Rosalía Fernanda Molina tenía 45 años y fue asesinada después de la medianoche del lunes por al menos un agresor que llegó hasta su casa del barrio República de la Sexta y le disparó un balazo letal al tórax y otro en una pierna. El gatillero además mató de un disparo a uno de los cuatro perros pitbull que custodiaban la vivienda, que ya había sido baleada en febrero. La mujer contaba con un pedido de captura por no haberse presentado a una audiencia prevista por su condena por tenencia de arma y encubrimiento. Un hijo de la mujer, Diego “Costeleta” Molina, está preso en la cárcel de Coronda como integrante de la banda de Los Funes, por lo que el homicidio se investiga en un contexto de criminalidad organizada.
El crimen de Molina fue en la casa de Beruti al 2000 —entre Ituzaingó y Cerrito— la misma que había sido allanada dos veces el año pasado y donde Rosalía había fijado domicilio en su causa penal.
Sola en la casa
Los vecinos contaron que la noche del lunes la mujer había cenado con unos familiares y sobre la 1.30 del martes, cuando ya estaba sola en la casa, la atacaron a tiros. Al escuchar los disparos los vecinos se contactaron con una hija de la víctima que, junto a su pareja, llevó a Molina al Hospital Provincial, adonde llegó sin vida con impactos en el tórax y en una pierna.
Según una primera versión el ataque se produjo desde un auto no identificado y los tiros habrían alcanzado a la víctima cuando estaba en el frente de la modesta casa. En la vereda la policía montó un perímetro con cintas de vallado dentro del que quedaron un sillón plástico, una silla, ropas y bidones. Otras versiones daban cuenta de la irrupción del tirador puertas adentro de la casa. La mecánica no estaba clara hasta anoche y era uno de los puntos que intentaba esclarecer la investigación.
Los efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) encontraron en la escena tres perros pitbull vivos y uno muerto, al parecer alcanzado por una bala. Para aclarar esta circunstancia se le dio intervención a al Brigada Ecológica de Rescate Animal. La investigación del crimen, el quinto en lo que va de junio y el número 57 del año, quedó en manos de la fiscal de Homicidios Gisela Paolicelli.
Si bien la policía encontró algunas resistencias para entrar a la propiedad, en la escena se halló una billetera de color rosa de la víctima con 27.500 pesos. Pero no se halló el celular de la mujer.
Casa con historia
La casa de Molina había sido baleada el 18 de febrero pasado cuando dispararon más de trece veces contra el frente y un Peugeot 206 estacionado en la vereda. La vivienda había sido allanada dos veces el año pasado. En una ocasión se secuestraron una pistola 9 milímetros y varios celulares. En otra se hallaron tres bicicletas aparentemente robadas.
Fuentes de la pesquisa indicaron que Molina tenía pedido de captura por no presentarse a una audiencia de control de las condiciones de su libertad. Contaba con una condena a prisión condicional por tenencia ilegal de armas y encubrimiento. Se trata de una causa de 2019 que tenía como principal implicado a su hijo “Costeleta”, considerado gestor de una pyme de narcomenudeo y un lugarteniente de la banda de los Funes que se ocupaba de usurpar viviendas en los barrios República de la Sexta y Tablada para instalar kioscos de droga.
“Costeleta”
El apodo de “Costeleta” se hizo conocido en las crónicas policiales cuando a fines de 2017, en el marco de un operativo bautizado Los Miserables para desbaratar las bandas de los Funes y de René “Brujo” Ungaro, vecinos de Cochabamba y Beruti contaron que Lautaro “Lamparita” Funes y Carlos “Pelo Duro” Fernández —dos de los referentes del grupo— habían zafado de las detenciones al “esconderse en la casa de Costeleta”.
>> Leer más: República de la Sexta: mataron a balazos a una mujer en Beruti e Ituzaingó
El 20 de septiembre de 2018 un sicario solitario entró a un pasillo de Cochabamba al 200 bis donde vivía Juan Bautista Benítez, de 69 años, y lo mató de cinco tiros en la precaria casilla donde vivía. Los vecinos contaron entonces que la víctima “vendía para Costeleta” y los Funes y algunos arriesgaron que “ellos mismos le dieron al viejo”.
Con 24 años, Costeleta fue detenido en enero de 2019 en la zona de La Siberia. Entonces se allanó una propiedad de Ituzaingó al 200 bis y la casa de Rosalía. Al muchacho le incautaron una pistola Colt calibre 45 y a la mujer una Bersa calibre 22. Las dos estaban en condiciones de uso y con el cargador completo. Esa es la causa por la cual Rosalía terminó condenada. Su hijo, en tanto, tenía una condena previa a siete años de prisión por abuso de armas que no había terminado de cumplir y actualmente está preso en la cárcel de Coronda.