Cambio de guardia en el Burgos CF

Como si de Londres se tratara el Burgos CF ha puesto en marcha el cambio de guardia. Si en la entrada principal del Palacio de Buckingham se puede observar cómo los guardias que se ocupan de la seguridad del palacio son relevados acompañados por una banda musical militar y una coreografía milimetrada, en el Burgos CF es la guardia defensiva la que va a cambiar de caras.

Hasta el momento, siete jugadores importantes del Burgos CF se han despedido del club. Hombres centenarios o con gran peso dentro del esquema del equipo blanquinegro y que dejarán un vacío importante con su marcha. La mayoría en la zona defensiva.

El guardia primero, José Antonio Caro, abandona el club dejando atrás los galones de una temporada de ensueño en la que rompió tres récords. No solo en el club, también en el fútbol nacional. Con 97 partidos con la blanquinegra dejó sin cumplir, por poco, su entrada en el club de los centenarios.

Sustituirlo no será sencillo, pues sus números serán complicados de igualar. El bastón de mando recae ahora en Loïc Badiashile, que si bien llegó al club con un currículum destacado no ha podido demostrar aún a orillas del Arlanzón sus credenciales. Además, la dirección deportiva, con Michu a la cabeza, trabaja intensamente en firmar otro cancerbero de garantías.

Pero no solo de Caro ha vivido el Burgos CF en las últimas temporadas. El entramado defensivo que formó Calero y que aprovechó Bolo se asentó gracias a los guardias de la defensa: Grego Sierra, Matos y Elgezabal.

Dos hombres centenarios, Matos y Elgezabal (capitán del equipo y uno de los héroes del ascenso) al que se suman las 87 participaciones de Sierra. Fue Elgezabal el primero de esta línea en despedirse del club blanquinegro. El capitán formó parte de la guardia pretoriana de Julián Calero para conseguir el ascenso al fútbol profesional. En su primer año como blanquinegro se convirtió en el jugador de campo que más tiempo estuvo sobre el césped, con 2.277 minutos.

Sustituirle será complicado. Primero porque ha jugado prácticamente todos los partidos desde que llegó al club, independientemente de quién haya estado en el banquillo, segundo porque su entrega y compromiso han dejado el listón muy alto. Además, es un jugador versátil, que puede jugar tanto en el centro del campo por delante de la defensa o de tercer central.

Matos también dejará un hueco importante en la banda izquierda. El sevillano, centenario con la camiseta blanquinegra, llegó en la temporada 2021-22 procedente del Cádiz. Sus cabalgadas pegado a la línea de cal se recordarán en El Plantío. Además, el jugador que llegue a su puesto, deberá pelear contra el recuerdo de las asistencias (y también los goles) que ha firmado en estas temporadas.

Grego Sierra se adueñó del centro de la defensa durante su paso por Burgos. Para reemplazarle se necesitará a un jugador físicamente fuerte, como él. Su salida hace que el Burgos CF pierda un hombre que va bien por alto y que es un ganador de duelos nato. Un seguro de vida cuando el balón se acerca a zona de peligro. El murciano se ha quedado cerca también de convertirse en centenario (87 encuentros) por culpa de algunas inoportunas lesiones.

Michu tendrá que buscar también un lateral derecho, pues Borja González no seguirá en la entidad. El madrileño, tras dos temporadas y 57 partidos pone rumbo a Grecia, al OFI Creta. En este último año de blanquinegro tuvo un rol más secundario, algo que tampoco parecía ser un inconveniente, porque saliendo desde el banquillo ya había demostrado que puede aportar al juego ofensivo del equipo.

Su puesto ha sido siempre uno de los más disputados. En su primer curso tuvo que pelear con Areso, a la postre, uno de los mejores laterales derechos de la categoría; este año, con Raúl Navarro primero y con Arroyo después. Jugador veloz y con llegada a línea de fondo, también supo sacar provecho a su buen ojo con los centros para asistir a los atacantes.

Portero, lateral derecho, lateral izquierdo y centrales, una línea de cuatro, que cambiará radicalmente para la temporada que viene. Pero no son los únicos. Por delante de ellos, Mumo, con 152 partidos con la elástica blanquinegra ha ejercido de comodín (en el medio centro) según las necesidades del equipo.

El centrocampista catalán deja el Burgos CF tras cinco temporadas para recalar en el Asteras Trípolis FC de la liga griega y su impronta tampoco será sencilla de borrar. El mediocentro fue uno de los jugadores básicos en el esquema de Julián Calero. Jugador de músculo, llegada y, sobre todo, de equipo, a menudo fue protagonista. Sus goles dieron puntos importantes al equipo y, aunque en el último curso perdió algo de relevancia, siempre cumplió cuando se le necesitó.

El ceremonial del cambio de guardia a las puertas del Palacio de Buckingham se lleva a cabo cada día a las 11:00 horas los meses de junio y julio, en temporada alta, durante el mercado de fichajes. En el Burgos CF este cambio de guardia coincide en tiempo, pero por suerte no ocurre cada año. Mientras en Londres suena la banda militar, a orillas del Arlanzón el silencio reina a la espera de que pronto lleguen los recambios.

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