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Mochilas de amor: un regalo a la humanidad

El movimiento brinda esperanza a personas sin hogar, adultos mayores, estudiantes universitarios y aquellos con alguna discapacidad física o emocional

7 de julio de 2024 - 10:45 PM

Unos 40 voluntarios integran el equipo de trabajo de Mochilas de Amor, creado en el 2020. (Suministrada)

Cuando Wanda Maldonado Vega comprendió la urgencia de muchas personas en su pueblo de Isabela para acceder a productos de higiene personal durante la pandemia del Covid-19 en 2020, preparó cerca de 60 bultos con artículos que, en ese momento estaban escasos, para regalarlos a los más necesitados.

Lo que no imaginó fue que, de un proyecto especial nació un movimiento al que llamó Mochilas de amor, cuyo propósito es llevar esperanza a personas sin hogar, adultos mayores, niños, estudiantes universitarios y aquellos con alguna discapacidad física o emocional a través de un impacto directo en sus comunidades u organizaciones.

En tan solo cuatro años, la isabelina en conjunto con unos 40 voluntarios y la ayuda de un batallón de almas en toda la isla han repartido sobre 3,500 bagajes caracterizados por un colorido especial y que incluyen artículos de primera necesidad, aseo personal, camisetas, gorras, medias y meriendas, entre otros componentes que llevan a distintos espacios.

A sus 49 años, la jefa de familia y madre de dos hijos confesó que su llamado surgió de manera espontánea, al ver “personas que estaban expuestas a esta crisis colectiva de la pandemia y que estaban desprovistas de artículos de higiene personal”.

El grupo ha impactado a sobre 3,500 personas de distintos puntos de la isla.
El grupo ha impactado a sobre 3,500 personas de distintos puntos de la isla. (Suministrada)

“Para aquel momento, tener una botella de alcohol, ‘hand sanitizer’ o mascarillas y era bien difícil conseguir estos artículos. Un día, preparé unos bultitos con estos artículos, hice un acercamiento con las personas que siempre me ayudan y comenzamos a distribuirlos en mi pueblo porque habíamos preparado 60 bultitos”, recordó la relacionista pública licenciada.

“Entonces, como sobró porque impacté a los que estaban sentados en la plaza de Isabela y los que uno conoce, fuimos a Aguadilla y eso se me quedó en la mente. Comencé a hacer un llamado a través de una jornada de oración que dirijo porque quería ayudar a las personas dondequiera que veía una necesidad”, apuntó.

En el surgimiento del movimiento, Wanda dialogó con las personas que pernoctan en las plazas públicas para tantear qué artículos les gustaría que incluyeran las mochilas.

“Así empezamos a llenarlos con camisetas, gorritas y medias limpias, porque muchos de ellos no tenían buen cuidado de sus pies, por su estilo de vida. Igual, le echamos literatura espiritual, emocional y comenzamos a hacer un llamado a la gente y comenzaron a responder y a participar del movimiento”, mencionó la también capellana comunitaria.

De esa manera, levantó un grupo de voluntarios de distintos municipios, quienes solicitaron “que llegáramos a sus pueblos, sin conocerlos, simplemente a través de la jornada de oración que uno hace amistades por las redes sociales”.

“En ocasiones llevamos comida caliente. De ahí nació la iniciativa Risitas de amor, cuando empezamos a incluir café, bizcochitos y abrir mesas. Uno se toma una tacita de café y se olvida del mundo, y comenzábamos a conversar con la gente porque en ocasiones, la gente lo que necesita es que se le escuche”, confesó.

“Para mí, el movimiento se ha convertido en un instrumento de unificación, desprendimiento, servicio y darnos cuenta de la realidad que hay en las calles y de que no se requiere mucho para ayudar. Este movimiento ha inspirado a familias y comunidades para ellos mismos hacer lo propio”, admitió.

Sobre la mochila, detalló que se caracteriza por ser liviana y colorida.

“Contiene cepillo de pelo o peinilla, pasta dental, cepillo de dientes, jabón, desodorante, toalla de mano, camiseta, gorra, medias, merienda. Se les pregunta si desean que se les incluya la Biblia, es voluntario. Nos encontramos a personas que nos piden oración”, resaltó.

“Ayudamos a envejecientes, niños, personas con discapacidad o de diversidad funcional y siempre hay algo para hacer. Hemos colaborado para bendecir a jóvenes que participan en la Liga Atlética Policiaca, equipos deportivos, estudiantes universitarios, instituciones privadas y de gobierno. Llevamos cuatro años y hemos distribuido sobre 3,500 mochilas”, insistió.

El próximo impacto será este mes en el Hogar Tito y sus Amigos en Aguada que alberga a personas con síndrome de Down.

“Lo que queremos es que esas mochilas que van llenitas de amor, que la gente cada vez que las vea puedan tener ese momento y recordarse de que son importantes, que son amados y que, sobre todo, no les faltará nada”, expresó.

“En lo personal, han sido muchas lecciones de vida y una satisfacción enorme. Quizá para unos esto es insignificante, pero para otros esto es todo. El poder del amor nos liberta de una manera que a veces no encontramos explicación, pero sabemos que el amor es capaz de restaurar, perdonar, sanar, quebrantar y hacer un hombre nuevo”, finalizó.

Para detalles y donativos puede llamar al 787-669-2231.

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