7 de julio 2024 - 12:45

El invento millonario que surgió de un error y hoy está presente en todos los desayunos y meriendas

La bolsita de té revolucionó la preparación de infusión y hoy es utilizado por millones de personas.

El invento millonario que surgió de un error y hoy está presente en todos los desayunos y meriendas

El invento millonario que surgió de un error y hoy está presente en todos los desayunos y meriendas

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En la historia de los inventos, hay algunos que nacen de errores y se convierten en éxitos millonarios. Un ejemplo perfecto es la bolsita de té. Durante el siglo XX, millones de personas comenzaron a utilizarla diariamente, cambiando la forma en que disfrutamos esta infusión.

El té, una bebida milenaria con profundas raíces en la cultura china, se popularizó en Europa en el siglo XVII. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX que la bolsita de té, un invento accidental, revolucionó su preparación y consumo a nivel mundial.

Cómo se creó la bolsita del té

Hoy en día, es muy fácil prepararse un té gracias a las bolsitas. Esta práctica comenzó cuando Thomas Sullivan, un importador de té de Nueva York, decidió enviar muestras en pequeñas bolsas de seda en lugar de las costosas latas de metal. Sus clientes, sin saber cómo utilizarlas, las sumergieron directamente en agua caliente, descubriendo así una forma más rápida y limpia de preparar té. Sullivan mejoró las bolsas utilizando gasa, lo que las hizo más efectivas y populares.

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Las bolsas de té, un invento por error que popularizó la infusión y que hoy disfrutan millones de personas

Las bolsas de té, un invento por error que popularizó la infusión y que hoy disfrutan millones de personas

La discusión por quién fue el inventor de la bolsita de té

La historia de esta infusión data de años y tiene varias leyendas. Thomas Sullivan con su ágil y sencilla distribución y posterior error, popularizó las bolsitas de té y difundió el invento. Pero, dicen que los verdaderos creadores de la bolsita de té presentaron una patente a principios del siglo XX.

Se trata de Roberta C. Lawson y Mary Mclaren, dos mujeres acostumbradas a preparar té y que habían identificado un problema en la forma de prepararlo durante muchos años. Preparar una tetera entera para beber un par de tazas era una gran pérdida de té y tiempo. En su patente, presentada en la bolsa de valores en 1901, desarrollaron los problemas proponiendo ya algunas soluciones. Los paquetes debían ser de tela pero con una textura lo suficientemente grande como para permitir el paso del agua caliente. Además, cada bolsita de té contenía exactamente la dosis para una taza.

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