Sushi Ran, el nuevo japonés de la plaza de los Alféreces

A menudo, cuando entramos en un nuevo local, desconocemos las historias que hay detrás, los secretos que esconden sus paredes o los desvelos de sus propietarios. Buscando respuestas a todas estas preguntas, En Salsa ha estado esta semana en el flamante restaurante japonés Sushi Ran, ubicado en la plaza de los Alféreces de Badajoz. Una zona con un perfil gastronómico clásico que se ve ahora estimulada con la llegada y la energía arrolladora de Xubo Zhang, conocido como Pablo entre los pacenses.

Este empresario de 42 años originario del sur de China lleva desde los 25 viviendo y creando empleo en Badajoz. Aquí aterrizó directamente en el restaurante Simbo –propiedad de su tía– para fregar platos y acostumbrar el oído al castellano. Sin embargo, no fue hasta que no estuvo trabajando de camarero en el hotel Palace, en Madrid, cuando lo aprendió definitivamente. Tras algunos años más de picar piedra, hace algunos meses conoció a Lulin Xu, marido de una pariente suya. Lulin ha sido cocinero en Japón en los últimos diez años, pero tenía ganas de asentarse en España.

Y así, casi de manera casual, decidieron que se harían socios y que montarían un local asiático, principalmente japonés, para que Lulin pusiera en práctica todos los conocimientos adquiridos. Badajoz, la ciudad de residencia de Pablo, donde tiene otros negocios como el restaurante Sushi Taki y algunas tiendas, fue la elegida. En cuanto a la zona, pensaron en los Alféreces, pues tenían ganas de posicionarse como el nuevo restaurante japonés del centro y atraer así a un perfil joven.

Abarca dos locales (antiguo Cuchara y paso atrás y Suculenta), pero cualquiera que haya estado en los anteriores no encontrará ni un resquicio de ellos. Sushi Ran está repleto de neones, luces de colores, dragones y modernidad.

Ofrece un bufé a la carta. Esto es, el comensal llega, escanea un código QR y accede a una plataforma con 134 platos. La mayoría son japoneses, pero también tienen otros de procedencia china e incluso algunos claramente españoles, pero los menos. Se van añadiendo a un carrito, como si de una tienda online se tratase, y los camareros los traen a la mesa recién preparados. Se puede volver a pedir todas las veces que se desee. Los precios son 16'90 euros al mediodía, 20'90 por la noche y 22'90 los fines de semana por persona adulta.Los niños que midan menos de un metro pagan 4'90 euros y 11'50 a los que el metro les marca menos de 140 centímetros (los fines de semana asciende a 13'50). Todos los precios llevan el coste de la bebida aparte. Cuentan con las cervezas japonesas Asahi y Sapporo para quien quiera tener la experiencia completa.

Además, tienen la opción de pedir a la carta si alguien desea comer solo un plato o en pedidos para recoger en el local. Sin duda, el rey de su propuesta es el sushi, la especialidad de Lulin. Lo elabora con la mejor materia prima posible y prueba de ello es que, según aseguran, van semanalmente a Noruega a comprar los salmones. Se los traen y los despiezan en el propio restaurante, donde los mantienen ultracongelados a menos 65 grados. Su sabor es muy fresco y suave.

También destacan otras elaboraciones como el nigiri de huevos de codorniz, el sake de foie, el carpaccio de buey, los tacos de atún o de salmón, o las sartenes que llegan a la mesa burbujeantes. Llama la atención que ha sushi con fresa y hasta con plátano. Será para acabar el festín con un dulce sabor de boca.

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