VÍDEO: Prueba Xiaomi SU7, el coche chino que apunta directamente al Porsche Taycan y le pone contra las cuerdas

Prueba Xiaomi SU7, el coche chino que apunta directamente al Porsche Taycan y le pone contra las cuerdas. Cuando pensamos en coches chinos, pensamos de entrada en marcas como BYD o grupos como Geely, al que también pertenecen Volvo y Polestar, y que ahora es uno de los mayores inversionistas de Daimler, la dueña de Mercedes Benz. 

Pero aquí en China el mercado es mucho más colorido y variado, y el lanzamiento más caliente de este país viene de una marca que conocemos por sus móviles, ya que es el tercer mayor fabricante del mundo, pero no por sus coches. 

Y es que la marca entra ahora en el mercado automovilístico, justo cuando Apple ha desechado oficialmente la idea de lanzar su iCar. Así, Xiaomi presentó el año pasado el SU7, que está disponible en China desde esta misma primavera. 

Este modelo ha causado una auténtica locura entre los chinos, ya se han desbordado los pedidos y está arrastrando a muchos clientes habituales de otras marcas. ¿Y por qué desata tantas pasiones este Xiaomi? Pues eso es lo que vamos a descubrir juntos en este primer test. 

Pero antes de conducirlo, echemos un vistazo a su diseño. Por supuesto, Xiaomi se ha fijado en las berlinas eléctricas ya existentes, pero no en el Tesla Model S o el Nio, sino que han apuntado aún más alto: al Porsche Taycan. 

Su línea es muy parecida, así como su formato: cinco metros de largo y una batalla de tres metros para espacio más que de sobra dentro, y varios detalles que también encontramos en el modelo de Stuttgart. Pero no es una copia, sino una reinterpretación del alemán, elegante y con estilo propio.

También se han inspirado en Porsche a la hora de concebir la llave. Por supuesto, con su propia silueta, y no tan lujosa como la del alemán, pero qué duda cabe que es un detalle muy acertado, y una forma de diferenciarse de la multitud de berlinas coupé que pueblan el mercado chino. 

Sí, le han robado la idea a Porsche, pero la han traído muy elegantemente a un segmento en el que Porsche no milita. El interior del Xiaomi, si bien está muy bien acabado, lo veo carente de carácter propio. Se queda a medio camino, porque no es tan minimalista y limpio como un Tesla, pero tampoco tan cargado y tecnológico como el cockpit de un Porsche. 

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Por supuesto, tengo una pantalla gigante en la que puedo manejar todas las apps, y un sistema de navegación muy rápido y con mucha resolución. Tenemos salidas de aire ocultas que contribuyen a un diseño limpio, y una gran guantera en el medio climatizada, como una mini nevera. Y tenemos un volante que sí que recuerda al de Porsche, incluido el mando de modo Sport, y otro para la conducción autónoma. 

La pantalla tras el volante es muy pequeña para lo que se estila en China, y solo vemos el modo de conducción en el que vamos, la autonomía y la velocidad, y me recuerda de alguna manera a Bentley y McLaren: cuando está apagado, sólo vemos la silueta del SU7, y al encenderlo, se gira y veo que estoy en modo Park. 

Pero ya basta de palabrería, y vamos a conducirlo. Xiaomi solo tiene de momento un coche, pero con muchas variantes. Para empezar, tres baterías, dos con 400 voltios y otra con 800. Las dos pequeñas tienen 74 y 94 kWh hora respectivamente, y la grande llega a los 101. 

Teniendo en cuenta el ciclo oficial de China, que es un poco más laxo, esto permitiría autonomías que van de los 680 a los 800 kilómetros. Aunque Xiaomi no desvela la potencia de carga, es bastante rápida: 220 kilómetros en cinco minutos, y 390 en diez. 

Y llega a los 500 kilómetros en un cuarto de hora, según los datos de fábrica para la batería grande. Para los motores hay dos opciones: la variante de acceso monta uno de 220 kW o 300 CV y 400 Nm. El modelo tope de gama lleva dos motores con 495 kW, que son casi 700 CV, y 850 Nm de par. 

Eso le da prestaciones al nivel de un Taycan: de 0 a 100 en 2,78 segundos, y una punta de 265 km/h. Pero esto en China supone la cárcel, porque el límite legal son 120 km/h. El comportamiento está muy logrado: en Xiaomi han recurrido a renombrados ingenieros de marcas y proveedores europeos, y le han dado un gran carácter al coche. 

El coche se siente firme y aplomado en la carretera, y la dirección es lo suficientemente precisa especialmente en el modo Sport, en el que el coche tensa los músculos y se vuelve más divertido. También hay un modo Confort en el que el coche se relaja y trata con más suavidad al conductor. 

Por supuesto no llega al nivel de un Taycan, pero sin duda su comportamiento está por encima de la mayoría de los otros competidores chinos. Pero la conducción en China no permite mucha diversión por la abundancia de tráfico, por eso le dan mucha importancia a la conducción autónoma. 

Cuando pulso el botón, mantiene la trayectoria y la distancia con el coche de delante, e incluso puede cambiar de carril con solo darle al intermitente. Pero el funcionamiento no es muy fluido y es algo retardado, pero por eso Xiaomi permite actualizarlo con su sistema “Over the Air”, con el que el software del coche va recibiendo nuevas funciones. 

De todas formas, en un coche con un comportamiento tan parecido al de Porsche, no me importa nada conducirlo por mí mismo. Y esta ha sido la primera escapada con el Xiaomi SU7, y posiblemente quedará mucho para la próxima, porque Xiaomi no tiene planes de momento de traer este coche a Europa. 

Y es comprensible, porque la competencia en nuestro mercado ya es salvaje, mientras en China la marca Xiaomi es toda una institución, y tiene aquí un poder de marca similar al de Apple entre nosotros. 

Y llegamos al precio: Xiaomi es una marca de masas, de modo que este es un coche barato: comienza aquí por debajo de los 30.000 euros al cambio, menos que un Tesla Model 3, y el Porsche Taycan está a años luz. Por eso no extraña que el SU7 haya desatado esa locura en China: es atractivo, recuerda al Taycan, tiene un comportamiento extremadamente bueno, elevadas prestaciones y un precio de derribo. No sorprende por tanto que esté siendo un éxito masivo aquí, y que no le haga falta competir en Europa.