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EL ENCARGO INEVITABLE

En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • Los trazos de Wilson Rodríguez representan las relaciones entre el mundo físico y el mundo interior del artista.
    Los trazos de Wilson Rodríguez representan las relaciones entre el mundo físico y el mundo interior del artista.
  • El trabajo artístico de Daniel Otero Torres explora la escultura, la instalación, la cerámica, la pintura y el dibujo.
    El trabajo artístico de Daniel Otero Torres explora la escultura, la instalación, la cerámica, la pintura y el dibujo.
  • El arte de Olga de Amaral dialoga con la artesanía y con las posiciones vitales y estéticas de la vanguardia latinoamericana.
    El arte de Olga de Amaral dialoga con la artesanía y con las posiciones vitales y estéticas de la vanguardia latinoamericana.
  • En sus esculturas y sus películas Iván Argote ofrece una reflexión tierna y al tiempo descarnada de los relatos ideológicos.
    En sus esculturas y sus películas Iván Argote ofrece una reflexión tierna y al tiempo descarnada de los relatos ideológicos.

Extranjeros en su tierra: colombianos en la Bienal de Venecia

Un grupo de 17 creadores colombianos, que resisten en las regiones y en resguardos indígenas, son protagonistas en la exhibición de arte más importante del mundo.

Por: Mateo Navia Hoyos | Publicado

Extranjero se dice straniero –en italiano–, estrangeiro –en portugués–, étranger –en francés–, foreigner –en inglés–, y comparten una raíz etimológica: extraño. Al respecto, el curador brasileño Adriano Pedrosa es enfático: los artistas cuyas obras se exponen este año en la Bienal de Venecia son “extranjeros, inmigrantes, expatriados, diaspóricos, emigrados, exiliados y refugiados, especialmente aquellos que se han movido entre el Sur Global y el Norte Global”. Con esta decisión curatorial el pasado 20 de abril empezó una de las citas del arte contemporáneo más importantes del mundo, la 60ª Bienal Arte de Venecia 2024, en la que, de manera sorprendente, participan una gran cantidad de artistas colombianos, no solo profesionales, también autodidactas, folklóricos y populares, e incluso, artistas indígenas que con frecuencia han sido tratados como extranjeros en sus propios territorios.

La Bienal se podrá visitar hasta el 20 de noviembre en distintas sedes expositivas acondicionadas en los Giardini, el Arsenal y otros lugares de la Ciudad de los Canales. Se expondrán obras de 331 artistas, subdivididos en dos categorías principales: el Núcleo Histórico y el Núcleo Contemporáneo; otra categoría nombrada Participación Nacional, y todas recogidas bajo el título “Extranjeros en todas partes” (Stranieri Ovunque - Foreigners Everywhere).

Pedrosa tomó el título “Extranjeros en todas partes” de la serie de neones iniciada en 2004 por el Colectivo feminista conceptual fundado por Fulvia Carnevale y James Tornhill, que consiste en la creación de neones con distintos colores en diferentes idiomas con las palabras “Foreigners Everywhere”, y que han sido instalados a la entrada de las sedes expositivas. Esta es una obra en construcción que el curador interpretó así: “El telón de fondo de la obra es un mundo plagado de múltiples crisis y desafíos en torno al movimiento y la existencia de personas en todos los países, naciones, territorios y fronteras, que reflejan los peligros y trampas del idioma, la traducción, la nacionalidad, expresando diferencias y disparidades condicionadas por la identidad, la raza, el género, la sexualidad, la libertad y el desarrollo humano”.

La cuota colombiana está integrada por artistas fallecidos, y por aquellos cuya obra continúa en construcción. De los primeros se exhibe, en el pabellón central de los Giardini, bajo la categoría de Núcleo Histórico, la escultura Bachué, la madre generatriz de los Chibchas (1925), de Rómulo Rozo; y los cuadros Abstracto (s.f.), de Marco Ospina; Máscaras (1952), de Alejandro Obregón; un retrato abstracto-figurativo, de Emma Reyes; Hombre dormido (1945), de Enrique Grau Araújo, y El sembrador (1958), de Lucy Tejada. Obras a las cuales las une comportarse de manera crítica con la reminiscencia del pasado experimentado en torno al modernismo en la primera mitad del siglo XX, mediante formas de expresión del arte abstracto y del retrato.

