Condenada a 29 años de cárcel la autora del crimen de los laxantes: asesinó a su pareja administrándole estas pastillas durante siete meses

Además ha sido condenada por un delito continuado de estafa agravada, ya que durante ese período llegó a sacar 62.000 euros de la cuenta de la víctima

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La acusada de matar a su pareja con laxantes se enfrenta a 28 años de cárcel (Europa Press)
La acusada de matar a su pareja con laxantes se enfrenta a 28 años de cárcel (Europa Press)

La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 29 años de cárcel a la mujer que estaba acusada de asesinar a su compañero sentimental suministrándole durante meses laxantes. La sentencia la ha declarado autora de un delito de asesinato con agravante de parentesco, por lo que se le impone una pena de 23 años, y se le suman otros seis años por un delito continuado de estafa agravada, ya que además se apropió del dinero de la víctima.

La resolución, que si la ha absuelto del delito de falsedad documental, aplica de esta manera el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular el pasado 18 de junio y podrá ser recurrida en apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Siete meses en el hospital

El caso se dio a conocer el 16 de abril de 2021, cuando un hombre era ingresado en la UCI por un shock severo, que acabó con su vida. Durante los últimos meses además había sufrido un cuadro de diarrea crónica y funcional refractaria a cualquier tipo de tratamiento, así como deshidratación y un deterioro progresivo e irreversible de su estado.

Lo que a primera vista podía parecer una muerta natural, pronto levantó las sospechas de los agentes de la Policía. La alarma que dio comienzo a la investigación fue la gran cantidad de laxantes que el fallecido había consumido y tras casi un año de trabajo, todo apuntó a la que en ese momento era su pareja como la única sospechosa.

Siete meses había pasado la víctima en el hospital y los médicos no habían sido capaces de determinar las causas de las enfermedades que sufría. Era aún más sospechoso el hecho de que cuando el enfermo ingresaba en la UCI, donde no se pueden recibir visitas, conseguía mejorar y cuando volvía a planta pasaba lo contrario. Esta fue la razón que apuntó a la ahora condenada, ya que era la única persona que le visitaba. Había comunicado al resto de familiares que no podía recibir visitas debido a las restricciones impuestas por culpa de la pandemia del Covid-19.

El dato clave que consiguió esclarecer lo ocurrido fue que una de las cuentas bancarias del hombre se encontraba con saldo negativo. Los hijos del fallecido se dieron cuenta de esto y además se percataron de la existencia de diversas facturas de compras realizadas en farmacias durante los meses que duró el ingreso hospitalario de la víctima.

No solo eso, sino que en esas compras destacaban la gran cantidad de laxantes que habían sido adquiridos. Estos fueron los que poco a poco fueron acabando con la vida de la víctima y no existía otra posible persona que se los hubiera administrado que su pareja. A parte de las compras también se apoderó de sus tarjetas bancarias y retiró 62.000 euros en dinero en efectivo de diferentes cajeros.

El exnovio que sufrió diarreas

Durante la celebración del juicio una de las declaraciones que más llamó la atención fue la de uno de los exnovios de la condenada, que contó su experiencia cuando estaban juntos. Estuvieron saliendo desde marzo de 2015 hasta mayo de 2018 en la casa de él, ya que ella no tenía trabajo. El único dinero que recibía eran los 200 euros que le pagaba su exmarido por cada una de sus dos hijas como pensión.

Él trabajaba de inspector jefe de la Policía Nacional, pero en ese momento se encontraba en la reserva. En 2017 realizó un viaje a Cuenca y a la vuelta comenzó a sufrir diarreas diarias. En un principio el afectado pensó que sería por la marihuana que consumía, pero tras dejarla “aquello continuaba”. Las diarreas casi siempre le ocurrían de madrugada y le dejaban “hecho polvo”, sin apenas poder salir de casa.

No quiso ir al hospital, porque tenía “fobia” a los médicos y aguantó “el tirón hasta enero de 2018″. En ese tiempo asegura que su entonces pareja fue “muy solícita”: “Me cuidaba, me alimentaba y me limpiaba, no tengo ninguna queja”. Sin embargo, en una de las seis salidas que pudo realizar durante esos tres meses, fue al banco y vio una extracción de 600 euros.

Pensó primero que había sido su hermana la que realizaba las extracciones, hasta que un día le preguntó si necesitaba más dinero y “ahí se destapó todo”. Se habían realizado 22 extracciones de 500 euros hasta “dejar la cuenta a cero y un descubierto de 1.200 euros”. En ningún momento había autorizado a la acusada a usar sus tarjetas, por lo que al enterarse acabó con la relación.

A pesar de todo, el testigo aseguró que no guarda “ningún rencor” a su expareja. Añadió que ella “siempre” había consumido laxantes, “todos los días desde que la conocí”, pero que nunca se los dio a él y que aún sigue pagando las deudas que contrajo cuando vivía con ella.

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