Andrei Serbin Pont: “Se puede apoyar a Israel en su lucha contra el terrorismo sin acompañarlo con la mudanza de la embajada a Jerusalén”
El especialista en inteligencia y seguridad considera que América Latina no es la principal área en la que se enfocan los terroristas, pero alerta sobre las falencias de la región que facilitarían su accionar
“La solidaridad argentina con Israel y reconocer su necesidad de luchar contra este tipo de radicalismo es importante”, reconoce. “Alejarse de una postura basada en principios por la posible amenaza que pueda significar es un condicionante inadecuado”, dice. “América Latina no es la principal área en la cual se enfocan estos grupos terroristas pero hay que recordar que es una región con falencias que facilitan el accionar terrorista”, aclara.
“La Argentina está en una situación preocupante en términos del terrorismo internacional, de nuestra inteligencia, de la capacidad de detectar amenazas de forma temprana”, advierte. “Es legítima la preocupación sobre cómo pueden afectarnos estos alineamientos”, reconoce. “Brasil y Chile vienen desarrollando una política de defensa muy sostenida”, señala. “Brasil tiene una industria de defensa que le va a permitir ser uno de los mayores proveedores de munición a nivel global”, precisa. “Las capacidades militares argentinas están muy desfasadas”, contrasta. “La gente ya no sabe ni siquiera cómo se llama nuestra agencia de inteligencia”, cuestiona.
“La general Laura Richardson planteó la cuestión del litio y el litio es claramente una referencia a China”, sostiene. “Preparar una fuerza armada toma mucho tiempo y se tiene que hacer de cara a lo desconocido”, afirma. “En los 2000, Ucrania entró en un período de profunda desinversión en defensa porque no percibía que hubiese una amenaza”, ejemplifica. “Un instrumento militar preparado, y disuasivo, es la mejor herramienta ante la incertidumbre”, concluye.
El especialista en inteligencia global, seguridad y defensa, Andrei Serbin Pont, estuvo en La Repregunta. Serbin Pont es el presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES). Es doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.
¿Hay riesgos detrás del acercamiento de Javier Milei a Israel? Jerusalén, ¿otro punto de conflicto? De Menem y el alineamiento con Estados Unidos a los alineamientos de Milei. Geopolítica y seguridad global, de los no alineados a los súper alineados. Inteligencia argentina y fuerzas armadas, ¿impactadas por la crisis? Las amenazas futuras. Serbin Pont hizo su análisis.
Aquí, la entrevista completa.
Milei versus Hamas y el apoyo incondicional a Israel. ¿Hay riesgos para la Argentina?
-Hay una serie de polémicas que se disparan a partir del alineamiento de la Argentina con Israel a raíz de la fuerte vinculación del presidente Milei con el judaísmo y, sobre todo, desde el ataque de la organización terrorista Hamas el 7 de octubre. Una cuestión es el grado de riesgo para la Argentina que puede implicar este posicionamiento en medio de estos conflictos internacionales. ¿Éste es un análisis que un presidente y un gobierno deberían hacer? También hay quienes sostienen que la Argentina hace bien en alinearse con Estados Unidos y con Israel y en mostrar su abierto apoyo a una nación agredida de manera contundente por un grupo terrorista.
-Por un lado, tenemos que considerar si el factor limitante o que condiciona el accionar de la política exterior es la amenaza de lo que puede ocurrir al tomar partido por una posición. Desde la perspectiva argentina histórica, sobre todo habiendo sido un país afectado en dos instancias por ataques terroristas vinculados con el extremismo en esa región del mundo, con muchos de estos grupos que también, de una forma u otra, terminan vinculados con organizaciones como Hamas para darles apoyo financiero, en ese sentido, la solidaridad argentina con Israel en términos de reconocer el ataque que se perpetró contra Israel y la necesidad de luchar contra este tipo de radicalismo es importante. Alejarse simplemente de una postura basada en principios por la posible amenaza que pueda significar es un condicionante inadecuado. Tendría que haber algunos principios rectores. En este caso, se está asumiendo un principio rector que es la solidaridad ante un ataque como el que vive Israel,
-Gente vinculada con la comunidad judía, intelectuales vinculados con la comunidad judía señalan que restringir ese apoyo por el temor a una amenaza terrorista tiene visos de antisemitismo.