De los artistas cuyas obras continúan en construcción, también bajo la categoría del Núcleo Histórico y en el mismo pabellón central de los Giardini se encuentran los acrílicos radiantes y luminosos de Calendario (2023), Laguna misteriosa (2022) y Vibración (2022), de Wilson Rodríguez (Aycoobo); las tintas sobre papel Sin título (2023) y Centro el terreno que nunca se inunda (2022), de Abel Rodríguez, hijo de Wilson, en las que los árboles y las plantas entrelazan la naturaleza y la cosmogonía nonuya; el tapiz Muro tejido terruño 3 (1969), de Olga De Amaral, hilos de lana erigidos como esculturas –arquitectónicas y orgánicas–, evocando los quipus andinos; el cuadro Oil No. 7 (1969), de Fanny Sanín, donde se aplana el espacio pictórico, poco tiempo antes de que la artista emprendiese los desarrollos posteriores más geométricos por los que es más reconocida, y las impresiones De la serie El Emperador (1973-1980) y El Negro (1979), de Miguel Ángel Rojas, que ratifican su marcado interés conceptual, simbólico y político en torno a temáticas homoeróticas, de marginalidad y diferencia sexual.

Tras salir del pabellón central, cruzar el río de los Giardini por la vía Paludo S. Antonio y girar a la izquierda, se encuentra la instalación perteneciente al Núcleo Contemporáneo, el antimonumento Descanso (2024), de Iván Argote, una escultura en piedra caliza de 12 metros de largo y cuatro de ancho, réplica de la estatua de Cristóbal Colón en la Plaza Colón de Madrid, cercenada en cinco partes, entre plantas exóticas invasoras y malas hierbas.

De Argote se puede ver en el Arsenal Paseo, el video de un recorrido de otra réplica de Colón en corcho por las calles de Madrid en enero de 2022, con el cual, explicó: quiso provocar “un momento de especulación. ¿Se lo han llevado? ¿No? ¿Por qué hay dos? ¿La cambiaron? Es una performance sobre ruedas que genera en quien lo ve ese pequeño golpe eléctrico, mi manera de plantear qué pasa si el espacio público es de otra manera”.

En el mismo espacio del Arsenal cuyo ingreso puede hacerse atravesando el Puente del Paraíso que sobrevuela el Río del Mundo Nuevo, la mirada se alza seis metros y medio para observar la instalación Aguacero (2024), de Daniel Otero Torres, también del Núcleo Contemporáneo, una arquitectura vernácula de la comunidad indígena Emberá para recolectar agua lluvia creada con materiales reciclados.

Omitidas en varias publicaciones sobre los colombianos que estarán en la Bienal, el curador, escritor y educador bogotano residente en Italia Matheew Carrillo Marentes, calificó como “maravillosa” la participación de Aimema Uai, Edinson Quiñones y Estefanía García Pineda en el ritual colectivo de la Minga Decolonial que se celebró en los Giardini un día antes de la inauguración, en el cual los indígenas colombianos compartieron medicinas de sus territorios con las de otros indígenas del Pabellón de Brasil, quienes a su vez habían realizado recorridos con tejidos de mantos sagrados, y que le permiten a la cosmovisión indígena hacer parte de la construcción de un futuro plural y sostenible. De “importante” calificó también Carrillo Marentes la participación de Carlos Motta en la obra en curso Disobedience Archive, que ha estado liderando Marco Scotini desde 1975, en la cual se han incluido obras de video de 39 artistas y colectivos, focalizadas en el Activismo de la diáspora y la Desobediencia de género.

El cuadro Bodegón erótico (1989), de Umberto Giangrandi, italiano nacido en Pontedera y residenciado en Colombia desde 1966, se expone en el Arsenal, del Núcleo Histórico en la sala “Italianos por todas partes”, escenificando una contraposición entre la represión del deseo y una escena erótica desinhibida.

A un año de cumplir 130 años desde que fuera iniciada la Bienal Arte de Venecia, en 2024 la curaduría de Adriano Pedrosa ha declarado el apoyo al otro y los otros. Quienes han permanecido al margen, en las periferias del mercado del arte, han sido puestos en el centro de la atención artística mundial. Seres humanos fracturados, rotos, fragmentados; huyendo, escondiéndose, asiéndose a la vida con esfuerzo y empeño; revoloteando en torno de sí mismos y de semejantes también agujereados. Otros, otredades que luchan por no dejarse reducir por las acciones imperiales del yo, alteridades que han encontrado este año en la Ciudad Flotante un lugar para ser de otro modo sin impedimentos.

El trabajo artístico de Daniel Otero Torres explora la escultura, la instalación, la cerámica, la pintura y el dibujo.
El trabajo artístico de Daniel Otero Torres explora la escultura, la instalación, la cerámica, la pintura y el dibujo.
El arte de Olga de Amaral dialoga con la artesanía y con las posiciones vitales y estéticas de la vanguardia latinoamericana.
El arte de Olga de Amaral dialoga con la artesanía y con las posiciones vitales y estéticas de la vanguardia latinoamericana.
$!En sus esculturas y sus películas Iván Argote ofrece una reflexión tierna y al tiempo descarnada de los relatos ideológicos.
En sus esculturas y sus películas Iván Argote ofrece una reflexión tierna y al tiempo descarnada de los relatos ideológicos.

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