Enseñanza: "A mi hijo lo van a mirar con los ojos que nosotros lo miremos"
![A Rodrigo le gusta disfrazarse e irá a una escuela secundaria de arte.](https://cdn.statically.io/img/www.lanacion.com.ar/resizer/v2/a-rodrigo-le-gusta-disfrazarse-e-ira-a-una-C5D6UQYXM5DXHIFSML65TTWXBE.jpg?auth=3868b06afd83296fc9c2726639981b2505a91edf31223df7f474cce227b943b2&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
Marta y Javier Beltrán se enteraron de que su hijo Rodrigo (10) tenía Síndrome de Down el día que nació. Más allá de la incertidumbre y los miedos iniciales, tuvieron como pareja una única certeza: que querían criarlo igual que a su hijo mayor, Ignacio, que en ese entonces tenía 4 años. Para ellos, la inclusión plena empezaba en la propia familia. "Gracias a esa reacción y al acompañamiento que recibimos, Rodrigo es hoy un niño autónomo", cuenta orgullosa Marta.
Para poder cumplir con ese propósito, se unieron a las charlas para padres de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra). Allí, una frase les terminó de marcar el rumbo: "A su hijo lo van a mirar con los ojos con los que ustedes lo miren". Y Marta y Javier aseguran que así fue.
"Yo estaba mal porque no sabía a qué colegio mandarlo o si debía buscar un jardín especial", recuerda Marta. Pero al hablar con la directora del colegio "La Asunción", al que iba Ignacio, sus dudas se despejaron: le explicó que Rodrigo tenía derecho a estudiar en una escuela común y le ofrecieron una vacante.
![Rodri junto a su familia. Marta y Javier, sus papás, y sus hermanos Ignacio (14) y Bautista (3)](https://cdn.statically.io/img/resizer.glanacion.com/resizer/v2/rodri-junto-a-su-familia-marta-y-javier-sus-papas-LGAOT24A25H5VERWVOHXBE3QNU.jpg?auth=d1a3a9c52125c56461720e0f03c86420dc3e6548a9352eaecfdba396ffb44868&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
A diferencia de lo que le pasó a la familia Beltrán, y aunque la ley establece que todas las instituciones tienen el deber de adoptar las medidas necesarias para garantizar que el alumnado con discapacidad aprenda y participe en igualdad de condiciones, las historias de exclusión se repiten por miles.
Hoy Rodrigo está en quinto grado y tomando clases a distancia, como el resto de sus compañeros. Su mamá cuenta que logra prestar atención los 40 minutos que duran los encuentros y que se queda sentado solo. "Las maestras supieron adaptarse a la situación, están siendo muy accesibles y explican los temas a través de adivinanzas o de breves cuentos interactivos", detalla Marta. Además, cuenta con Belén, su acompañante terapéutica de REDAT.
![Rodri y su mamá, una tarde de cuarentena mientras hacía su tarea.](https://cdn.statically.io/img/resizer.glanacion.com/resizer/v2/rodri-y-su-6NOU5MPV7VET7NXUDG3HBCKQWE.jpg?auth=c8c50a60518c96a44bbd507b8fd9789e606fded35f03e9684f8469a7e3bd8a19&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
Para la mamá de Rodrigo, es muy importante la forma en que la institución donde concurren sus hijos aborda la educación inclusiva, ya que tiene entre sus estudiantes a más de 10 niños y niñas con discapacidad. "Muchas veces invitan a actos al Mago Alex, que también tiene Síndrome de Down", relata Marta.
El último mes, Marta y Javier tuvieron coronavirus, pero Ignacio, Rodrigo y Bautista (3) permanecieron asintomáticos o hasta sin la enfermedad. Con todos los cuidados necesarios de higiene, pudieron seguir conviviendo los cinco en el mismo lugar.
"Rodri, como a cualquier preadolescente, le gusta imitar en todo a su hermano mayor y es muy rebelde para bañarse", describe Marta. Ella afirma que "la discapacidad es necesaria transitarla acompañado, y a Rodrigo lo que le sobró siempre fue amor y se ve reflejado en él".
Para poder compartir su experiencia, Marta y Javier formaron un Grupo en Facebook "Asociación Contá Conmigo". Allí reúnen a papás en su misma situación para poder brindarles información de ayuda. Y siempre, a los padres que están transitando el mismo camino, aconsejan: "Cuando nace un hijo con alguna discapacidad, no se fijen en eso, concéntrese en su hijo y saquen su máximo potencial".
LA NACION