-También tiene visos de antisemitismo. Pero también es cuestionable teniendo en cuenta cuál es el propósito final del terrorismo internacional: lo que busca es modificar comportamientos o posturas de ciertos actores políticos en base a la amenaza del ejercicio de la violencia. Cuando nos sometemos a sus intereses de esa manera, estaríamos cumpliendo con el propósito del terrorismo. Yo ampliaría el marco dentro del cual la Argentina tiene este posicionamiento. El acercamiento con Israel, sobre todo la idea de mover la Embajada Argentina a Jerusalén, también son guiños hacia el trumpismo, mirando lo que puede venir en las próximas elecciones norteamericanas.
"La Argentina tiene serias deficiencias en su capacidad de inteligencia. Dependemos mucho de otros actores para poder detectar algún tipo de movimiento que podría ser una amenaza a nuestra propia seguridad"
-Lo vuelvo al plano de la seguridad y el tema de Jerusalén, que es tan crítico para las religiones monoteístas que consideran que esa es su tierra santa. Esta decisión del gobierno de Milei de mover la embajada argentina de tel Aviv a Jerusalén, ¿es una escalada en esa decisión de mostrarse libre de los condicionamientos del terrorismo? Para mostrar esa libertad de acción frente a la amenaza terrorista, ¿es necesario dar ese paso?
-Son pocos los países que han tomado esa opción. Uno puede expresar apoyo al Estado de Israel en su lucha contra el terrorismo y no necesariamente eso tiene que ser acompañado con mover la embajada hacia Jerusalén.
-De hecho, son pocos países: Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Papúa Nueva Guinea. Paraguay lo hizo durante un año pero después dio marcha atrás. Y el Brasil de Bolsonaro lo propuso en 2018, pero solo tiene una oficina comercial en Jerusalén.
-Por eso, insisto: el mensaje está dirigido a ciertos socios a nivel internacional y no necesariamente a cómo impacta de lleno sobre la postura argentina ante el conflicto en Israel. Ahora, en cuanto a los riesgos, y es importante destacarlo, América Latina no es la principal área en la cual se están enfocando estos grupos terroristas para operar. Pero también hay que recordar que es una región con falencias que facilitan el accionar de actores armados no estatales con intenciones terroristas. En la Argentina, venimos hablando hace muchas décadas de qué es lo que está pasando en la triple frontera, cómo controlarla. La Argentina tiene serias deficiencias en su capacidad de inteligencia. Dependemos mucho de otros actores para poder detectar algún tipo de movimiento que podría ser una amenaza a nuestra propia seguridad. En ese contexto, obviamente surgen estas preocupaciones que planteabas. Son preocupaciones legítimas: si estos alineamientos en el futuro pueden implicar vernos afectados o, por lo menos, si hace que seamos puestos en la lista de posibles o potenciales objetivos.
De Menem a Milei, entre Estados Unidos e Israel. ¿Alineamientos internacionales, consecuencias locales?
-Una de las lecturas en torno a este alineamiento de Milei respecto de los Estados Unidos y también de su socio Israel es que se parece mucho al alineamiento de Carlos Menen en los 90 con los Estados Unidos, que en esos años, en septiembre de 1990, llevó al envío de tropas, un avión Hércules, dos fragatas y 450 soldados profesionales, al Golfo Pérsico. Hay quienes sostienen que eso fue una de las variables que puso a la Argentina bajo el foco del terrorismo, que termina después con los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA. Para los expertos de la inteligencia global, ¿esa lectura sobre las consecuencias de aquella decisión de Menem de alinearse con los Estados Unidos y con esos focos de conflicto en el mundo es sostenible y apropiada?
-Entran en juego más decisiones por las cuales la Argentina se convirtió en ese momento en un objetivo y puede convertirse un objetivo a futuro. El alineamiento con los Estados Unidos claramente marca una postura a nivel internacional. Fue así en los 90. Pero era un contexto diferente: el mundo de los 90 era unipolar, con los Estados Unidos como la máxima potencia. En ese contexto particular, el alineamiento era un poco más justificable. Ahora estamos viendo una emergencia de múltiples polos de poder; esa hegemonía norteamericana está siendo discutida. Entonces, esa alineamiento norteamericano impacta sobre cómo terminás vinculándote con otros actores. Por otro lado, en relación a esa lectura sobre qué puso a la Argentina en el mapa en aquel momento que llevó a los atentados, ese alineamiento puede ser un elemento. Pero más relevante es la cantidad de población judía que había en el país, el tipo de instalaciones y la categoría de “objetivo de oportunidad”. Cuando se crean este tipo de redes internacionales orientadas a perpetrar ataques terroristas contra objetivos en diferentes partes del mundo, se trata de estructuras que requieren que aparezcan objetivos. Pueden tener algunos objetivos prioritarios, pero tienen que aparecer también los objetivos de oportunidad, que se pueden aprovechar.
