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Una pareja brasileña vivió una pesadilla durante su visita al Cañón de los Perdidos en Perú, cuando fueron asaltados y tuvieron que caminar 25 kilómetros en el desierto sin saber a dónde iban.

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Lo que podría haber sido un viaje inolvidable a Perú, se convirtió en una pesadilla para una pareja de turistas brasileños. Durante la visita al Cañón de los Perdidos, ubicado en el desierto, Andressa Alexandre y Paulo Ricardo da Cruz fueron asaltados y tuvieron que caminar 25 kilómetros.

“Estás caminando en un lugar donde no hay nada, solo arena, y no tienes idea de la distancia que necesitas recorrer para llegar a algún lugar con civilización. Es muy desesperador, te hace pensar muchas cosas. A veces era chistoso porque algunas personas empezaban a alucinar, ver cosas que no existían. Da para una película”, recuerda Andressa.

Esta situación sucedió en mayo de este año y viralizó el pasado lunes, después que la pareja publicó la historia en las redes sociales.

“En el desierto no hay un punto de referencia, así que la orientación era siempre caminar con la finalidad de acercarse a la carretera”, se acuerda Andressa.

El asalto a los turistas brasileños

Según Alexandre y Cruz, ellos agendaron la visita con una agencia de turismo peruana y en su grupo había cerca de 24 personas. Al regresar de la visita y acercarse a uno los vehículos que los había llevado hasta el lugar, los turistas encontraron una situación bastante caótica.

“Había una chica llorando en el piso, con el pie sangrando. Otra chica que estaba con ella también lloraba y los dos conductores estaban asustados”, contó Paulo a G1.

Mientras el grupo visitaba el cañón, asaltantes armados fueron hasta los autos, amarraron a los conductores y robaron lo que estaba en el interior de los vehículos.

De acuerdo con Paulo, una de las mujeres que estaba en el lugar, intentó impedir que le robaran su pasaporte y ella terminó baleada. Los sujetos escaparon en uno de los autos y pasaron arriba el pie de la mujer.

Además, dijo Paulo, los sujetos no pudieron conectar la batería del segundo vehículo. Esta también había sido robada para que no fueran seguidos.

Grupo dividido

Tras toda esta situación, los turistas tuvieron que tomar una decisión importante. La pareja contó que el grupo decidió dividirse. Una parte caminó hacia un lado con el objetivo de encontrar señal de celular y la otra parte caminó en dirección opuesta buscando una carretera.

De acuerdo con Paulo, en aquel momento había, sobre todo, dos temores: que los asaltantes regresaran para llevar lo que había quedado de las pertenencias, o que anocheciera. Cabe recordar que en el desierto, durante la noche, las temperaturas son muy bajas, pudiendo ser negativas.

Después de cinco horas caminando y faltando 20 minutos para la puesta del sol, el grupo finalmente vio un auto.

De inicio, tomaron algunas piedras para protegerse, pensando que podrían ser los asaltantes que habían regresado. Pero, el auto se acercó y los ocupantes avisaron que les habían enviado para ayudar a los turistas.

“Eran tres viejitos que dijeron que fueron avisados por el guía para que buscaran los que necesitaban más ayuda”, relató Paulo.

Cuando regresaron para el pueblo, Paulo y Andressa acudieron a una comisaría local para hacer una constancia. De inicio, contó la pareja, tuvieron resistencia por parte de las autoridades para formalizar lo sucedido, pero lo lograron tras cinco horas de insistencia.

“Deberíamos haber regresado del tour a las 16, pero regresamos a las 3 de la mañana”, contó Andressa.

A pesar del robo…

La pareja de turistas brasileños dijo que, a pesar del robo, el viaje a Perú fue muy buena y recomiendan visitar el país. Pero, con cuidado.

“Esta experiencia no resume el viaje. Fueron 20 días [de viaje] y esto sucedió en una tarde. Vivimos cosas muy increíbles en Perú, hicimos amigos. Los peruanos son buena onda, muy amables, nos sentimos muy bien allá”, destacó Andressa.