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Economía Uruguay | hidrógeno verde | agenda global

Desafíos y proyecciones

Uruguay viene atrás en la carrera del hidrógeno verde

¿Cómo encara Uruguay la carrera del hidrógeno verde? ¿Cuáles son los desafíos económicos, políticos y tecnológicos?

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Caras y Caretas Diario

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Nuevamente se puso en los titulares de los medios de prensa el tema hidrógeno verde en Uruguay, a raíz de la firma por parte del Gobierno con la empresa multinacional HIF de un memorando de entendimiento para la posible construcción de una planta de e-fuels y una usina generadora de hidrógeno verde en el departamento de Paysand��.

Entre los números y proyecciones que se manejaron a partir de este primer acuerdo podría llegar a ser una de las mayores inversiones en Uruguay ascendiendo a un monto de casi 6.000 millones de dólares con la posibilidad de creación de 3.000 empleos durante la etapa de construcción. Por ahora no deja de ser un anuncio que requiere avanzar en los diferentes estudios que hacen a la inversión, su factibilidad económica, ambiental y técnica y demás procesos previos para poder llegar al proyecto final y contrato que den lugar a tal inversión.

Hidrógeno verde en la agenda global

El desarrollo de inversiones en hidrógeno verde son una necesidad no solo porque tiene importantes beneficios, sino porque además es el único camino en la realidad ambiental que tiene el mundo hoy. Se trata de una agenda que es impostergable pero que a la vez tiene importantes desafíos en varios planos y que una vez más, de no acompasar los tiempos a lo que es el mundo y no generar los procesos necesarios en términos de estudios, instituciones y concreción de inversiones, va a ser una traba más en términos de desarrollo.

En el mundo y especialmente en el continente latinoamericano, el tema hidrógeno verde no solo está instalado sino que es una realidad. El desarrollo de estrategias para concretar inversiones en esta energía es una realidad. Latinoamérica tiene claramente una posición de privilegio en cuanto al potencial por la disponibilidad de recursos hídricos necesarios. Pero, a la vez, claramente esta energía limpia puede aportar a la región una gran oportunidad en términos de inversiones si se siguen los caminos adecuados para analizar las posibles alternativas, se elaboran las estrategias adecuadas y se trabaja en la construcción de las institucionalidades adecuadas en términos de estrategia, regulación, protección del ambiente, entre otras que son necesarias.

La historia muestra la importante debilidad que tiene esta región para la captación de inversiones y para que las mismas se traduzcan en alternativas de desarrollo. Esta energía no va a ser la excepción, mientras es la alternativa real hoy para apalancar al continente en el camino del desarrollo sostenible puede a la vez ser otra realidad nefasta y extractiva de los grandes recursos que presentan nuestros territorios. Todo depende de la capacidad estratégica e institucional que logre construir la región a través de una mirada de largo aliento y cuidado de la soberanía tanto territorial, como de los recursos naturales con especial lugar para el agua y económica.

Grandes volúmenes de agua

La realidad apremia y los condicionantes geopolíticos recientes que han traído en el mundo y en particular en el continente europeo problemas importantes en el precio y la disponibilidad de energía han impulsado un mayor interés por esta tecnología. La misma requiere de grandes volúmenes de agua, un desarrollo previo en el campo de otras energías renovables, altos niveles tecnológicos y de capacitación de recursos humanos, además de los altos niveles de inversión.

De esta forma queda claro que no es para cualquiera, y que los Estados a nivel individual pero también en forma coordinada requieren de desarrollo de estudios, estrategias y procesos de regulación muy rigurosos y de alta complejidad. El riesgo de que el avance en proyectos de hidrógeno verde sea la reproducción de una nueva forma extractiva y de posición de atraso en la región no solo está presente, sino que dados los antecedentes puede ser la realidad más factible.