"Estamos en una situación particularmente preocupante en términos del terrorismo internacional, de nuestras capacidades de inteligencia, de nuestra capacidad de detectar de forma temprana algún tipo de amenaza a nuestra seguridad"
-El talón de Aquiles de los países.
-Exactamente. Cuando se encuentran vulnerabilidades, falencias estatales que permiten que estos actores puedan desplazarse y asentarse en algún lugar en particular, que puedan planificar un ataque, obtener los medios materiales y financieros para perpetrar el ataque y el recurso humano necesario, eso es porque se generaron las condiciones necesarias.
Terrorismo y el talón de Aquiles de la Argentina. ¿Estado ausente y fuerzas de seguridad y defensa deficientes?
-En este contexto en el que volvemos a estar en ese mapa global a partir de estos alineamientos y en medio de una crisis histórica que también impacta en la calidad de las fuerzas de seguridad, de la inteligencia y de las Fuerzas Armadas, hay un talón de aquiles en la Argentina
-Completamente. Estamos en una situación particularmente preocupante en términos del terrorismo internacional, de nuestras capacidades de inteligencia, de nuestra capacidad de detectar de forma temprana algún tipo de amenaza a nuestra seguridad. Hay un ejemplo que se discutió mucho hace un par de años, el tema del ingreso del avión de Emtrasur, con la tripulación mixta de venezolanos e iraníes. Esa aeronave fue retenida cuando ya estaba tratando de salir del país. O sea, sonaron las alarmas en la sociedad civil y los medios de comunicación y ahí recién se tomó una acción. Pero esa aeronave tendría que haber hecho sonar las alarmas tempranamente dentro del servicio de inteligencia nacional.
-Antes de llegar.
-Antes de llegar, claro. Y al aterrizar se tendrían que haber tomado las medidas adecuadas. En verdad, se termina reteniendo la aeronave cuando el tema explota en el ámbito público y los medios de comunicación lo empiezan a cubrir. Eso demuestra una serie falencia de nuestro sistema de inteligencia.
-Es decir que la investigación sobre el riesgo tendría que haber sucedido mucho antes.
-Exactamente. Desde el punto de vista argentino, lo que tendrían que haber visto es que había una aeronave que hasta hacía poco era operada por la inteligencia iraní que fue transferida a un socio iraní en la región, que tenía un patrón de vuelos algo irregular, poco justificable. Esa alerta no se dio hasta que la aeronave trata de salir. Eso es un ejemplo muy operativo de lo que pasa cuando la capacidad de inteligencia de un país no está debidamente afinada, no tiene los recursos necesarios. A eso le sumamos que tenemos fuerzas de seguridad que están sobrepasadas, Fuerzas Armadas que se mantienen al margen de estos temas porque no pueden operar en el ámbito de la seguridad nacional o contra actores no estatales.
-¿Ni siquiera contra el terrorismo internacional tienen ningún rol?
-En el contexto actual, las Fuerzas Armadas están completamente inhibidas de actuar contra aquello que no sea una amenaza externa estatal.
-Hamas, que es parte de un gobierno en la franja de Gaza, ¿es considerada una amenaza estatal y al mismo tiempo un grupo terrorista?
-Habría que tener toda una discusión un poco conceptual sobre si Hamas puede caer dentro de la concepción de un actor estatal convencional que amenaza la soberanía o la integridad territorial argentina y, por ende, justifica el accionar de las Fuerzas Armadas. Por el momento, no cae en esa definición. La discusión sobre cómo se termina tipificado Hamas y si es un grupo terrorista o no puede facilitar esa discusión. Pero hoy en día, el combate contra el terrorismo es algo que recae netamente en la responsabilidad de la inteligencia y de las fuerzas de seguridad, que también tienen sus propios órganos de inteligencia aunque no es una inteligencia necesariamente orientada a la lucha contra el terrorismo sino a la inteligencia criminal.
