Michel Franco: "Las mujeres afrontan los mismos retos que los hombres, pero se les exige que sonr�an"

Mantiene el director mexicano Michel Franco (Ciudad de M�xico, 1979), de acuerdo con el viejo precepto de la feminista Carol Hanisch, que lo personal es pol�tico. En su caso, no es tanto una reflexi�n que quiera establecer una correspondencia entre la estructura que ordena lo privado con la que condiciona lo p�blico, como una intuici�n. O, mejor, una certeza, si se quiere espont�nea, pero certeza. �En realidad�, comenta casi para excusarse el cineasta, �nunca parto de grandes conceptos cuando planeo una pel�cula. Es el propio desarrollo de la trama el que va imponiendo sus propias reglas�. Memory, su �ltimo trabajo, es como su propio t�tulo indica una historia sobre la memoria de dos personas. Una (Peter Sarsgaard) sufre demencia y por no acordarse de nada, acaba por dudar se s� mismo. La otra se obliga a olvidar el m�s terrible de los pecados familiares. Bien de forma accidental bien de manera forzada, como dec�a el poema, los dos son (o somos todos) el olvido que ser�n (o seremos).

�Es una met�fora, pero es algo m�s. Hablamos de dramas personales, pero, en realidad, son perfectamente aplicables a un pueblo entero. Un pueblo que no sabe de donde viene est� condenado a perderse. �se es el caso de �l. Pero, y en la misma medida, un pueblo que se obliga a no ver se condena. Lo que no se ve, no se admite y no se procesa te acaba matando�, comenta Franco y, aunque solo sea por la contundencia del apellido, se hace entender. Por lo menos, en Espa�a. Y sigue: �El perd�n, hacia los dem�s o con uno mismo, no tiene sentido desde el olvido�. Y as�.

De nuevo, como es regla en el cine del director de Despu�s de Luc�a, Las hijas de Abril o Nuevo orden, el protagonismo cae del lado de una mujer. �Coincidencia u oportunismo? �Prefiero pensar que se trata de coherencia. Me interesa lo que comprendo peor y me gusta contar las historias de la gente que es diferente a m�. Por otro lado, me parece que es una cuesti�n de justicia. Nos faltan sus historias. Las mujeres, por vivir en una sociedad pensada por y para los hombres, han tenido que enfrentarse desde siempre a retos mayores. Los desaf�os pueden ser los mismos, pero a ellas la sociedad les exige sonre�r, complacer, no quejarse. Sinceramente, hoy por hoy sus historias valen m�s�, contesta justo a la vez que confiesa su idilio con la actriz americana. Con ella, ha rodado �sta y una nueva producci�n titulada Dreams de la que se niega a decir nada. Solo dice una cosa que, a su modo, alguna pista da: �Busco c�mplices, no empleados. Me gusta pensar que cuando elijo un int�rprete no me enfrento a un rival. No creo en el conflicto. Quiero pensar que juntos nos enfrentamos a los conflictos, no que hacemos de la relaci�n un conflicto�. Y as�.

Nuevo orden, su anterior trabajo, pintaba un M�xico en llamas por culpa de la enfermedad (universal) de nuestro tiempo: la desigualdad. Y ah� sigue: �Nada ha cambiado. El mundo es cada vez m�s injusto y se acerca a los insostenible... Tenemos entre las manos una bomba que nos va a explotar en la cara�

�Y qu� le parece el triunfo de Claudia Scheinbaum en su pa�s?

M�s all� de cualquier valoraci�n ideol�gica, me parece un avance que por fin veamos a una mujer presidenta. Aunque llegue tarde. Y lo mismo pienso de Italia. A las mujeres se les ha negado todo, incluso la posibilidad de equivocarse.

Y dicho lo cual, insiste, nada personal se escapa a la pol�tica.