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Se llama icing y es la nueva e irresponsable práctica que la DGT ya multa hasta con 200 euros

icing

Está ganando popularidad.

Como ocurre con muchas modas, la mayoría de las cosas suceden en Estados Unidos primero y, con el tiempo llegan a España. El caso del ‘icing’ es uno mas en la lista, aunque en este caso tiene más sentido si tenemos en cuenta que está relacionado con los coches eléctricos. En España se está convirtiendo en un problema y si lo prácticas te pueden multar.

¿Qué es el icing? En su propio nombre ya hay pistas: se trata de una práctica por la que conductores con coches de combustión interna, que en idioma anglosajón se identifican como ‘ICE’, es decir, ‘Internal Combustion Cars’; se dedican aparcar en plazas con puntos de recarga eléctrico para impedir que éstos puedan rellenar sus baterías.

Se trata de algo incívico y algo mezquino que no tiene como objetivo otra cosa que molestar o, suponemos, protestar contra la llegada de los coches eléctricos, puesto que en la calle se eliminan plazas de aparcamiento convencionales para crear unas reservadas para eléctricos, lo que puede enfadar a los conductores de vehículos térmicos que vivan en zonas donde sea complicado aparcar.

Para los eléctricos se han creado en muchas ciudades plazas específicas que tienen al lado cargadores, buscando que en lugares públicos se puedan recargar los vehículos de cero emisiones. 

 

Estas plazas, de hecho, están señalizadas por la señal señal R-308, que prohíbe a los vehículos que emplean combustibles fósiles (gasolina o diésel) aparcar en estas plazas reservados.  

Es posible que en algunos casos aparque un coche térmico ahí por desconocimiento, aunque basta con bajarse, leer el cartel o ver que hay un cargador al lado para cerciorarse de que ahí no se puede estacionar un vehículo que no sea enchufable. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones es algo que se hace a adrede.

La idea es molestar a los coches eléctricos para impedir que puedan recargar. Esto en entornos urbanos puede no pasar de una simple molestia, pues en ciudades grandes la presencia de puntos de recarga es cada vez más habitual y se pueden encontrar otras plazas reservadas relativamente cerca.

Sin embargo, esta práctica tiene peores consecuencias cuando ocurre en carretera. 

Se ha visto en muchos lugares a coches de combustión cruzados en una o dos plazas de estaciones de carga ubicadas en gasolineras o estaciones de servicio, lo que sí que supone un inconveniente importante, puesto que puede hacer que los eléctricos se queden varados a la espera de poder recargar sus baterías y así seguir su viaje.

Quien lleve a cabo estas prácticas se expone a que el conductor del EV se tome la justicia de su mano y le destroce el coche, lo que sería ilegal pero quizá se podría considerar hasta legítimo.

Sin embargo, no solo eso, puesto que también se enfrentará a una multa. La Dirección General de Tráfico (DGT) ya ha catalogado el ‘icing’ como una infracción grave, que puede ser sancionada con una multa de hasta 200 euros, aunque no conlleva la pérdida de puntos del carné de conducir.

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