La curiosa experiencia de Tom Hanks en la única película que hizo con Clint Eastwood: "Trata a los actores como caballos"

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Tom Hanks siempre fue un chico tímido, un poco "extravagante", como él mismo se define. Además de su formación en la interpretación, el actor se pasaba tardes enteras en el teatro, disfrutando de Tennessee Williams y Henrik Ibsen. Tras ese viaje hacia las profundidades del arte, el protagonista de Forrest Gump decidió que él también quería mudar de piel y convertir su pasión vespertina en una profesión duradera. Y así fue.

Su larga trayectoria se compone de un extenso número de películas que han dejado una huella imborrable a través de varias generaciones. Actor consagrado de la década de los años 90, Tom Hanks también probó suerte como productor al lado de importantes leyendas vivas del cine como Steven Spielberg: Los amos del aire (Apple TV+) fue su tercera apuesta bélica tras Hermanos de sangre y The Pacific. Hanks también participó en la producción de Mi gran boda griega, uno de los grandes éxitos del cine independiente.

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Virginia García

En 1993, Hanks recibió su primer Oscar por su papel de Andrew Beckett, un abogado que es despedido de su trabajo por haber contraído el SIDA, en Philadelphia. Su segunda estatuilla dorada la consiguió al año siguiente con la icónica y recordada cinta que le impulsó al estrellato y le convirtió en el actor más querido de Estados Unidos: Forrest Gump. No hay espectador que no recuerde la emblemática frase de "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar".

La cara amable de Hollywood

El siglo XX también fue una época dorada para Hanks. Algunas de sus películas más recordadas fueron Salvar al soldado Ryan y La milla verde, imponentes leyendas audiovisuales que dieron paso a Náufrago (aquí nos regala una de sus mejores interpretaciones). Las más recientes son muestra de su capacidad de adaptarse a personajes de lo más variopintos: Atrápame si puedes, Elvis o El puente de los espías.

Pero, sin duda, una de sus mayores hazañas como actor fue rodar con Clint Eastwood. La película Sully, basada en hechos reales, fue la primera vez y única en la que trabajaron juntos. En esta ocasión, Hanks se metió en la piel del piloto del vuelo 1549 de US Airways, que logró realizar un aterrizaje de emergencia en pleno río Hudson, en Nueva York, salvando a todos los tripulantes y pasajeros que viajaban con él.

El amerizaje fue bautizado entonces como "milagro de Hudson". Esta arriesgada maniobra salió bien y Sully se convirtió en un auténtico héroe nacional después de estar en el punto de mira de las comisiones investigadoras que se preguntaban si la decisión tomada por el capitán fue la correcta.

Tom Hanks se quedó asombrado por la peculiar forma que tenía Clint Eastwood de dirigirse a su equipo. "Trata a sus actores como caballos porque cuando hizo la serie de los años 60 Cuero crudo, el director gritaba '¡Acción!' y todos los caballos salían disparados. Entonces, cuando está a cargo, dice en voz muy baja y suave: 'Está bien, adelante', y en lugar de gritar '¡Corten!', dice: 'Ya basta'. ¡Es muy intimidante!", explicó el actor en una conversación con el programa de entrevistas británico The Graham Norton Show.

Aunque esta denominación parece algo negativo a simple vista, no lo es. Hanks se refería al tono pausado y tranquilo de Eastwood al trabajar con sus actores. Su buen carácter ayuda a que todos sus proyectos salgan adelante sin ningún contratiempo, propiciando un ambiente agradable, al que todo intérprete tiene ganas de volver.