CARTAS: Ciencias Naturales en la actualización curricular

Señor director: Respecto a la propuesta de Actualización de las Bases Curriculares de 1° básico a 2° medio de Ciencias Naturales, queremos reconocer sus potenciales contribuciones para mejorar la educación científica en Chile, anticipando algunos desafíos asociados a la implementación de este cambio curricular, y cómo abordarlos.

La educación en ciencias tiene un rol fundamental en la formación de ciudadanos/as que puedan evaluar la validez de distintas fuentes de información y discernir entre distintas posiciones, para tomar decisiones informadas y responsables respecto a problemáticas socio-científicas actuales. En este sentido, valoramos la incorporación del propósito de alfabetización científica crítica a la propuesta curricular, reconociendo que la finalidad de la educación en ciencias es formar personas íntegras, responsables y comprometidas con los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo. También valoramos la incorporación explícita de la modelización, la indagación y la argumentación como enfoques de enseñanza y aprendizaje innovadores, y la relevancia dada a la naturaleza de la ciencia y a la comunicación en ciencias. Estas orientaciones se alinean con las investigaciones en Didáctica de las Ciencias más recientes, favoreciendo que los y las estudiantes desarrollen las competencias ciudadanas de comprender, decidir y actuar, esenciales para participar democráticamente en la sociedad.

El nuevo currículo da pasos decididos para mejorar las transiciones entre educación parvularia, básica y media. Se reduce la cantidad de objetivos de aprendizaje en todos los niveles, lo cual es un acierto. También se equilibran los campos disciplinares de la Física, la Química y la Biología a partir del planteamiento de los cuatro ejes de la actual propuesta: Ciencias de la Materia, Ciencias del Universo, Ciencias de la Tierra y Ciencias de la Vida, en los cuales la Geología adquiere mayor protagonismo, que es fundamental en el contexto sísmico y vulcanológico de nuestro país. Se observan avances al incluir tópicos clave, como la promoción de la salud y el autocuidado, y los aspectos afectivos, éticos, culturales y sociales de la sexualidad humana. En definitiva, la nueva propuesta curricular prioriza ámbitos de las ciencias más alineados con las demandas sociales actuales y el desarrollo humano integral.

Sin embargo, una mirada más detallada a la propuesta curricular permite visualizar que se mantienen algunas discontinuidades en el desarrollo de ideas clave, que permiten anticipar complejidades en la comprensión de ciertas temáticas, tanto por la manera en que se secuencian como por su nivel de abstracción y complejidad, que en ciertos casos no se condice con el nivel escolar en el que se sitúan. En este sentido, nos parece fundamental revisar la progresión de aprendizaje de las ideas centrales de las ciencias, y así reubicar su enseñanza en un momento de desarrollo cognitivo adecuada para el estudiantado, resguardando la continuidad en las trayectorias de aprendizaje esperado.

Finalmente, consideramos un logro que esta propuesta abra los espacios para una discusión profunda sobre una educación científica para el futuro, contextualizada en los territorios y en las problemáticas actuales. Sin embargo, también es fundamental reconocer la necesidad de reorientar la formación inicial y continua del profesorado, para asegurar las condiciones para que éste sea un cambio efectivo en las aulas.

Como especialistas en educación científica, nos ponemos a disposición para colaborar en el fortalecimiento de esta propuesta y en los desafíos que emerjan para su posterior implementación.