Desafíos

Concretamente a nivel global la situación es bastante dispar. A nivel de los gobiernos y en particular como agenda de campaña política, los gobernantes realizan anuncios sobre proyectos de HV que en muchas situaciones son solo anuncios de posibilidades. El potencial existe y no es discutible, pero los requisitos para que estas inversiones se realicen, y que a la vez aporten a mejorar la transición energética y dejen verdaderos beneficios en la región, ya son otro tema que no queda liberado al mercado y a inversores comprometidos con las energías limpias y que vean un negocio rentable.

Es evidente que los peligros son muchos, pero, a diferencia de otros procesos ya conocidos, no solo puede ser una realidad más de explotación extractiva y depredadora en la región, sino que puede tocar uno de los activos de mayor valor estratégico que tiene nuestro continente que es el agua potable.

Uruguay no es ajeno a lo que pasa en la región

Si bien hablar de desarrollo es hablar de largo plazo, 5 años en la velocidad del mundo hoy pueden ser determinantes. Esto tiene que ver con el crecimiento económico o no que permita disponibilidad de recursos para invertir, la concreción de proyectos, la atención de necesidades que son parte de la coyuntura o de procesos más estructurales, la disponibilidad de tecnología, entre muchos otros.

Más allá de las críticas que se puedan hacer por la coyuntura de crecimiento del 2016 para adelante, el Gobierno actual tomó un país que sufrió la misma pandemia que tuvo el mundo entero pero que disponía de algunos valores que eran verdaderos privilegios. Entre estos se pueden mencionar una matriz energética con una generación por encima del 97 % de energías renovables, una inserción internacional sólida y diversificada en términos tendenciales y una fortaleza institucional en los más diversos planos a partir de una política de largo plazo en aspectos estratégicos como lo son la promoción de inversiones, las instituciones público privadas, las energías, las relaciones laborales, entre otros.

Uruguay recién en agosto de 2023 presentó una hoja de ruta de hidrógeno verde en Uruguay. En ese documento se declara que acorde a lo que ocurre en el mundo “las ambiciosas metas de descarbonización para 2050, establecidas a nivel global, llevan a la necesidad de impulsar cambios acelerados y significativos, tanto respecto a las fuentes de energía utilizadas como al uso de materias primas consumidas en distintos procesos industriales”. Se trata de un informe en el cual se argumenta cómo Uruguay tiene muy buenas condiciones para el desarrollo de este tipo de energía y derivados, lo que permite trazar lineamientos de ahora al 2040. El mismo concluye con la necesidad de una política de Estado para el desarrollo de un Programa H2U donde se abordarán diversos aspectos como la infraestructura, la economía, el ambiente, la cultura y el bienestar social, articuladamente con gobiernos locales, organizaciones no gubernamentales, empresas, sector académico y la comunidad en sí. Lo que es importante destacar es que se trata de lineamientos, pero claramente falta mucho por trabajar en términos de estrategia, estudios rigurosos que integren aspectos económicos, de infraestructura, tecnológicos, medioambientales e institucionales.

Luego se han anunciado memorándums y posibles acuerdos para desarrollo de proyectos de inversión en el tema, pero en los hechos no hay nada real. Los anuncios no tienen la difusión y comunicación que sería deseable y algunos de ellos no tuvieron mayores avances. Hasta lamentablemente algunos de los anuncios de proyectos no han tenido ningún avance significativo.

Se han generado algunas instancias y desde el mes de noviembre pasado se cuenta con la Asociación Uruguaya de Hidrógeno, institución creada en esta materia con la participación de empresas. Sin dudas se trata de un avance relevante para promover la colaboración entre empresas, instituciones académicas y el Gobierno. También ha existido algún programa asociado a la ANII. Pero parece que hay mucho tema por avanzar, en particular de parte del Gobierno y que se está perdiendo la carrera.

Mientras los países en la región tienen estrategias, plantas en desarrollo y estudios de alto nivel, nosotros no avanzamos en forma sustantiva y necesitamos concretar una mirada rigurosa, de largo plazo, integral, interinstitucional y que nos permita jugar este partido tan importante. El tema hidrógeno verde no puede ser solo un lindo anuncio de campaña. Lo que hasta ahora se ha presentado no es ningún logro, sino que muestra que estamos medio atrás en la carrera.

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