Abascal confirma la ruptura de todos los gobiernos de coalición con el PP y Vox pasará a la oposición

Como la "decisión más difícil en la historia de este partido" definía Santiago Abascal el anuncio que pasadas las 21:30 hacía oficial y que todos daban por hecho. Vox ha decidido romper sus acuerdos de gobierno con el PP en las cinco comunidades autónomas donde formaba parte del Ejecutivo. 

Esto supone la salida del equipo de gobierno en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón y Extremadura, empezando por la "inmediata" dimisión de los cuatro vicepresidentes regionales. Estos son Alejandro Nolasco en Aragón; Vicente Barrera en Comunidad Valenciana; José Ángel Antelo en Murcia; y Juan García-Gallardo en Castilla y León, ya que en Extremadura su presencia es muy limitada. 

Junto a esto casos, Abascal también ha mencionado Baleares, donde Vox había firmado un pacto de legislatura con el PP para garantizar su apoyo sin necesidad de formar parte del gabinete de Marga Prohens.

En todos estos territorios, Vox pasará desde ahora a formar parte de la oposición, lo que supone un giro radical en la situación política de estas seis autonomías, donde el PP se queda en minoría parlamentaria. Abascal no ha hecho mención, sin embargo, al amplio centenar de ayuntamientos donde ambas formaciones comparten labores de gobierno.

"Nadie ha votado a Vox y tampoco al PP, diría, para que continúe la invasión de inmigración ilegal y de 'menas'. Si el señor Feijóo quiere seguir estafando a sus votantes y aplicar políticas socialistas y globalistas, allá él. Nosotros no vamos a hacerlo", ha expuesto con tono serio Abascal, en una comparencia sin preguntas, ni prensa, tras tres horas de reunión del Comité Ejecutivo Nacional.

En esa intervención, el líder de la ultraderecha ha asegurado que su partido "hemos cedido, quizás demasiado dirán algunos, para salvaguardar esos gobiernos como una fórmula de alternativa nacional al gobierno corrupto". "Pero es imposible pactar con quien no quiere hacerlo, con quien quiere imponernos unas políticas de fronteras abiertas".

En un ejercicio de ofensas previo a su anuncio, Abascal ya había dedicado varias frases a Alberto Núñez Feijóo por sus "pactos constantes" con "un autócrata corrupto sometido a Marruecos", en referencia al presidente del Gobierno.

Igualmente, ha acusado al líder del PP de "torpedear todos los acuerdos con Vox", enlazándolo con el reparto de menores migrantes. "Ayer obligó a sus presidentes autonómicos a pactar con Sánchez un nuevo reparto de menas ilegales, a sabiendas de que a su socio de gobiernos eso le causaba gran preocupación. Lo hizo, condenando a la inseguridad, el efecto llamada y la delincuencia contra todos los españoles".

Por el momento, desde el PP guardan silencio y emplazan a una comparecencia de Núñez Feijóo a lo largo de la mañana del viernes. Sí hay movimiento es en los territorios afectados por el inminente cambio de gobierno, donde se preparan para diversos "ajustes" y ya hay barones regionales planteándose abiertamente la opción de convocar nuevas elecciones, como informa este medio.

Todos los caminos llevaban a Bambú

Vox llevaba días manejando una la retórica desafiante con el PP en aquellos ejecutivos de coalición que compartían hasta la comparecencia de este jueves en la sede nacional de Vox, en la madrileña calle Bambú. "Romper es romper, y si ceden a la presión de (Pedro) Sánchez, romperemos", adelantaba hace dos días la portavoz en el Congreso, Pepa Millán, cuando ya desde Génova se mostraban favorables a acoger a varios centenares de estos migrantes menores de edad.

Este miércoles por la noche saltó la chispa definitiva, a raíz del acuerdo entre varias comunidades, incluidas las encabezadas por el PP, y el Gobierno central para realojar a 400 menores no acompañados llegados a Canarias y Ceuta. Con el paso de las horas, el rosario de declaraciones de Abascal y otros altos cargos del partido ha ido a más en fondo y formas, sin ahorrar un reproche a sus socios (hasta este jueves) en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Murcia. Hasta que, bien entrada la noche y tras tres horas de reunión, llegó la noticia.