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La 'ley de la atracción' o como es mejor ser positivo (pero sin pasarse)

La 'ley de la atracción' o como es mejor ser positivo (pero sin pasarse)

Deportistas, actores... los «vips» se apuntan a esta corriente: visualiza un éxito, que vendrá

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Martes, 9 de julio 2024

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La selección española acabó la primera fase de la Eurocopa sin encajar ningún gol en la fase de grupos por primera vez en su historia, gracias en parte a la magnífica actuación de su segundo portero, David Raya, en el último de los partidos en Düsseldorf. Raya, el menos conocido de los tres guardametas de España, que se ha labrado una carrera en la que ha pasado de la quinta división inglesa a la portería del Arsenal y a 'la Roja', desveló el secreto de su éxito: se confiesa seguidor de la llamada 'ley de la atracción'. Es decir, que los pensamientos positivos son la clave para lograr buenos resultados. Que a base de visualizarse en la selección ha terminado formando parte de ella. ¿Realmente funciona?

La 'ley de la atracción' se ha hecho popular en el marco de las nuevas corrientes de pensamiento. Lllevado al extremo, casi entra en el terreno de la pseudociencia, pero en su versión más 'light' es válida y útil para todos los públicos. Estafilosofía de vida sugiere que existe un poder de atracción detrás de los pensamientos y que, a base de confiar en que ocurrirán cosas positivas, estas llegarán a manifestarse e incluso a atraer más consigo. Y al contrario, si los pensamientos son negativos, y la persona experimenta odio, envidia o tristeza las consecuencias serán desastrosas.

«Hay que ser positivo sí, pero en su justa medida», valora la psicóloga María Padilla, de Capital Psicólogos. «Las emociones como la tristeza, el odio o incluso la envidia son naturales en el ser humano y además son chivatos de nuestro cerebro: nos advierten de que algo no va bien y de que debemos tratarlo», agrega. «Por tanto, reprimir estas emociones puede derivar en consecuencias tan graves cómo un brote psicótico, porque al final no estás tratando aquello que te pasa. En el otro extremo, la negatividad excesiva tampoco es buena. Está probado que las persona deprimidas tienen las defensas más bajas. La mente tiene poder sobre el cuerpo, la energía es real y la posibilidad de programar el cerebro también, pero cualquier psicólogo te dirá que debe ir acompañado de un trabajo detrás, decir lo contrario puede ser un desastre», afirma la experta. Es lo que Padilla denominado «positivismo tóxico».

Sin esfuerzo no hay resultado

David Raya lo expresó así: «La 'ley de la atracción' consiste en tener pensamientos positivos hacia cosas que quieres llegar a conseguir y, de alguna manera, hacer que cumplan. Pero si tienes pensamientos y no haces nada, no te va a servir. Debe haber un 'mix': tener tu mente limpia y ser positivo y, a la vez fijarse una meta y unos sueños a corto o largo plazo para seguir trabajando para ello».

Esta es la clave que aleja el razonamiento de Raya de la seudociencia atraccionista: la alusión al esfuerzo. Generar atracción por medio del trabajo y la construcción de un discurso interno más positivo es posible, pero sentarse a visualizar una vida de ensueño sin esforzarse en ello y sin hacer nada por hacer que suceda es un disparate. Sin embargo, la 'ley de la atracción' sigue generando adeptos y, al margen del portero español, otros famosos se han confesado seguidores, desde Lady Gaga a Oprah Winfrey o Kate Perry, entre otros, aseguran que practican la visualización, las afirmaciones o el 'scripting' para alcanzar el éxito.

Uno de los ejemplos más usados por los gurús de la 'ley de la atracción' es el del actor Jim Carrey, quien asegura que por medio de la visualización, que es uno de los métodos propuestos para atraer lo que se desea, logró conseguir su primer millón de dólares. También Will Smith ha hablado abiertamente sobre cómo ha usado los diversos métodos para alcanzar sus sueños. Sin embargo el actor hace hincapié en el trabajo duro que hay detrás de la consecución de estos objetivos. Y es precisamente en este punto en el que esta ley de la manifestación toca o se aproxima un poco más a la realidad.

«Hay un punto en común que se ha distorsionado en todo esto y es que la visualización es una técnica clínica que sí se ha probado sobre todo en deportistas con resultados positivos. Se les pide que se visualicen a sí mismos llegando a la meta o marcando un gol, pero no quiere decir que solo por ello vaya a suceder. Hay un trabajo muy duro detrás y la visualización es solo un complemento de una trabajo interno de modificación de la conducta que tiene que ver con la plasticidad cerebral. Nuestro cerebro tiene la capacidad de cambiarse y adaptarse en función de nuestras acciones. Pero es importante dejar en claro que hay que preparar el sistema y el cuerpo para ello. ¡La psicología no es mágica!», recalca Padilla.

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