En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Arte y Teatro

Se fue John Castles: fuerza y sutileza, en la obra del gran escultor colombiano

Artista colombiano John Castles

Artista colombiano John Castles

Foto:Fernando Gómez Echeverri

Fue uno de los artistas más importantes de la escultura en Colombia. Falleció el 14 de diciembre.

eduardo serrano
La primera obra de John Castles en la tercera Bienal de Medellín, en 1970, y desde ese momento su producción no se desvió ni un milímetro del derrotero que le hizo definirse como artista, o sea, de su pasión por expresarse creativamente a través de construcciones tridimensionales. Al mismo tiempo, sin embargo, con cada nueva exposición Castles hizo un aporte conceptual importante para la escultura señalando posibilidades creativas Inéditas y potentes.

Conforme a los criterios de

Su obra siguió el derrotero de la escultura planteado por Edgar Negret, Eduardo Ramírez Villamizar y por Carlos Rojas, pero solo en cuanto a la utilización de técnicas y materiales industriales. Negret, Ramírez y Rojas fueron artistas de la primera generación modernista en la plástica colombiana, y por lo tanto entre sus prioridades figuró en primerísimo lugar la idea de romper con lo anterior para abrir camino a nuevas definiciones y ejecutorias. En las obras de las generaciones posteriores, como la de Castles, hay en cambio una libertad creativa que asfixia cualquier movimiento unidireccional y autoriza cualquier experimento.
La obra de la Bienal era una escultura construida con tubos de polímeros que armaban una especie de elevación indicativa, por una parte, de su formación de arquitecto y su impulso constructivo, y por otra parte, de su vocación abstracta y su convicción de que la mayoría de las formas transmiten raciocinios, a veces simples, pero por lo general complejos.
Después de unos trabajos en aluminio pintado en los cuales investigaba acerca de la interrelación de partes menores y mayores en la escultura, Castles abordó el hierro y se orientó hacia la comunicación de las cualidades expresivas inherentes al material, construyendo sus obras con láminas y varillas ubicadas en correspondencia con las posibilidades hexagonales del cubo.
Las pesadas láminas establecen un dinámico equilibrio mediante leves apoyos y contactos que enfatizan la realidad del material, pero una realidad armonizada por la forma en sí de la escultura. Son obras que juegan retadoramente con las propiedades físicas del equilibrio, siendo en ocasiones solo el filo de las hojas metálicas el encargado de conducir su peso y fuerza hasta el suelo.
Desde entonces, Castles suprimió las bases que separan el mundo del observador del de las obras prosiguiendo con la lógica del famoso “menos es más” minimalista. A la poderosa presencia que impone su trabajo en el espacio gracias a su intención reduccionista y a la fortaleza del material, contribuye también en gran parte el carácter de movimiento detenido. de suspenso, de fuerza sometida de muchas de sus obras,
Las varillas repiten en el aire planteamientos similares a los de las láminas, otorgándole al vacío un significado especial equiparable al del silencio en el campo de la música, pues es una pausa imprescindible para la comprensión y apreciación de la pieza en su totalidad.
Artista colombiano John Castles

Artista colombiano John Castles

Foto:Fernando Gómez Echeverri

En los años ochenta Castles se liberó de la rigidez geométrica apartándose de la dirección recta y adoptando la curva que hace visualmente más liviano el metal. La pintura se reemplaza por un óxido parejo y meticulosamente conseguido que les aporta color y textura a sus cada vez más ambiciosas construcciones.
También recuerdo mi sorpresa al comprobar en esa década que en su evolución algunas esculturas permitían identificar sutiles alusiones orgánicas, contraponiendo la dureza del hierro a suaves desarrollos con frecuencia horizontales. Algunas de sus piezas se desplazan en forma de “ese”, dibujando ondas y vueltas como las serpientes. Pero unas serpientes de hierro, las cuales continúan armonizando las nociones de ductilidad y movimiento con las de gravedad y reciedumbre.
Su producción no se limitó a piezas de interiores para ser expuestas y coleccionadas por museos y galerías, sino que llevó a cabo un buen número de esculturas urbanas que han enriquecido las calles y avenidas de distintas ciudades, todas las cuales revelan claramente su estructura en concordancia con la honestidad minimalista de no ponerle trampas al ojo. No es extraño, por consiguiente, que llevara a cabo también obras creadas en relación con su ubicación, esculturas concebidas cada una con un método artístico diseñado específicamente para una locación. Obras in situ que si se cambian de lugar pierden su significado.
Castles continuó toda su vida con la exploración de metales y sus propiedades físicas; exploró el hierro y el aluminio fundidos, el níquel, el vidrio y también la soldadura. Realizó serigrafías. Propuso obras sobre papeles doblados siguiendo los pliegues de las láminas que les trasladan su óxido También se desempeñó como profesor y curador de lúcidas exposiciones y como director de montaje de varios Salones Nacionales haciendo evidentes su comprensión de los espacios y sus conocimientos y actualización en materia de creatividad contemporánea.
En algunas obras más recientes producidas en láminas de mayor calibre, la verticalidad es categórica, y el material parece deshojarse, escindirse, en concordancia con su idea de no dejar nada oculto. Son esculturas de más claras referencias orgánicas, que apelan a los sentidos y no solo al intelecto, que invitan a apreciarlas de lejos y de cerca, y en las cuales se leen fácilmente los pasos seguidos en su elaboración.
La elocuente disparidad que existe entre la dureza del hierro y los desarrollos de sus obras se hace visible en las ondulaciones y dobleces puesto que algunas parecen haber sido realizadas sin esfuerzo, como si se tratara de un material maleable, y otras, en el otro extremo, despierten curiosidad acerca de las fuerzas, herramientas y maquinaria utilizadas en su ejecución.
Una vez registradas visualmente, las obras de Castles no desaparecen tan fácilmente de la mente; continúan gravitando en la memoria inmediata, se sigue sintiendo su materialidad y se sigue pensando en su contundencia. Son obras con una poderosa entidad física, con una presencia rotunda e intensa, las cuales representan el lapso cuando la escultura colombiana consolidó una identidad propia y confirió solidez a tradiciones no muy antiguas pero poderosas y eficaces.
EDUARDO SERRANO
PARA EL TIEMPO
@EduardSerrano9
eduardo serrano
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO