La DO Ribera del Duero se posiciona contra las plantas de biogás y las macrogranjas

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero se posiciona en contra de la implantación de plantas de biogás y macrogranjas de porcino en la comarca vitivinícola, mostrando su «preocupación» ante la llegada de esos proyectos en las cercanías del viñedo e iniciativas enoturísticas. «No entendemos, ni podemos compartir, que se establezcan instalaciones de ganadería intensiva y últimamente plantas de biogás, en entornos que se caracterizan por su importancia medioambiental, patrimonial y cultural. Ponen en serio riesgo la subsistencia de los proyectos vitivinícolas, a los que de alguna manera invaden, y dificultan el desarrollo de futuros proyectos enoturísticos que contribuyan al crecimiento económico y social de la zona», recalcan desde Ribera del Duero a través de una nota de prensa.

Las movilizaciones vecinales en contra de la llegada de plantas de biogás se repiten en las últimas semanas en municipios de la zona como Fuentelcésped, Milagros, Fuentespina y el entorno del valle del Riaza. Asimismo, otras localidades como Fuentemolinos, Gumiel de Mercado, La Aguilera o Haza se han posicionado en contra de la implantación de las denominadas macrogranjas de porcino.

Ahora, Ribera del Duero mueve ficha respaldando estas reivindicaciones. «La implantación de industrias excluyente, junto a otras instalaciones o cultivos ya operativos y consolidados que se verán desplazadas o directamente destruidas al no tener alternativas, no puede ampararse en el ejercicio del derecho de libertad de empresa, puesto que precisamente implica que el titular de la actividad excluyente prive a los demás del ejercicio de ese derecho», insisten desde la DO. El Consejo Regulador considera que «no se trata de una incompatibilidad en la que ambas partes están en pie de igualdad y se excluyen mutuamente», incidiendo en que es «una actividad que invade con sus emisiones el ámbito de la otra, impidiéndola continuar con su actividad, sólo porque normativamente pueden hacerlo».

Ribera del Duero incide en su implicación «en aquellas cuestiones que afectan, perjudican, preocupan o ponen en riesgo a bodegas y viticultores», confirmando su apoyo a la reivinciaciones emprendidas en numerosas localidades y «poniendo a su disposición los mecanismos existentes para respaldar sus reclamaciones, siempre con el objetivo de salvaguardar el patrimonio natural y la identidad de la Ribera del Duero». Al respecto, detallan que cuando las bodegas afectadas y otras asociaciones comunicaron al Consejo esta problemática, el órgano regulador se ofreció «inmediatamente» para colaborar, acudiendo a los organismos públicos pertinentes. Detallan que se han mantenido reuniones con asociaciones de productores de ganado intensivo, encargando la elaboración de informes técnicos.

Asimismo, Ribera del Duero ha instado a la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas en la que está incardinado (CECRV) a que trasladara al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, « la preocupación extendida y compartida por diferentes denominaciones de origen de diversas zonas productivas ante la proliferación de proyectos en materia de energías renovables y macro granjas de ganado que afectan a viñedos, bodegas y paisajes emblemáticos e históricos que reportan enorme valor a sus zonas geográficas».

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen confirma que «seguirá defendiendo los intereses de sus viticultores y sus bodegueros» ante las administraciones y las instancias que considere oportuno, con el objetivo de intentar evitar la degradación de la imagen de la región vitivinícola de Ribera del Duero. Ve urgente evitar la instalación de cualquier proyecto «que ponga en riesgo o dañe la principal fuente de riqueza de la zona, que es además uno de los grandes motores de la economía de Castilla y León y un símbolo de la gastronomía y la cultura del país, y que no se puede deslocalizar».

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