Los radares camuflados de la DGT: coches, motos y ubicaciones curiosas

La Dirección General de Tráfico registró 78 siniestros de tráfico mortales en los que fallecieron 87 personas en el mes de abril. En ese mismo mes Interior anunció una campaña de vigilancia y control centrada en la velocidad durante la cual, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil establecieron 3.988 puntos de control de velocidad en la red de carreteras españolas.

El informe detalla que el 5,7% de los vehículos controlados -más de 800.000- fueron denunciados por circular a una velocidad superior a la permitida, un porcentaje similar al registrado en la campaña de abril de 2023.

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Los agentes expusieron que el mayor número de sanciones por exceder el límite de velocidad se produjeron en carreteras convencionales y en abril experimentó un nuevo aumento respecto al mes anterior. Concretamente, el 65,8% de los conductores sancionados. Tráfico reitera que esta es una de las principales razones de la mortalidad en un accidente, ya que, a mayor velocidad, mayor es el peligro.

Con el fin de revertir esta situación, Interior elaboró un plan para reforzar las medidas de control y prevención. Entre los principales puntos, se anunció un aumento de la presencia de agentes de tráfico y la implementación de vehículos camuflados. También se ha llevado a cabo la implementación de radares camuflados, dispuestos en zonas en las que pasan desapercibidos.

Los radares Velolaser han sido instalados con el fin de aumentar la seguridad vial durante la campaña de verano. Estos dispositivos, que se distinguen por su tamaño reducido y su peso ligero, son difíciles de detectar debido a sus dimensiones inferiores a 50 centímetros y un peso menor a medio kilogramo.

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Además de su tamaño compacto, los radares Velolaser cuentan con una batería que permite su funcionamiento ininterrumpido hasta por cuatro horas. Dentro de este período, se pueden colocar en diferentes soportes, incluyendo señales de punto kilométrico o balizas de iluminación nocturna.

Una de las características técnicas más destacadas de estos radares es su conectividad inalámbrica a través de WiFi y Bluetooth, lo que permite que los agentes de tráfico puedan manipular el dispositivo a distancia sin necesidad de cables, lo que optimiza el proceso de monitoreo y facilita su uso en distintas ubicaciones sin requerir instalaciones complejas.

La aplicación que comparte información sobre el tráfico, controles, alertas y los radares a tiempo real, Social Drive, ya ha expuesto la presencia de algunos de ellos en las redes sociales. Algunos ejemplos descubiertos detallan que los radares móviles no están “incrustados” solo en vehículos estacionados en la carretera, como ya se ha visto en muchas ocasiones, si no que pueden multar con el propio coche en movimiento.

Otro de los ejemplos que mostraron los usuarios de la aplicación, recogido en una información de la web ADSL Zone, detalla que estos radares se han encontrado en coches retirados de la vía con el capó levantado, simulando estar averiados. También se han descubierto detrás de carteles publicitarios, lo que hace aún más difícil su avistamiento.