugador de Chapaleufú II. Mientras, en el mismo palenque, Lucas Monteverde padre contaba que todavía lo tiene que llevar a la cancha a Lukín porque aún no tiene registro de conducir y él llega más nervioso que su hijo. “Creo que no me banca más, porque me meto como si fuese a jugar yo”, reconocía el campeón con La Dolfina. Y vaticinaba: “Es un partido bravo”.
En una tarde pintada, el suave viento que intentaba aplacar un poco el sol firme, fue soplando a favor de uno y otro equipo en el camino a la victoria. Que fue para Nuestra Tierra por 12-11, con lo cual no sólo se adjudicó la Copa Cámara de Diputados, sino que además logró un lugar para jugar por el Repechaje para la Triple Corona 2023. Su rival será La Hache, octavo en el ranking 2022.
Y el partido empezó bravo para Nuestra Tierra. En los primeros dos chukkers El Ovejero Z7 UAE sacó chapa de candidato y se puso 4 a 1. Pero Nuestra Tierra respondería con una ráfaga para llegar a mitad del cuarto chukker a liderar 7 a 4. ¿Parecía todo dicho después de 6 goles seguidos? El Ovejero Z7 UAE metería tres para cerrar el cuarto 7 a 7. Nuestra Tierra le respondía con tres más al hilo, para ponerse 10 a 7, y se llegaba al séptimo y último chukker 11 a 11. A falta de menos de tres minutos, nuestra Tierra marcaba el 12° tanto. Y en la última jugada Cruz Heguy se escapó al arco solo con la bocha, pero no pudo marcar el empate. ¿Podía ser mejor guionado para una película de buen polo?
“Me encanta ganar acá, ahora que mis hijos están más grandes [tienen 10, 9 y 7 años], ya entienden lo que pasa y lo disfrutamos juntos”, confesaba Alejandro Muzzio, el experimentado de Nuestra Tierra. “Creo que más allá de la experiencia, les puedo aportar velocidad adelante para que ellos estén más cómodos atrás”, analizaba Muzzio. Y dentro de los que jugaron cómodos estuvo Bejamín Panelo (20), el joven que se les plantó a Cruz Heguy y a Lukín Monteverde para mostrar que había promesas en ambos palenques.
“Teníamos todas las de perder, porque El Overo venía haciendo una Cámara casi perfecta. Pero nosotros somos un equipo de abajo y teníamos nuestro sistemita armado, era cuestión de ir chukker a chuker”, explicaba Benjamín, hermano de Tomás Panelo (21), el jugador de Cría La Dolfina que venía de ganarle a Ellerstina en Palermo y ahora estaba en el palenque coucheando al 2 de Nuestra Tierra. “La verdad que nunca miré el tablero, ni estando arriba ni estando abajo”, confesaba Benjamín “porque sé que estos partidos son hasta el último chukker, el último segundo. De hecho tuvo mala suerte Cruz, porque generalmente las mete a esas. Parece que Dios quiso que lo ganemos hoy”.
Así como Muzzio festejaba con sus hijos, Benjamín celebraba con su hermano y su padre Esteban, que lo alentó desde el primer golpe, al lado de la banda que festejaba cada gol de Nuestra Tierra con bombo, tambores, redoblantes, saxofón y trompetas. “Estaba muy nervioso pero había que tener paciencia. Benja empezó un poco errático, pero mejoró enseguida. Fue de esos partidos que deseás que se termine lo antes posible”, confesaba el padre de Benja y Tomás, pero también de Facundo (17), Joaquín (28) y Esteban (30), todos jugadores de polo. “Mi gran objetivo sería que lleguen a formar un equipo. Si tenemos hasta el suplente”, sonríe Esteban padre, que asegura que con este año de polo “estoy tocando el cielo con las manos”.
Padres, hijos, muchas familias en Pilar y un nivel de polo que no tuvo nada que envidiarle a Palermo. Y demostró una vez más a la Copa Cámara de Diputados como el escenario donde se pueden vaticinar el mejor futuro del polo.
Las semifinales
Zona 1
Zona 2
Zona 3
Zona 4