Bilbao recibe niños saharauis y ucranianos: «Queremos poder darles calidad de vida estos meses»

«Queremos que viva el verano de una familia normal». Agurtzane lleva cinco años acogiendo a niños y niñas con el programa 'Vacaciones en Paz'. Este año será Surur quien pase dos meses como uno más de su familia. La niña, de 9 años que tendrá la oportunidad de huir del calor y de las carencias de los campos de refugiados.

El programa 'Vacaciones en Paz' lleva en marcha más de dos décadas en Euskadi, en colaboración con la delegación vasca del Frente Polisario. Está dirigido a menores saharauis como Abdeljaleg, aunque «él no quiere que le digamos Abdeljaleg porque nadie lo sabe decir bien, así que todos le llamamos Abdel», explica Maite, que representa a otra de las familias voluntarias. Abdel, a diferencia de Surur, lleva un año en Bilbao porque ha sido intervenido quirúrgicamente por una operación de rodilla después de un accidente: «Queremos poder darle calidad de vida estos meses».

Este año el número de niños y niñas que han llegado a Bilbao han sido 13. Para las familias más implicadas, son pocos. «Es una pena», dice Maite. Ella estuvo cinco años acogiendo cada verano a la hermana mayor de Abdel y relata que «cada año menos gente se implica con el proyecto».

Estas familias se encargan de facilitar a estos menores controles médicos y les proporcionan un entorno que les permita escapar de las asfixiantes temperaturas de 55 grados que soportan en el desierto. En resumen, les pueden ofrecer un verano diferente, bueno para su salud y para su crecimiento personal: «Ayer estuvimos en Laida, en un barquito y nos iremos 15 días a Andalucía», expone Agurtzane. Por su parte Maite y su hija, que es quien ha decidido acoger este año, llevarán a Abdel «a la playa y al pueblo, ir a sitios que a él le apetezcan».

Esta mañana el Ayuntamiento de Bilbao ha acogido a estos menores en el Salón Árabe, «que es donde se recibe a las personas importantes que vienen a Bilbao. Vosotras y vosotros, sois muy importantes», les dijo Kontxi Claver, la concejala bilbaína de Igualdad, Cooperación, Convivencia e Inmigración. En este salón se han reunido a siete niñas y niños llegados de los campamentos de Tindouf, en Argelia, y a seis procedentes de Europa del Este, junto a sus familias acogida. El acto ha comenzado con un Agurra y ha terminado con la lectura de fragmentos del capítulo seis de «El Principito» en ucraniano, en hassanía, variante del árabe y en euskera.

Por su parte, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ha agradecido a todas las familias asistentes. «No entiendo una concreción más clara de la generosidad y de la solidaridad que el de la acogida. Hacerles durante un tiempo miembros de nuestra familia, a mí me parece algo extraordinario», les ha animado.

«Estoy convencidísima de que vais a tener la oportunidad de ir a la playa, a la piscina, de disfrutar con las familias de acogida que tienen preparadas para vosotros y vosotras un montón de planes», sentencia Claver. Aburto ha recalcado el respiro que estas familias dan a los menores: «En vuestros lugares las cosas están un poco más difíciles, pero queremos que os sintáis acogidos, que os sintáis queridos, que os sintáis todos bilbaínos y bilbaínas y que no dejéis de ser ni saharauis ni ucranianos o ucranianas».

El próximo 13 de julio, sábado, se realizará una jornada de bienvenida denominada 'Ongi etorri Saharako Umeak' a los niños y niñas y a sus familias de acogida de 11.30 a 17.30 horas en el Parque de Doña Casilda, para que se conozcan mejor los niños y sus familias. Habrá cinco zonas diferenciadas y en cada una de ellas habrá actividades como taller de percusión, hinchables, herri Kirolak y actividades de animación.

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