Desde hace unos años el columnista y escritor Adolfo Zableh escribe sobre sí mismo. Sus artículos y sus libros pretender ser una radiografía de sus sentimientos y emociones.

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En este camino ha descubierto y dicho cosas de su vida que lo han sobrecogido a él y a sus lectores. En esta línea existencial está Encontrarse a uno mismo, un libro en el que ofrece su testimonio respecto a sus hallazgos y dudas frente a una amplia variedad de terapias de autoconocimiento y sanación personal.

Dicho trabajo, que bordea los terrenos de la autoayuda, ofrece pistas sobre lo que pasa en la mente de alguien que no le encuentra sabor a la vida, así las cosas estén bien. Al menos en apariencia.

Resulta llamativo que un escritor decida escribir abiertamente de su salud mental...

“Sí, ese es un género que hoy está más actual que nunca, pues muchísima gente habla de emociones, sentimientos, de terapias. Supongo, pues no lo había pensado, que resulta raro que un escritor que escribe de otras cosas, de política, de la vida, de lo que sea, que es lo que yo he hecho estos años, hable de ese tema de la salud mental. Este libro fue más o menos eso: mezclar algo de periodismo, algo de literatura, con la exploración y el autoconocimiento. Ahora, no creo que este sea un libro ni con respuestas ni con soluciones definitivas”.

Hace poco Jerry Seinfeld decía que vivimos en una época marcada por la confusión. ¿Está de acuerdo con esa idea?

“Incertidumbre ha habido siempre. Hay una frase que dice que al médico hay que ir cuando se está sano y no cuando se está enfermo. No sé si eso se pueda aplicar para las ciencias de la autoexploración y de la salud mental. Ahora, no hay que estar mal de plata o estar mal con la mujer para sentirse mal. En teoría, puedes ser exitoso y estar muy mal. Andrés Iniesta es un ejemplo muy claro de esto. Justo en el momento en que el mundo lo consideraba uno de los mejores jugadores de fútbol, que había ganado una copa del mundo, él no hallaba razón para levantarse de la cama y necesitó ayuda psicológica”.

Esta exploración suya comienza cuando termina una relación. ¿La crisis de las relaciones monogámicas será una de las razones por las que los adultos de treinta y cuarenta años vivamos en una crisis constante?

“Sí, en ese aspecto la frase de Seinfeld tiene mucho sentido. Claro, la vida de nuestros papás y nuestros abuelos era otra, en teoría. Sobre todo era distinta en el aspecto emocional de pareja. Antes, la gente se mamaba cincuenta años en una relación. Ahora, si las cosas no funcionaron a los cinco años, se dice chao. Incluso antes. Esta es una época en la que, en teoría, tenemos todo lo que necesitamos para ser felices y no lo somos. Tenemos en las manos muchas más herramientas para ser felices y para desarrollarnos, pero insistimos en eso de que entre más cosas haya afuera, que sean placenteras y funcionales, eso nos va a hacer a nosotros más felices. Las cosas no son así”.

Al final de todo este recorrido, ¿se encontró a sí mismo?

“No sé si eso sea posible. No sé qué tanto sirve tener certezas en la vida y qué tan conveniente sea. Uno nace y muere y en la mitad uno no sabe para qué esta acá. Y hay que inventarse algo”.