La cumbre de la OTAN en Washington debatirá un plan estratégico para proteger a Ucrania y contener la ofensiva global de China

Joe Biden es anfitrión del cónclave multilateral que tiene como objetivo básico establecer una hoja de ruta que permita derrotar a Vladimir Putin y aplacar la ambición autoritaria de Xi JInping

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Joe Biden y Xi Jinping durante la cumbre del G20 en Bali (Indonesia)
Joe Biden y Xi Jinping durante la cumbre del G20 en Bali (Indonesia)

(Desde Washington, Estados Unidos) La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza militar de 32 países que lidera Estados Unidos, delibera desde mañana en Washington para aprobar un plan estratégico destinado a la defensa de Ucrania frente a Rusia y a contener la ofensiva global de China.

En la Casa Blanca se explica que China y Rusia establecieron una entente geopolítica con el objetivo de disputar el poder mundial y avanzar sobre los mercados de Estados Unidos, Europa y ciertos países de la zona Indo-Pacífico.

A los intereses de Beijing y Moscú se sumaría la adhesión de Corea del Norte e Irán, que ya tienen un rol importante en Medio Oriente con su apoyo a Hamas y Hezbollah. Estas organizaciones terroristas declararon la guerra a Israel, que es respaldado por Estados Unidos y Europa.

La OTAN fue construida en 1949 para enfrentar a la Unión Soviética que había iniciado la Guerra Fría contra Occidente, y 75 años más tarde en Washington se le asignará un nuevo rol vinculado a proteger a las sociedades democráticas del mundo frente a un eje autoritario integrado por China, Rusia, Irán y Corea del Norte.

“China significa para Europa una de las (posiblemente la mayor amenaza) a la seguridad que enfrenta, la mayor desde el final de la Guerra Fría. Un posible agresor que vea que a Rusia se le permite actuar con impunidad en Europa puede tener sus propias ideas en una parte muy diferente del mundo. Así que ahora también tenemos la relación entre Rusia y Corea del Norte que ha evolucionado, así como con Irán”, aseguró el secretario de Estado, Antony Blinken, durante una charla que ofreció en el prestigioso Instituto Brookings.

Con idéntico pensamiento estratégico, Jens Stoltenberg -Secretario General de la OTAN-, opinó en la revista Foreign Affairs: “Putin no muestra ninguna intención de poner fin a esta guerra en el corto plazo, y está cada vez más alineado con otras potencias autoritarias, incluida China, que desean ver a Estados Unidos fracasar, Europa fracturarse y la OTAN tambalearse. Esto demuestra que en el mundo actual la seguridad no es una cuestión regional sino global. La seguridad de Europa afecta a Asia y la seguridad de Asia afecta a Europa”, sostuvo Stoltenberg en una columna titulada Lo que la OTAN significa para el mundo.

Walter E. Washington Convention Center, sede de la Cumbre de la OTAN que organiza los Estados Unidos
Walter E. Washington Convention Center, sede de la Cumbre de la OTAN que organiza los Estados Unidos

La OTAN opera en Europa y hoy su principal enemigo es Rusia, que invadió Ucrania para ejecutar la estrategia expansionista de Putin. En este contexto, la OTAN pretende aprobar en la Cumbre de Washington un paquete de ayuda de 40.000 millones de dólares que serviría para sostener el esfuerzo bélico que lidera Volodimir Zelensky desde Kyiv.

Zelensky tiene previsto llegar a Washington en los próximos días y mantendrá una reunión bilateral con Joseph Biden para insistir con su principal objetivo táctico ante Rusia: el ingreso como socio de la OTAN, una posibilidad que no está en los planes del presidente de los Estados Unidos y sus aliados de peso en Europa.

Si Ucrania está en guerra contra Rusia y es miembro de la OTAN, el conflicto armado se extendería en poco tiempo. Rusia ya hizo acuerdos con China, Irán y Corea del Norte, y estos aliados no durarían un segundo en respaldar al Kremlin.

“Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte”, establece el artículo 5 del estatuto de la OTAN.

Es decir: el ingreso de Ucrania a la OTAN puede provocar un conflicto global, que Estados Unidos y Europa no están dispuestos a gatillar. Biden le prometió a Zelensky que habrá apoyo absoluto frente a Rusia, pero el ingreso de Ucrania en la OTAN se demorará hasta que concluya la guerra.

“Intensificar nuestro apoyo a Ucrania no convierte a la OTAN en parte en este conflicto. La alianza no busca la confrontación con Rusia. Pero hemos apoyado y seguiremos haciendo todo lo posible para apoyar el derecho fundamental de Ucrania a la autodefensa, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas”, opinó el secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la última edición de Foreign Affairs.

Joe Biden y Volodimir Zelensky durante la reunión que mantuvieron en la Casa Blanca
Joe Biden y Volodimir Zelensky durante la reunión que mantuvieron en la Casa Blanca

El secretario Stoltenberg, que será sucedido desde octubre por Mark Rutte, dejó explícito en su columna de Foreign Affairs que Ucrania y Zelensky deberán esperar. La cautela de la OTAN no sólo se vincula al artículo 5 de su Estatuto, sino que además toma en cuenta un movimiento geopolítico que la alianza continental esta formalizado en el espacio Indo-Pacífico.

En diciembre 2017, durante la administración de Donald Trump, se emitió un documento sobre Estrategia de Seguridad Nacional que hacia foco en la región Indo Pacífico como posible área de contención de una ofensiva en tándem que están realizando China y Rusia en esa zona del mundo.

La región del Indo-Pacífico abarca desde Asia-Pacífico hasta Oriente Medio y África a través del océano Índico, y constituye un núcleo económico clave que contiene a más de la mitad de la población global. Xi y Putin se relamen en ese escenario geopolítico y la OTAN quiere utilizar su peso específico para contener las ambiciones autoritarias de Beijing y Moscú.

Desde esta perspectiva, la OTAN invitó a Australia, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda (IPA4, los cuatro del Indo Pacífico en la jerga diplomática) a la cumbre que inicia mañana en DC. No es la primera vez que el IP4 participa de una Cumbre de la OTAN, ya lo hizo en Madrid (2022) y en Vilnius (2023), y el objetivo fue siempre el mismo: contener a China y a sus eventuales aliados.

Sin embargo, en esta oportunidad, la situación histórica es diferente. Xi apoya a Rusia en su guerra contra Ucrania, y además avanza sobre los mares de China Meridional y Oriental y el Estrecho de Taiwan, transformado en una amenaza real lo que el paper de la administración Trump colocaba como hipótesis de conflicto.

“Hay algo más que ha cambiado y creo que, una vez más, se verá esto en la cumbre de la OTAN. Tenemos cuatro socios del Indo-Pacífico que asistirán a la cumbre de la OTAN, como lo han hecho durante los últimos tres años: Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea. Esta es una manifestación y un reconocimiento de algo que realmente es nuevo, a saber, que cada vez más los socios en Europa consideran que los desafíos que se encuentran al otro lado del mundo en Asia son relevantes para ellos, del mismo modo que los socios en Asia consideran que los desafíos que se encuentran al otro lado del mundo en Europa son relevantes para ellos, afirmó Blinken durante su exposición en el Instituto Brookings.

Y concluyó: “El primer ministro (de Japón Fumio) Kishida lo expresó mejor a raíz de la agresión rusa contra Ucrania. Dijo que lo que sucede hoy en Europa podría suceder mañana en Asia”.

La cumbre inicia mañana en Washington y concluirá el jueves con un documento final que servirá para ratificar la posición de la OTAN frente a la guerra en Ucrania y su perspectiva crítica sobre la ofensiva geopolítica que montó China junto a Rusia, Irán y Corea del Norte.

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