¿Puede explotar mi móvil si se calienta en exceso este verano?

¿Puede explotar mi móvil si se calienta en exceso este verano?

Las temperaturas extremas que soporta un smartphone pueden limitar su rendimiento, e incluso acabar con él, mismo efecto que producen la arena y el polvo...

Iñigo Galparsoro

San Sebastián

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 6 de julio 2024, 09:09

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Por una vez, y sin que sirva de precedente, la imagen parece sacada de una postal. A pleno sol, en un paradisíaco destino vacacional, estamos a punto de alcanzar la playa de nuestros sueños tras 30 minutos de caminata. Los niños, flotadores en mano, corretean detrás de un balón, mientras que los suegros, con sus inseparables compañeras de viaje en forma de hamacas, caminan en busca de la brisa del mar. Y nosotros… maldición: nos hemos dejado el móvil en el salpicadero del vehículo, a la vista de cualquier persona de dudosas intenciones y, lo peor de todo, sin protección solar. ¿Será perjudicial para nuestro móvil de última generación? La pregunta tiene fácil respuesta: sí.

«La batería (el componente que más sufre por las temperaturas en un terminal) tiene un rango determinado de funcionamiento: si se exceden unos valores, se degradará. Y, por consiguiente, perderá sus características. Es más, si las temperaturas son muy extremas la batería se puede llegar a estropear totalmente, con lo que se hinchará y deformará el móvil», explica Javier Lemos, ingeniero de Producto de SPC.

Temperaturas extremas

Pero, concretamente, ¿qué subidas o bajadas del mercurio están preparados para soportar los móviles a día de hoy? «Por lo general, los smartphones pueden funcionar a temperaturas de entre -40 y 50 grados. Este es el rango máximo, pero ni mucho menos el recomendable o uno que vaya a garantizar que el dispositivo funcione y/o no se dañe», explica Herminio Granero. Este director ejecutivo de Ingram Micro Iberia va más allá y explica que «a temperaturas bajo cero ya podríamos ver algunos fallos de funcionamiento, sobre todo por la batería, diseñada para funcionar correctamente a entre 16 y 25 grados. Por encima de 40 grados de temperatura ambiente también podemos tener problemas. No es infrecuente que en invierno o verano, cuando hay temperaturas extremas, notemos que el móvil hace cosas raras».

La recarga de la batería

Sin embargo, hay un problema añadido: a menudo el usuario no es consciente de que un móvil puede estar sometido a situaciones térmicas que van más allá de las que soporta una persona. «Hay que recordar que una cosa es la temperatura ambiente y otra la interna del terminal, que depende tanto de la del ambiente como del uso que se esté haciendo del dispositivo. Es necesario tener en cuenta todos estos factores a la hora de usar el terminal», destaca Herminio Granero. Un caso muy paradigmático es el de las altas temperaturas que se alcanzan cuando se recarga la batería de cualquier móvil: y de hecho hay fabricantes cuyos modelos (más premium) cuentan con carga rápida de 120W (Xiaomi 13T Pro), 150 W (OnePlus 10T) e incluso la duplican (el Realme GT3, a 240W). Y a mayor rapidez de carga, más temperatura...

Pese a todo, siempre hay un temor que sobreviene a las mentes más inquietas: ¿y si la batería explota fruto del calor excesivo? «Es muy improbable. Si estalla podría ser debido a un mal diseño o a que el teléfono se encuentra en mal estado. Un móvil bien diseñado se desconecta y apaga cuando la temperatura excede un valor elevado», detalla. Otra cuestión es que no se estropee…», detalla Javier Lemos.

El peligro de la arena

Es, de lejos, el gran olvidado, y una de las mayores amenazas que se puede encontrar nuestro móvil en plena escapada vacacional. «Que entre polvo o arena en nuestro smartphone es muy perjudicial, porque puede producir problemas mecánicos, no tanto eléctricos. Y afecta, en gran medida, a los conectores y botones. Por ejemplo, los restos de arena y polvo en un conector o botón pueden producir un fallo mecánico al introducir la clavija o accionarlo», explica Javier Lemos. Hay otros componentes que también se pueden ver especialmente afectados, caso de los altavoces, y sobre todo la pantalla. «Estos restos de polvo pueden entrar entre las capas que componen el panel, lo que producirá un mal funcionamiento y efectos visuales indeseables. A la electrónica y baterías no les afecta tanto». Esto es muy visible a nivel doméstico con muchos ordenadores de sobremesa: en el momento en el que el equipo comienza a hacer ruido y a ralentizarse a menudo (no siempre) el epicentro del problema se encuentra en el ventilador, pieza a la que se adhieren todo tipo de partículas de polvo que disminuyen el rendimiento (por falta de refrigeración y calor excesivo). Una vez limpio, el PC vuelve a funcionar con total normalidad.

Entonces, ¿qué hay que hacer si el móvil se cae en la playa y se llena de arena? El ingeniero de Producto de SPC tiene la respuesta. «Los móviles cuentan con cierta hermeticidad y soportan perfectamente la arena. Lo que hay que hacer es eliminarla con cuidado, para evitar que entre en orificios y ranuras como conectores de carga, de auriculares o altavoces, y llegar a dañarlos. Y hay que tener tacto al retirarla de la pantalla o carcasa, para evitar rayarlas», concluye.

Reporta un error en esta noticia