El �rdago de Macron, que ha adelantado las elecciones legislativas tras su debacle en las europeas, ha tensado las costuras democr�ticas de Francia y puesto en alerta a Europa ante el riesgo de que la ultraderecha llegue al poder en uno de sus motores pol�ticos y econ�micos. La arriesgada apuesta del presidente para reagrupar el voto moderado ha chocado con un frentismo que ha fracturado el espacio pol�tico en dos bloques en los extremos. A la derecha, Le Pen, a quien los sondeos otorgan un
a mayor�a susceptible de obligar a Macron a una cohabitaci�n que trabar�a su agenda legislativa.
A la izquierda, un frente popular compuesto de socialistas, comunistas, insumisos de M�lenchon y verdes que han pactado un programa de m�ximos poco s�lido dadas las diferencias que los separan. A esa polarizaci�n se suma la implosi�n del centroderecha gaullista, herido de gravedad tras la rebeli�n de los barones contra su l�der, Eric Ciotti, por intentar pactar con la extrema derecha.
La crisis, que ha disparado la prima de riesgo francesa, amenaza tambi�n el proceso de construcci�n europea del que Macron ha sido puntal. Una victoria de Le Pen, partidaria de la Rusia de Putin, reforzar�a a las fuerzas populistas que intentan destruir desde dentro el proyecto comunitario y revertir los valores sobre los que fue fundado. Y todo ello con una guerra en la frontera.
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