-Contra el narcotráfico, por ejemplo. Ahora, los cruces entre el narcotráfico y los grupos terroristas son cada vez más difíciles de separar.
-Hay sinergias ahí. Son muy profundas porque el financiamiento es clave. La obtención de materiales y de recursos humanos y armas van de la mano. En el caso del avión de Emtrasur, había aterrizado en un momento en Ciudad del Este, un aeropuerto conocido donde no se aterriza si no tenés algún tipo de vínculo y autorización por parte de los grupos criminales que operan en esa región. Y en la Triple Frontera, donde ha habido indicios claros de presencia de grupos terroristas que tienen vínculos con esa región. Pero lo que más preocupa sobre la triple frontera es que es un lugar donde se gestan las condiciones ideales para que proliferan ese tipo de grupo. Hay instancias para lavar dinero, para obtener armas, para reclutar gente, para cruzar las fronteras sin ser monitoreados.
-Tráfico ilegal de personas, tráfico de armas, tráfico de drogas, de dinero.
-Todos los elementos que se necesitan para poder llevar y coordinar una acción terrorista. Es una especie de hub criminal donde se gestan las condiciones idóneas para que pueda surgir algún tipo de amenazas terrorista.
Brasil y Chile versus Argentina. ¿Qué países de América Latina tiene mejor estructura de defensa y seguridad?
-Cuando mira el mapa de América Latina, ¿cuál es la nación que está mejor preparada para todo tipo de amenazas, amenazas de otros Estados, que parecen menos probables en esta región, o amenazas terroristas?
-En relación a las amenazas convencionales externas, países como Brasil o Chile vienen desarrollando una política de defensa muy sostenida. Eso es inversión en armamento, en mantener recursos humanos, en infraestructura necesaria para las fuerzas armadas. Brasil tiene toda una industria de defensa que le ha permitido convertirse en uno de los mayores proveedores de munición a nivel global. Eso, el hecho de poder proveerse a sí mismo, le da certezas en el caso de un conflicto armado. Esos son dos países que vienen desarrollar una política de defensa muy concreta. Tienen claro cuál es su rol dentro del marco estratégico regional y global: Brasil, tratando de posicionarse no sólo en liderazgo regional sino también como un actor global. Chile, que lo ve desde el punto de vista de su posibilidad de confrontación con algún vecino, en particular con Perú por su histórica disputa, pero también, una forma de fomentar sus vínculos con socios que le son importantes: porque estandarizar su equipamiento respecto del de la OTAN, por ejemplo, le permite interoperabilidad con los Estados Unidos y con los países europeos. También termina siendo una herramienta importante dentro de sus vínculos internacionales. Se da una compatibilidad de sistemas, de doctrina y de entrenamiento que termina siendo relevante para fortalecer esos vínculos con estos otros países.
-¿La Argentina, en cambio, está muy desfasada?
-Hoy en día las capacidades militares argentinas están muy desfasadas. Por un lado, eso requiere una inversión en términos materiales. También requiere de mucha inversión para recuperar la infraestructura, las Fuerzas Armadas y las cuestiones salariales. Incluso la alimentación del personal es un problema. Hoy muchas unidades están teniendo problemas para alimentar a su personal.
-Y en términos de la capacidad de inteligencia de los países, ¿cuáles son los países que están mejor dotados? ¿También Brasil y Chile?
-Brasil en general lleva un poco la posta en este sentido en la región. Colombia, históricamente, ha tenido una capacidad de inteligencia muy instalada. Muchas veces lo importante no es sólo haber creado y sostenido una red de inteligencia. También es asegurar y seguir construyendo sobre los vínculos con los otros países que tienen esas capacidades. Cuando quemás a tus propios agentes o tenés internas todo el tiempo dentro de tu estructura de inteligencia o es utilizada para algún propósito político doméstico, eso te quita credibilidad con tus socios internacionales. Y eso reduce la capacidad de ser efectivo porque muchas de las alertas terminan llegando del exterior. En el caso argentino, en los años recientes, cuando hubo algún tipo de amenaza que se hizo pública, en general, es porque algún socio internacional nos ha alertado sobre esa situación. Es clave esa cercanía con otros países, esa asiduidad de la relación, desde lo comercial hasta lo geopolítico. Venimos de cambios, de recambios, de manipulación política de la misma, por internas, cosas que terminan afectando sus capacidades centrales.
