gastronomía

El restaurante bohemio de un pequeño pueblo de Huesca que luce un solete Repsol de verano

Las recetas tradicionales se dan la mano con otras innovadoras, pero lo que se come es sorpresa, según el día.

Detalles del singular restaurante de Buera, cuyas paredes parecen contar historias.
Detalles del singular restaurante de Buera, cuyas paredes parecen contar historias.
Montañés

Una almazara del siglo XVIII, la iglesia medieval de San Juan o los caminos de muros de piedra que rodean eras y huertos son algunos encantos de Buera. En este pueblo oscense están censados en torno a un centenar de personas. También llama la atención el Bosque de los Olivos, un olivar donde convive en torno a una veintena de variedades de olivares catalogadas en el Somontano. Y junto a él, el Reloj de Sol de los Olivos, que se trata de un curioso reloj horizontal "único en el mundo", como resalta Turismo de Aragón, donde la sombra del mástil refleja la hora solar al pie de dichos árboles.

Un solete Repsol de verano también brilla con fuerza en este pueblo de la provincia de Huesca. En la última remesa de estas distinciones de la famosa guía. La Posada Lalola es el establecimiento galardonado con este título, gracias al criterio de los hermanos Iris y Bruno Jordán, de Ansils de Anciles. En esta ocasión, los restaurantes con soles Repsol han elegidos a los nuevos soletes.

Al frente de este establecimiento -y también de un hotel con mucho encanto- está Bruno Fernández. Es un joven que tenía una prometedora carrera futbolística en Estados Unidos, como relatan los recortes en la prensa, pero decidió regresar al pueblo donde Miguel Ángel, su padre, regentaba la posada.

Bruno Fernández, en la puerta de Lalola
Bruno Fernández, en la puerta de Lalola
Montañés

La cocina sorprende, porque nunca se sabe lo que se va a comer. Se podría decir que es un fórmula similar a un menú de degustación. No hay carta establecida y el comensal se sienta a la sorpresa. Se pueden fiar, porque la propuesta es de altura.

Un aperitivo en base a una sardina en 'brioche', callos siguiendo la receta tradicional con huevo frito, tartar de chuleta, cocochas de bacalao... o el Ternasco de Aragón, que está asado con total mimo, tanto que los jarretes se pueden deshuesar con total facilidad. Ubicado en este enclave es normal que en el maridaje los vinos de la denominación de origen Somontano sean los claros protagonistas en las copas.

La decoración atrapa. Fotografías de famosos -del mundo del deporte, de la cultura...- que han pasado por la Posada Lalola, recuerdos, piezas exclusivas, placas de calles, espejos, sillas rocambolescas, obras de arte... todo ello forma parte del ambiente y de la atmósfera de este establecimiento. Hay detalles que llaman la atención, como que se sirva la comida en un plato del famoso Casa Lucio de Madrid.

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