Prueba Volkswagen Tiguan Urban Sport 1.5 TSI 150 CV: ¿necesitas algo más?

Cada vez que cae un Volkswagen Tiguan en mis manos, sonrío. ¡Uno no es de piedra! 

Y es que no puedo evitar acordarme de cómo los lectores de AUTO BILD ayudaron a Volkswagen a elegir el nombre... o la manera en la que nos presentaron en Hollywood, por todo lo alto, la primera generación del modelo que ya aspiraba a desmarcarse del Golf Plus -y de la fiebre de entonces por los monovolúmenes- para adentrarse en el prometedor segmento de los SUV compactos. 

Y hoy, tantos años después, el Tiguan está más en forma que nunca y es del Volkswagen T-Roc y Volkswagen T-Cross de los que se ha querido diferenciar claramente por dimensiones, acabados, lujo y motorizaciones. ¿Pero cuál te encajaría mejor? En un mundo tan electrificado, ¿cabe pensar en un gasolina como este? 

Prueba del Volkswagen Tiguan Allspace con el nuevo 2.0 TDI... tirando de un remolque

Prueba Volkswagen Tiguan Urban Sport 1.5 TSI 150 CV

Desde luego que sí... salvo que necesites imperiosamente una etiqueta 0 o ECO de la DGT para funcionar. Por el momento, tanto el acabado Life de acceso (desde 37.975 euros, con un jugoso equipamiento de serie) como al pintón R-Line (desde 48.370, que ves aquí en las fotos) ofrecen para la segunda generación del todocamino (lanzada en 2019 y que en 2021 recibió una ligera y acertada actualización).

Una carrocería que ahora mide 4,5 metros de largo y cuenta con un maletero de 520 litros, amplio, espacioso, elegante y que cumple muy bien con las tendencias actuales, tanto para cinco pasajeros como para siete (apellidado Allspace, que también hemos probado). 

Y entre medias, desde 37.975 euros, el Volkswagen Tiguan Urban Sport de la prueba, que igualmente tuvimos en nuestra redacción y que trata de ponerle un toque de picante a la vida diaria, con ciertos detalles más cercanos a la deportividad que a la practicidad que requiere la urbe. 

Para este test, hemos decidido montar uno de los corazones que comparten: el 1.5 TSI de gasolina, en su versión de 150 CV.  

Es alegre, ágil, con cierto brío si le pides un extra de empuje y los consumos son algo más contenidos que en su equivalente de 130 CV (en el que podrías viajar algo cojo de potencia) y más que suficiente como para rechazar sin complejos  las versiones 2,0 litros, de 190 o hasta 320 CV en gasolina y de 122 a 200 CV en diésel.

Eso sí: si vas a pasar mucho tiempo en la ciudad, pide el cambio automático DSG de siete velocidades (unos 4.400 euros más) en vez del manual de seis, al igual que con las llantas más pequeñas, con buen flanco de goma y (que hemos catado, por ejemplo, en el Urban Sport).  

A bordo, comprobarás que la experiencia de conducción mejora notablemente así, en un habitáculo de calidad, cómodo, tecnológico... y quizás, ya un poco anodino -con el Digital Cockpit que Volkswagen comparte con el resto de marcas del grupo- aunque con botones físicos medio táctiles a los que no acabo de acostumbrarme. 

Mañana tengo que ir a trabajar con mi Tiguan a un parking del centro y, luego, salir de viaje.  Y contestando al titular de esta prueba, no, no necesito nada más. 

Mi opinión

Dieciséis años después, el Tiguan actual es mucho más coche y una referencia dentro y fuera de Volkswagen al combinar elegancia, confort y practicidad, especialmente, si está animado por el bloque 1.5 TSI de 150 CV testado aquí.

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Etiquetas: SUV