América Latina y el rol de EEUU y China. ¿Una amenaza o una oportunidad para la región?
-El mapa también global también muestra la guerra entre Rusia y Ucrania. La Argentina viene de un gobierno como el de Alberto Fernández y Cristina Kirchner que mostró una cercanía con Putin y con Rusia y pasa a un presidente Milei con una cercanía abierta con Ucrania y su presidente Zelensky, invitado a la asunción presidencial. ¿Este nuevo posicionamiento coloca a la Argentina en otro mapa complejo en términos de amenazas a la seguridad?
-No sé si en términos de amenaza. Ese acercamiento también tiene que ver con cómo quiere el gobierno ir avanzando con la relación con Estados Unidos. Recordemos que en las primeras semanas de gobierno, se habló sobre si los helicópteros rusos de la Fuerza Aérea podrían ser transferidos eventualmente a Estados Unidos para entregarlos a Ucrania. O se ha planteado si la Argentina, que tiene una capacidad algo obsoleta pero existente para producir munición, podría convertirse en un proveedor de munición para Europa y así liberar stocks que puedan ir a Ucrania. Mucho de eso tiene que ver con mandar señales a Estados Unidos. Es decir, la Argentina podría ser un potencial socio de una situación que es tan crítica que requiere de esta ayuda.
-Y en un tema, el apoyo material a Ucrania, que en Estados Unidos genera tensión interna.
-Pueden ser oportunidades. Ecuador, por ejemplo,ha anunciado recientemente que dará de baja buena parte de su material de fabricación soviética para que pueda ser transferido a Ucrania. A cambio, Estados Unidos se ha comprometido a proveer de un crédito para la adquisición de equipos occidentales en su reemplazo. Es algo que viene empujando el Comando Sur de Estados Unidos en los últimos años. Al inicio de la guerra, hubo mucho de esto: a los países que operen equipamiento ruso o soviético que quieran deshacerse de él y reemplazarlo con equipamiento occidental se le facilitan las condiciones. Por un lado, significa que un país puede modernizar sus capacidades. Por otro lado, transferir a Ucrania este equipamiento. Por otro lado, Estados Unidos está contento cuando puede tener un nuevo contrato en la región, sobre todo un contrato que no va a ganar ni China ni Rusia.
La general Laura Richardson y el Comando Sur. ¿Por qué el litio es una preocupación estratégica del ejército de EEUU?
-Es importante el peso del Comando Sur de Estados Unidos y su jefa, la general Laura Richardson. Hace ya casi dos años que Richardson y el Comando Sur entraron a la conversación en la Argentina por el tema de los recursos estratégicos, con Richardson sosteniendo que los Estados Unidos tiene un rol importante en la región. ¿Por qué el Comando Sur de golpe tiene esta relevancia? Hasta hace unos años, no se hablaba tanto de eso.
-Hay algo de un cambio en una estrategia de comunicación. En abril, Richardson va a estar viniendo. Una vez al año, viene a la Argentina como parte de un recorrido por el resto de la región.
-¿Tiene que ver con esa tensión entre los Estados Unidos y China, esa competencia por el soft power en relación a América Latina?
-Tiene que ver más con China que con Rusia. Rusia termina siendo un actor relevante sobre todo en algunos países de la región y a partir del conflicto con Ucrania pero nada más. Laura Richardson planteó mucho la cuestión del debate sobre el litio, y el litio es una referencia claramente a China.
-¿Por qué una general se mete con el tema del litio?
-Lo que está haciendo es una referencia a la penetración china en la región y lo que puede significar. Para el Comando Sur, como es una de las prioridades, la cuestión es cómo tener engagement con sus socios en América Latina. Venimos de varias décadas de los Estados Unidos bastante desconectado con la región.
-La idea de América Latina como el patio trasero de los Estados Unidos. Le prestan atención a México y Colombia por el tema de droga.
