Por cómo arrancó el partido para Lionel Messi, lo mejor que le pasó a Argentina es que el capitán pudo completar los 90 minutos. Porque hubo imágenes que generaron preocupación, pero que con el transcurrir del partido fueron quedando en un segundo plano. Es más, ese triunfo trabajado sobre Chile en el final del encuentro tuvo a Leo como parte interviniente en el gol: fue quien envió el córner que terminó con el tanto de Lautaro Martínez.
Las primeras imágenes del partido fueron de alta preocupación sobre la figura de Leo Messi, en ese minuto 22 en el que comenzó a tomarse la pierna derecha, sin saber si se trataba del aductor o el cuádriceps. Una alerta. Un minuto después, tras una dura falta de Suazo desde atrás, el 10 se quedó sobre la línea de cal para que lo asistan. Los masajes fueron directos al aductor.
Fue el momento en el que tomó más fuerza esa imagen del calentamiento previo que para muchos pasó desapercibida y que probablemente no haya tenido nada que ver con la situación, pero que podía ser emparentable. Es que sobre el final de la entrada en calor un colaborador se acercó de manera sigilosa a Leo y le puso algo en la mano derecha, el capitán caminó unos pocos pasos y se llevó la mano a la boca. Dio toda la impresión de que se trató de una pastilla.
Lo cierto es que desde ese instante en el que se tocó la pierna por primera vez el foco se puso sobre una posible lesión de Leo, ni hablar cuando a los 31 minutos lo atoraron entre tres (antes tuvo un par de segundos para limpiar la jugada hacia la izquierda) y le robaron la pelota. Se quedó prácticamente clavado, sin seguir la jugada y mucho menos presionar sobre la salida del rival.
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Lionel Messi jugó a media máquina, pero de igual forma estuvo cerca de marcar, con un remate desde lejos.
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Un Messi aislado y elongando
Dos minutos más tarde, mientras la jugada se volcaba sobre la izquierda, a Leo se lo vio solo en el otro extremo, elongando la zona afectada, en una clara muestra de que algo le estaba sucediendo, pero en esa supuesta inferioridad desde lo físico fue él quien estuvo a punto de abrir el marcador, con ese remate bajo de más de 25 metros que rozó la base del palo izquierdo de Bravo.
Nadie sabía qué decisión podía tomar Scaloni en el entretiempo, aunque todo iba a depender de lo que dijera el propio Messi. Y Leo reapareció en el campo para jugar el complemento. Las veces que tuvo que encarar lo hizo, pero estuvo claro que reguló fuerzas. Tampoco le hacía falta correr ni esforzarse demasiado y lo demostró a los 4’ de ese segundo tiempo, cuando recibió en tres cuartos y la abrió a la derecha para dejar a Molina cara a cara. Sólo cabeza y justeza debió ponerle a ese tiro libre milimétrico que metió a los 11’ para la entrada de Alexis Mac Allister, quien no alcanzó a conectarla con el pie derecho.
Después, un par de insinuaciones más, siempre formando parte del circuito futbolístico, pero sin tanta injerencia como las que suele mostrar. El partido a esa altura ya se había complicado más de la cuenta y hasta el empate terminaba siendo un buen negocio para Argentina. Pero cuando todo se terminaba llegó el gol, que tuvo como eslabón de la cadena a un Messi que parecía que no iba a aguantar los 90, que asustó a muchos, pero que llegó al final en el campo de juego.
Lo Celso y Di María, recién en el complemento
Además de Messi hubo participación rosarina en el triunfo de Argentina sobre Chile aunque para ver en cancha a Angel Di María y Giovani Lo Celso hubo que esperar hasta el segundo tiempo. El primero en aparecer fue Gio, quien ingresó a los 63’ por Enzo Fernández. Participó bastante del juego, pero generalmente lejos del arco rival. Un pase magistral para Messi, por encima de los centrales, pero Leo estaba en off side. Su posición fue la que revisó el VAR en el gol del Lautaro Martínez.
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Angel Di María la toca de zurda suave para la entrada de Lautaro Martínez, en la última del partido.
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Fideo Di María fue a la cancha a los 72’ (por Nico González). En una de las primeras tiró una fantasía sobre la izquierda que terminó con falta de Marcelino Nuñez, a quien desairó con apenas un movimiento, que el árbitro no cobró. En otra no pudo superar la marca para irse al gol y en la última corrió sin marcas por el callejón del 8 (una jugada muy similar al mano a mano que erró frente a Canadá) y lo pudo hacer él, pero eligió el pase a Lautaro, quien entraba solo por el otro sector. El Toro la tocó demasiado suave y se la taparon.