Los motivos que provocan la jubilación anticipada de las enfermeras en EEUU

Más de un tercio de las sanitarias encuestadas afirmaron haber dejado su trabajo por razones distintas a la de la jubilación planificada

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Imagen de archivo de una enfermera colocándose una mascarilla protectora N95 en un lugar de tests de coronavirus en Bismarck, Dakota del Norte, EEUU (REUTERS/Bing Guan)
Imagen de archivo de una enfermera colocándose una mascarilla protectora N95 en un lugar de tests de coronavirus en Bismarck, Dakota del Norte, EEUU (REUTERS/Bing Guan)

En el sector de la sanidad, las condiciones laborales de los profesionales sanitarios suelen percibirse como bastante duras. A pesar de recibir un salario digno -aunque para muchos sigue resultado ser insuficiente- el cambio continuo de horarios y la gran cantidad de horas extra requeridas suelen provocar numerosos abandonos, lo cual ha conducido a una larga serie de protestas, huelgas y a la postre a la escasez crítica de personal para una atención médica de calidad.

Dentro de este ámbito, uno de los colectivos que más descontento se ha mostrado con la deriva actual de su profesión es el de las enfermeras. Algo que, no obstante, no ocurre solo en España, sino que se puede ver en otras muchas partes del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, un estudio de este mismo año señala una “actual crisis de la atención de enfermería”, donde dos datos contrastan.

Por un lado, el número de graduaciones en las escuelas de enfermería es más alto que nunca. Sin embargo, “los centros de atención de la salud, en particular los hospitales, tienen dificultades para contratar y retener suficientes enfermeras tituladas para cubrir las vacantes”. Algo que, a la larga, abre la puerta a “la posibilidad de que Estados Unidos se esté encaminando hacia una escasez nacional”.

Los principales motivos del abandono del trabajo

Este mismo estudio, realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania, recoge los resultados de unas encuestas rellenadas por casi 8.000 enfermeras “que estaban empleadas en un trabajo no relacionado con la salud, no estaban empleadas o estaban jubiladas”. Eso sí, pese a tratarse de un estudio reciente, la búsqueda de estas causas se ha remontado al periodo transcurrido entre 2018 y 2021, para disponer de todos los datos necesarios.

En esos años, los datos reflejaron que solo el 59% de las enfermeras ya jubiladas lo habían hecho realmente por un retiro planificado. O lo que es lo mismo, más de cuatro de cada diez enfermeras dejaron el trabajo por razones distintas a su deseo de obtener la jubilación. La causa más frecuente en este segundo grupo fue el agotamiento o cansancio emocional -un 22%-, aunque también destacó la dotación de personal insuficiente -18%-.

Estos porcentajes crecen ligeramente si se incluye también a las que, sin haberse jubilado, dejaron su trabajo como sanitarios y sanitarias -un 26 y un 21%, respectivamente-, y también hay que añadir otra causa bastante frecuente: las obligaciones familiares que, en un 18% de las personas que rellenaron la encuesta, resultaron incompatibles con las condiciones del empleo que tenían entonces.

Algunas declaraciones de las encuestadas

Al respecto, la investigación recoge el testimonio de una de las participantes en el estudio: “Estoy ansiosa por volver a entrar en el mercado laboral. Una cosa que ha empañado mis esfuerzos es el cuidado de niños disponible que funciona con los turnos ofrecidos. Otro inconveniente es que trabajamos cada dos fines de semana”.

Otro factor al que hicieron referencia fue a la preocupación que sentían en muchas ocasiones por la “seguridad de los pacientes debido a las condiciones de trabajo de primera línea”. Una de las encuestadas, por ejemplo, afirmó que “habría trabajado uno o dos años más si tuviéramos proporciones de personal seguras”.

La carga de trabajo era excesiva para poder atender bien a los pacientes, pero las expectativas, en cambio, eran siempre muy altas. “Ninguna transparencia en la administración, proporciones de personal terribles, riesgo de contagiar a su familia de COVID. Fines de semana y horas extras, agotamiento emocional. Todo esto con el mismo salario y rara vez incentivos”.

Para finalizar, el estudio concluye alegando que muchas de estas razones de abandono prematuro recaen directamente sobre las acciones -e inacciones- de los empleadores. “Deberían invertir en políticas de dotación de personal de enfermería, entornos de trabajo de enfermería de alta calidad y mejores oportunidades” para conciliar la vida laboral con la personal. “Debido a que muchos hospitales no han mejorado voluntariamente sus niveles de dotación de personal de enfermería, cada vez más hospitales se enfrentan a mandatos legislativos que exigen que los hospitales cumplan con estándares mínimos de seguridad”.

Mónica García, ministra de Sanidad, este domingo en la manifestación en Madrid en defensa de la sanidad pública.
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