Producto del aumento del desempleo, la caída de los ingresos y del impacto de la inflación sobre los sectores más pobres de la población, en el primer trimestre de 2024 la desigualdad por ingresos creció a su nivel más preocupante en 16 años.
El nivel de desigualdad en la Argentina en el primer trimestre de 2024 es el más alto de los últimos 16 años. El aumento del desempleo, la caída de los ingresos y la aceleración inflacionaria impactaron sobre la población de menores ingresos.
Producto del aumento del desempleo, la caída de los ingresos y del impacto de la inflación sobre los sectores más pobres de la población, en el primer trimestre de 2024 la desigualdad por ingresos creció a su nivel más preocupante en 16 años.
Entre el primer trimestre de 2023 y el de 2024, la Argentina experimentó un marcado incremento en su coeficiente de Gini, que pasó de 0,446 a 0,467 puntos. El índice, utilizado globalmente para medir la desigualdad en la distribución de ingresos, sugiere que la brecha entre ricos y pobres se está ampliando.
Si bien el aumento de 0,021 puntos puede parecer modesto a primera vista, lo cierto es que en términos de impacto social y económico es significativo. Este cambio implica que los ingresos en Argentina se están distribuyendo de manera cada vez más desigual.
El Gini es el coeficiente que se usa en el mundo para medir la desigualdad en la distribución del ingreso. Toma valores comprendidos entre 0 y 1. El valor 0 corresponde al caso de “igualdad absoluta de todos los ingresos” y el valor 1, al caso extremo contrario, donde todas las personas tienen ingreso 0 y una sola persona se lleva el total. Puede calcularse con datos desagregados o agrupados; por ejemplo, en deciles. El Indec lo calcula con los datos desagregados.
Así, queda claro que los 0,467 puntos del coeficiente de Gini del primer trimestre de este año dan cuenta de un aumento de la desigualdad respecto a los períodos anteriores.
��Hay una tendencia que no es buena y se da en un contexto en el que la economía se deteriora. Hay más trabajadores informales, ingresos más bajos de parte de la población de menor calificación y también de parte de la población formal. Hay un deterioro del mercado laboral, lo que afecta seriamente a los niveles de desigualdad”, explicó Juan Luis Bour, economista especialista del mercado laboral y director de FIEL.
“No sorprende esta evolución cuando se ve tan marcada pérdida del poder adquisitivo. No hay que olvidar además que en los ingresos están comprendidas las jubilaciones, que también se vienen deteriorando”, agregó.
El índice de Gini comenzó a medirse periódicamente en Argentina desde 1974, gracias a la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Indec, donde mide el ingreso de los hogares.
Ese año se registró el índice más bajo, de 0,36. Desde entonces el nivel de desigualdad fue aumentando, como explican Oscar Altimir, Luis Beccaria y Martín González Rosada en "La distribución del ingreso en la Argentina 1974-2000". “Entre 1974 y 2000 se observa una tendencia al constante empeoramiento de la distribución del ingreso de los hogares (y por consiguiente del bienestar), a lo largo del cuarto de siglo y a un ritmo casi uniforme que termina por elevar la desigualdad desde un Coeficiente de Gini de 0,36 en 1974 a otro de 0,51 en 2000”, señala el trabajo.
E l índice mejoró desde 0,475 en el últimos trimestre de 2003, tras la crisis socioeconómica de 2001-2002, a 0,364 en el primer trimestre de 2015 (gobierno de Cristina Fernández de Kirchner- Frente para la Victoria). Desde entonces, tocó su máximo en los 0,451 durante el tercer trimestre de 2016 (gobierno de de Mauricio Macri-Cambiemos) y repitió récord en el segundo trimestre de 2020 (gobierno de Alberto Fernández-Frente de Todos)
Laura Golovanesky, directora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Tecnologías y Desarrollo Social para el Noroeste Argentino (CIITED), unidad ejecutora del Conicet – Universidad Nacional de Jujuy, destacó que “el coeficiente no suele tener grandes variaciones en el corto plazo, por eso es importante analizar este indicador considerando períodos de tiempo largos”.
Y agregó: “En este sentido, se observa que entre el primer trimestre de 2020 y el de 2024, el coeficiente se mantuvo en una franja de entre el 0,41 y el 0,45, aunque en este último caso se destaca un avance hasta casi el 0,47”.
Golovanesky señaló que “esta variación es muy importante y demuestra que el ajuste realizado por el actual Gobierno está impactando de manera profunda en los niveles de desigualdad”.
Por su parte, Laura Caullo, economista del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterr��nea, señaló a este medio que el resultado de Gini para el primer trimestre refleja que “en el mercado laboral, hay una disminución en el número de trabajadores registrados y un aumento en la cantidad de personas que se desempeñan en la informalidad, como cuentapropistas no profesionales o están desempleadas. Esto se suma a la alta y creciente inflación que ha erosionado considerablemente los ingresos de las familias, especialmente desde agosto de 2023”.
Además, la economista resaltó en relación al ingreso per cápita familiar que “las familias más ricas cobran en promedio 23 veces más que una familia que se ubica entre el 10% más pobre de la población, o 15 veces más considerando la mediana de respuestas”.