La Venta Marcelino lleva un siglo viendo las estaciones sucederse en el Puerto de los Cotos: chimenea y caldo cuando el frío y la nieve son protagonistas, terracita y cervezas en el sol del estío. Un testigo mágico y acogedor que no solo acumula tiempo, sino las historias de las personas que han pasado y pasan por allí.
Así lo recogen los textos de las 79 personas que han participado en el libro Venta Marcelino. 100 años en el Puerto de los Cotos. Y que nos cuentan entre sus páginas sus vivencias en la Venta, en la montaña, en Peñalara o en la Sierra de Guadarrama.
«La Sierra de Guadarrama es una de las joyas naturales de nuestro país, y la Venta Marcelino ha conseguido formar parte de la arquitectura del paisaje y de la arquitectura de muchos corazones».
Joanna Ivars
Geógrafa y responsable del departamento de Meteorología de La Sexta
Se mezclan los relatos de recuerdos personales con el recorrido de la propia Venta Marcelino o con la evolución de la Sierra de Guadarrama, sus prácticas, su clima y sus costumbres. De manera que es un retrato íntimo y a la vez un relato histórico de este testigo mudo que ha visto muchos cambios, muchas personas y mucha montaña entre sus paredes, desde ese lugar privilegiado.
Para la mayoría de personas que colaboran con sus testimonios, no se trata solo de recordar la multitud de ocasiones que han pasado por la venta, sino de apreciar cómo, en ocasiones, hay lugares que forman parte de nuestro mapa personal y que, cuando son esenciales en las experiencias de muchas generaciones, también son esenciales en la historia del paisaje.
Carlos Soria, Sebastián Álvaro, Eduardo Martínez de Pisón, Carlos Novillo, entre otros muchos más, son algunos de los nombres que conforman la larga lista de participantes de este libro. Un relato coral en el que las vivencias individuales se unen en un lugar común, la Venta Marcelino, y son el mejor homenaje a sus 100 años.
¡¡¡Felices 100 años!!!
«Los mayores hemos vivido la montaña con mucha menos gente, la Venta Marcelino ha tenido momentos en los que no había manera de llegar a ella más que en esquís o andando hundiéndote porque los quitanieves se quedaban en Navacerrada. Ha pasado inviernos enteros aislada.
Tengo el privilegio de que Rafa Sánchez de la Coba, segundo dueño de la Venta, sea un grandísimo amigo mío. Tengo muy buenos recuerdos porque hemos hecho muchas cosas juntos. Hemos ido al Himalaya, me ha acompañado a expediciones, hemos hecho un trekking que nunca se nos olvidará por complicado y divertido».
Carlos Soria
Montañero, alpinista e himalayista
«La Venta Marcelino ha sabido estar a la altura de los tiempos, ampliándose, renovándose, innovando y ofreciendo la mejor alternativa a los visitantes para su seguridad y protección, y adaptándose a las nuevas tecnologías que hace un siglo eran impensables. Por ejemplo, cada mañana, a través de Twitter, su webcam y su estación meteorológica ofrecen información muy útil sobre la situación de las carreteras, el estado de la nieve y de los aparcamientos, la saturación del tráfico, la temperatura, las precipitaciones o la velocidad del viento para ayudar a quienes van a esquiar, correr, caminar, visitar en bicicleta y deleitarse con estas privilegiadas cumbres».
Carlos Novillo
Consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid
«En el mismo corazón de la sierra, en los Cotos, donde se encuentran las dos ramas de sus altos cordales y al pie de la Peña Mayor o del Ara, bajo los hielos de enero y sobre los bosques frescos de agosto, está la Venta Marcelino reuniendo los caracteres históricos, vitales y hasta espirituales de todos los puertos del mundo. Con su estilo serrano, su temple montañero, allí vamos porque nos gustan el lugar, sus comidas y la simpatía de sus venteros. He ido e iré muchas veces, pero recuerdo dos con especial afecto: la celebración del veinticinco aniversario de nuestra expedición al Everest por el Tíbet y, por lo personal, la comida con mi mujer y mis compañeros geógrafos en mi ochenta cumpleaños».
Eduardo Martínez de Pisón
Alpinista, escritor y catedrático emérito de Geografía de la UAM
«A veces, caminando con amigos por Guadarrama, alguno me preguntaba si no había tenido bastante con los meses pasados en el Himalaya, en el Taklamakán o la Antártida. Generalmente, eran expediciones muy duras que me dejaban exhausto. Me resultaba difícil explicarles que para mí la Sierra de Guadarrama es el hogar al que siempre debo regresar. Y que, llevando la contraria al poeta Sabina, el lugar donde has sido feliz es, precisamente, al que debes tratar de volver. Que está muy bien recorrer el mundo, pero siempre, cuando estás fuera de casa, tienes que tener un lugar en tu mente donde, en momentos duros y difíciles, sabes que debes regresar, donde están las personas que te quieren y esperan, y se guardan esos rincones que solo te hablan a ti. Esos lugares exclusivos donde has pasado toda una vida. Eso significa en mi recuerdo y en mi vida Peñalara y Venta Marcelino».
Sebastián Álvaro
Himalayista, periodista, director de Al filo de lo imposible