-Exacto. La agenda de Estados Unidos para la región termina siendo cuestiones de drogas o de migración. Y la Argentina en particular está muy al sur para estar incluida en alguna de esas agendas. Pero en ese mismo periodo de alejamiento estratégico norteamericano respecto de América Latina, China tiene este rol cada vez más preponderante y termina siendo visto como un socio muy viable o ventajoso para los países de la región. En ese marco, una de las estructuras que tiene los Estados Unidos para reacomodar esa relación o reconstruir esos vínculos termina siendo el Comando Sur. Es una estructura que facilita la cooperación en el ámbito de la seguridad y de la defensa. Y bajo esta concepción un poco más amplia de lo que es la seguridad hemisférica, permite poner en discusión cuestiones como el litio y qué implica que un recurso estratégico se esté siendo extraído por China y otros actores.
De los no alineados a los alineamientos. ¿Qué le conviene a la Argentina?
-En la discusión sobre Jerusalén y la voluntad de Milei de instalar la embajada allí, se pone sobre la mesa la ruptura de una tradición histórica de la Argentina de neutralidad respecto de ese tema o de neutralidad en general, de no alineamiento. A Menem se lo cuestionaba también por haber roto el no alineamiento que era la postura tradicional de la Argentina. ¿El no alineamiento es la postura ideal para un país como la Argentina en términos de esta visión geopolítica de inteligencia y de seguridad?
-La Argentina está en una situación particularmente compleja a la hora de pensar sus asociaciones internacionales porque tenemos, por ejemplo, un territorio en disputa con un miembro de la OTAN.
-Se refiere a Gran Bretaña.
-Exactamente. Entonces, un país que quiere establecer un vínculo cercano con los Estados Unidos, lo está haciendo con el principal socio militar y económico que tiene Gran Bretaña, una relación enmarcada dentro de una alianza que es de gran peso. Pero por otro lado, esta idea de ir alineándose con Occidente no está tan enfocada necesariamente en cuál es el impacto en términos estratégicos para la Argentina. Sí tiene que ver más con aspectos simbólicos, discursivos, ideológicos del vínculo con ciertos actores dentro de Occidente. El discurso a veces beligerante que se tiene con China, por ejemplo, que es innecesario cuando es nuestro principal socio comercial. Ese énfasis termina siendo ventajoso para lo que se quiere construir discursivamente pero en términos estratégicos para la Argentina, termina siendo complejo. La Argentina necesita diversificar sus relaciones. Y eso significa que tienes que tener una relación saludable con actores como China entendiendo cuáles son las limitaciones.
-Manteniendo las distancias necesarias.
-Exactamente. Y los Estados Unidos no deja de ser la principal potencia que tenemos en el hemisferio y un actor de sumo peso.
-Y en términos de estilo de vida y de ideal de vida.
-Hoy en día, muchos más se identifican con la concepción liberal y occidental que con cualquiera de las otras alternativas.
Fuerzas Armadas y crisis. ¿Tiene sentido invertir recursos para reforzarlas? Geopolítica y amenazas futuras
-En relación a estas Fuerzas Armadas argentinas, un poco desvencijadas y desprestigiadas aunque haya habido algo de reconstrucción de su imagen después de 40 años de democracia, ¿tiene sentido para un país como la Argentina destinar recursos económicos para dotar, fortalecer y elaborar una estrategia mucho más consolidada y ambiciosa para sus Fuerzas Armadas de cara al futuro y las disputas geopolíticas que pueda haber?
-La premisa central es que los países van a la guerra con el ejército que tienen, no con el que desearían tener. Preparar una fuerza armada toma mucho tiempo y se tiene que hacer de cara a lo desconocido. No sabemos qué es lo que se viene en el mundo de acá a dos años, a cinco, diez, veinte o veinticinco años.
-Y cada vez lo sabemos menos.
-Cada vez hay más incertidumbre. En la década de los 2000, Ucrania entró en un período de profunda desinversión en su sector de defensa porque no percibían una amenaza latente contra su soberanía. En 2014, eso cambia radicalmente cuando Rusia hace la primera invasión. Ahí Ucrania cambia drásticamente su posición sobre la inversión en el área de defensa. En las últimas elecciones en Chile, el candidato presidencial que quedó segundo, Juan José Kast, habló abiertamente sobre reabrir la discusión en torno a los acuerdos limítrofes con la Argentina: no es una cuestión menor. Nosotros podemos encontrarnos a futuro en una situación en la cual rápidamente cambian nuestro contexto geopolítico y las amenazas que percibimos en nuestro entorno. En ese caso, la Argentina tiene que tener un instrumento militar preparado, que sea disuasivo, porque es la mejor herramienta ante la incertidumbre.